El hallazgo de dos paleocauces del Guadalquivir var¨ªa las investigaciones sobre Tartessos
El descubrimiento de la m¨ªtica y legendaria ciudad de Tartessos est¨¢ cada vez m¨¢s pr¨®ximo despu¨¦s del hallazgo de dos brazos antiguos del Guadalquivir, cuyo descubrimiento supone una nueva pista que rectifica el c¨ªrculo sobre el que hasta ahora se hab¨ªa trabajado, seg¨²n las ¨²ltimas investigaciones realizadas por el Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa, en colaboraci¨®n con la Subdirecci¨®n General de Arqueolog¨ªa.Los dos paleocauces ahora descubiertos tienen una anchura. y profundidad equiparables a los del actual Guadalquivir y corresponden al per¨ªodo de la ¨²ltima glaciaci¨®n. El avance ha llenado de optimismo a los investigadores hasta el punto de que el jefe de este departamento, Carlos Palomo Pedraza, afirma que "de existir la ciudad de Tartessos que Adolf Schuster busc¨® durante toda su vida, ahora sabemos d¨®nde encontrarla".
Seg¨²n el subdirector de Arqueolog¨ªa, Manuel Mart¨ªn Bueno, este descubrimiento evidencia una fisonom¨ªa de la costa muy diferente a la actual y que ha podido sufrir variaciones sustanciales, ya que est¨¢ comprobada la evoluci¨®n del litoral durante los tres ¨²ltimos milenios. Esa variaci¨®n -interpreta- puede haber sido relativamente actual, ya que el desecamiento del viejo lago litoral que mencionan las fuentes hist¨®ricas junto al aporte de sedimentos del r¨ªo permito, vislumbrar un panorama dif¨¦rente desde no hace mucho tiempo.
Los dos paleoductos del Guadalquivir permiten tambi¨¦n ampliar el campo de la posible localizaci¨®n de la capital de Tartessos y de otros terrenos sumergidos, con lo que considera que se ampl¨ªan las fuentes y el campo de investigaci¨®n.
Un equirio integrado por ocean¨®grafos y arque¨®logos que trabaja desde hace meses en el Estrecho de Gibraltar, proseguir¨¢ con las investigaciones sobre los optimistas indicios ahora descubiertos. Los trabajos realizados en la zona del Estrecho han supuesto la posibilidad de iniciar una carta arqueol¨®gica submarina de la zona que, posteriormente, se extender¨¢ a otros parajes de la costa.
Los trabajos realizados en el ¨¢rea del Estrecho se extienden desde Algeciras hasta el Estrecho Tarifa y Bolonia. Aqu¨ª se han encontrado embarcaciones de la ¨¦poca romana, restos de fondeaderos, cargamentos y abundantes elementos de tr¨¢fico mar¨ªtimo.
La cultura tart¨¦sica ha sido localizada por los historiadores entre los siglos VII y VI antes de Cristo, mientra que geogr¨¢ficamente se la situa en la Andaluc¨ªa Occidental. Sus legados materiales se centran en los poblados de El Carambolo, Cerro Macareno y Carmona (Sevilla), Cabezo de San Pedro (Huelva), Asta Regia y Lebrija (C¨¢diz).
Tanto a trav¨¦s de estos poblados como por las necr¨®polis, parece que se trataba de una cultura rica, dado que se desarroll¨® en una zona rica en recursos agr¨ªcolas y ganaderos.
Del mundo cultural tart¨¦sico se sabe poco. A partir de narraciones hist¨®rico-m¨ªticas se cree que se trataba de un mundo gobernado por monarcas m¨ªticos. Geri¨®n es el monarca m¨¢s conocido. Era un mostruo de tres cabezas y propietario de un enorme reba?o de bueyes.
Las mismas fuentes dicen que el reino tart¨¦sico estaba gobernado por leyes y contaba con una estructura urbana muy desarrollada y que se trataba de un pueblo que dominaba la escritura.
Se cree tambi¨¦n que se trata de una cultura rica y receptiva en la que se asimilaron con form as propias las t¨¦cnicas, ritos, costumbres, urbanismo y escritura de los pueblos procedentes del Oriente del Mediterr¨¢neo. La cultura tart¨¦sica desapareci¨® a finales del siglo VI antes de Cristo
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