El acebo se extingue
Estamos destruyendo la naturaleza, todos lo sabemos, pero asistimos a ello impasibles. En estas fechas se est¨¢ procediendo, en las escasas zonas de Le¨®n donde a¨²n existen acebos, a su irreparable tala. Con ello nos estamos cargando una especie en extinci¨®n; estamos dejando sin alimento a los urogallos, corzos, etc¨¦tera; estamos transformando los microclimas de la monta?a leonesa. Todo ello para sostener a la industria de adornos navide?os.Esta costumbre, creciente de a?o en a?o, no es ni siquiera espa?ola; ha llegado recientemente de pa¨ªses donde abundan los acebales. Mientras tanto, se est¨¢n perdiendo gran cantidad de costumbres navide?as, de gran tradici¨®n y que no destrozan la naturaleza. Todo el mundo sabe que lo ¨²ltimo que permitir¨ªa un concejo leon¨¦s ser¨ªa la tala indiscriminada de sus bosques. Pero parece que los civilizados de las ciudades no comprendemos nada de esto, porque algunos desaprensivos nos ofrecen el acebo en las plazas p¨²blicas e incluso en las florister¨ªas.
Tenemos tradiciones que estamos dejando perder mientras importamos el ¨²ltimo grito europeo o americano que nos venden los grandes almacenes y nos meten por los ojos las pel¨ªculas de la tele (el d¨ªa de San Valent¨ªn, Pap¨¢ Noel, Santa Claus, etc¨¦tera). .
S¨ª, a pesar de todo lo dicho, usted va a sentirse acomplejado por no -tener -un acebo o la ¨²ltima moda en su casa, una coronita de muerto, pero con felicidades en medio (promocionada por Nancy Reagan), no se prive, c¨®mprelo, pero de pl¨¢stico, que le saldr¨¢ m¨¢s barato y lo podr¨¢ usar el pr¨®ximo a?o. Y sus nietos podr¨¢n conocer lo que son los acebos naturales y en el bosque.
Tengamos un poco m¨¢s de personalidad y no cambiemos nuestras costumbres tradicionales, cargadas de historia y que guardan relaci¨®n directa con la tierra que nos vio nacer y con nuestros antepasados. Tengamos m¨¢s imaginaci¨®n para que las costumbres no sean las que fabrican la televisi¨®n, las pel¨ªculas o la publicidad comercial. Tengamos m¨¢s sentido com¨²n para proteger la naturaleza. ?D¨®nde iremos cuando no queden bosques? ?Quedan muchos? A este paso pronto nos quedar¨¢ el recuerdo. ?Qu¨¦ aspecto tendr¨¢n los bosques cuando ya no queden los animales que lo animaban? Quiz¨¢ nos tengamos que conformar con las ratas de las cloacas o con imitaciones de peluche. /
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