Cuento de Navidad (con sordina)
Estos recientes d¨ªas de Navidad y fines de a?o provocan al recuerdo y hacen que, no se sabe por qu¨¦, se expongan deseos para el futuro. ?Qu¨¦ desea usted para el pr¨®ximo a?o? Pregunta obligada. Las respuestas son tambi¨¦n de caj¨®n: morales y pol¨ªticas casi siempre. Pero, apoy¨¢ndome en el recuerdo y pensando en algo m¨¢s concreto, cercano y personal que el problem¨¢tico a?o 84 (que, en general, deseo no sea tan raqu¨ªtico y sietemesino como el que termina) me pregunto, a mi vez: -?Qu¨¦ hubieras deseado para esta Navidad y qu¨¦ deseas para las fiestas pr¨®ximas?-. Como deseo de Navidad hubiera deseado no recordar tantas Navidades tristes como las que he pasado en la vida. No tener el recuerdo de las de 1936-1940, las de 1943 ,las de 1950, 1953, 1956, etc, etct. Como deseo para los banquetes de fin de A?o o Reyes el de ser comensal del Divino Hacedor y en una sobremesa pl¨¢cida hacer ligeras objeciones a su "plan general"; incluso plantearle la necesidad urgente de una verdadera reconversi¨®n, m¨¢s radical que la que defiende con br¨ªo envidiable mi semipaisano el ministro Solchaga.?Por qu¨¦ no hace Su Eternidad que los hombres seamos un poco menos bestias? ?No ser¨ªa conveniente que hubiera menos concejales y menos comisionesorganizadoras? ?No cree Su eternidad que estamos abusando del Arte abstracto y que ya es hora de que los artistas se atrevan a pintar cuadros de Historia y de casacones? Y as¨ª, una larga y amable sobremesa como la que el docto erudito Dom Guepin imaginaba que constituir¨ªa la Gloria Eterna para un sabio cristiano. Escuchar, objetar y entender... Luego, no de propina, sino como complemento ir a la ¨®pera:
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a un gran palco donde estuvieran todos los muertos m¨¢s queridos en pleno vigor y alegr¨ªa, oyendo melod¨ªas conocidas y agradables y por fin hasta un poco de fr¨ªo para volver a casa entonado. Es esta una imagen de la Gloria m¨ªnima- una Gloria de invierno, para hombre sin grandes apetitos. ?Lejos de m¨ª -en efecto- la imagen mahometana del Para¨ªso, esa imagen gen¨¦sica que ya a un Don Juan de comienzo de siglo le parec¨ªa aburrida y en extremo fatigosa! No: un poco de objeci¨®n, un poco de ¨®pera, un poco de fresco invernal, sin miedo a catarros. Eso bastar¨ªa... y con los muertos cerca, sobre todo.
Pero no, siempre no. El Padre Eterno no me explicar¨¢ por qu¨¦ tiene que haber tantos concejales ni por qu¨¦ hay tantas asambleas y debates. No me explicar¨¢ los secretos de las manifestaciones, de las pintadas, ni de las palmadas dadas r¨ªtmicamente para pedir esto, aquello o lo de m¨¢s all¨¢. No ver¨¦ a mis muertos cerca, ni oir¨¦ con ellos el comienzo de una ¨®pera italiana, cantada por grandes divos y con decoraciones despampanantes. Tendr¨¦ que contentarme con mi tocadiscos, al que me gustar¨ªa poder llamar a¨²n fon¨®grafo o gram¨®fono. Pero ni siquiera puedo eso, para recordar alguna Navidad alegre y lejan¨ªsima, de hacia el a?o 19, en que en casa son¨® por vez primera un gram¨®fono con la voz de Caruso.
Navidad, A?o Viejo, Reyes, ¨¦poca de peticiones, regalos, obsequios, felicitaciones, a la que siempre se le da un sentido superior al que se da a otras del a?o. A los ni?os y a los j¨®venes les puede ir bien. Dickens lo sab¨ªa. A los viejos menos. Pero nos queda en la imaginaci¨®n aquello que pudo ser y no fue, aunque tambi¨¦n puede llegarnos el canto de la vieja y fat¨ªdica copla madrile?a, que tanto efecto hac¨ªa a Ramiro de Ma¨¦ztu: ,
"La Nochebuena se viene la Nochebuena se va, y nosotros nos iremos y no volveremos m¨¢s".
No volveremos m¨¢s. Otro no. Bien. Bien. Se?or coplero. No es para tanto. Lo malo no es irse. Lo malo es no entender lo que ocurre alrededor. En la vida se aguantan cosas bastante peores que no volver. Lo que hay que desear es que esas cosas no vuelvan. Yo ahora canto:
"La Nochebuena se viene la Nochebuena se va:
y que muchas Nochebuenas no se repitan jam¨¢s".
Ya est¨¢ bien. No espero una conversi¨®n" como la del viejo Scrooge. No he sido tan seco como el socio de Marley ni he maltratado a mis empleados (en parte porque no los tengo) y celebro las Navidades con mis sobrinos sin gru?ir. Estas fiestas deben cultivarse. Pueden estar bien. Podr¨ªan estar mejor. Tyni-Tim dec¨ªa: ?Que Dios nos bendiga a todos en cuanto somos! Esto es lo principal... ?Pero alguna ligera objeci¨®n!
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