No a la disuasi¨®n
Creo que todo el mundo deber¨ªa leer con atenci¨®n el art¨ªculo de Caspar W. Weinberger, titulado OTAN, disuasi¨®n y armas convencionales, aparecido recientemente en EL PAIS (14-12-1983).La tesis de fondo es la conocida doble decisi¨®n, que, consiste, como todo el mundo sabe, en armarse para negociar.
Lo que pide el se?or Weinberger no es poco. Seguir confiando en una vieja teor¨ªa, la de la disuasi¨®n, que ha logrado acumular por ambos lados el arsenal suficiente para exterminar a 100.000 millones de seres humanos, si los hubiese. Esto no puede ser demagogia, porque es un hecho.
La afirmaci¨®n de queja disuasi¨®n ha sido la causa de la paz es tendenciosa e insuficiente, al tiempo que delata una mentalidad belicista que s¨®lo ve un aspecto de la cuesti¨®n; es decir, que distorsiona lo que mira. Bastar¨ªa reflexionar brevemente en la cuesti¨®n para ver que la paz en Europa ha sido posible por factores tales como una voluntad de desterrar el fen¨®meno de la guerra de la faz de la Tierra, como reacci¨®n a los desastres de la anterior y por la convicci¨®n de que la pr¨®xima ser¨ªa tan terror¨ªfica que no tendr¨ªa sentido hablar de la posguerra; el importante papel desarrollado por los nuevos medios de difusi¨®n en la extensi¨®n de la cultura a todas las clases y ¨¢mbitos; la adquisici¨®n de niveles de bienestar tanto material como espiritual, y otros factores que ser¨ªa largo enumerar.
La oscura premisa en que basa todo el estrafalario art¨ªculo el se?or Weinberger consiste en el burdo manique¨ªsmo que repite mon¨®tonamente la diplomacia norteamericana hasta el hast¨ªo y que no tiene ninguna correspondencia con la realidad.
Los buenos invaden Granada; apoyan sin excepci¨®n a todos los reg¨ªmenes autoritarios, que pisotean los derechos humanos, aduciendo intereses en aquellas zonas; colaboran con el terrorismo soniocista para derrocar un Gobierno que sacrific¨® a muchos ciudadanos para liberarse de la feroz dictadura somocista; y un penoso y largo etc¨¦tera. Todo esto no puede ser justificado, no queda explicado aduciendo que son males menores que derivan de la lucha entre el Bien y el Mal.
Por ¨²ltimo es absolutamente ininteligible la voluntad de negociar, cuando se manifiesta una voluntad infinitamente mayor de armarse, de canalizar la investigaci¨®n t¨¦cnico-cient¨ªfica hacia el armamentismo, en la ilusi¨®n de que en alg¨²n momento se alcanzar¨¢ una ventaja que permita negociar desde una posici¨®n de fuerza.
Esta postura pol¨ªtica tiene una traducci¨®n inmediata al plano psicol¨®gico. Se trata, peligrosamente, de humillar al otro para imponerse las m¨¢ximas condiciones. Todo el mundo reconocer¨¢ que esto es inaceptable por cualquiera de las partes y que el efecto de la doble decisi¨®n es la mayor amenaza con la que se encuentra en estos momentos el g¨¦nero humario./
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