Chapucer¨ªas horarias en el caj¨®n de sastre

La permanente alteraci¨®n de horarios y programas no cumple uno de los objetivos de los actuales responsables de TVE que, antes de acceder al cargo, reprochaban a sus predecesores improvisaci¨®n en los esquemas de emisiones, falta de previsi¨®n y de planificaci¨®n tanto en las producciones como en la programaci¨®n, incumplimientos de horarios. Chapucer¨ªas, en definitiva.Todav¨ªa hoy se anuncian programas a corto plazo antes de que est¨¦n f¨ªsicamente en poder de TVE, como la serie Hitchcock, cuya emisi¨®n inaugural estaba prevista para el pasado 2, d¨ªa en que al parecer llegaron las copias a Madrid con todo el proceso de doblaje por delante Y eso que TVE ten¨ªa un gran inter¨¦s en comenzar el a?o con Hitchcock. El telefilme de recambio, La ciudadela, lleg¨® a doblarse con escaso margen de tiempo para la emisi¨®n, seg¨²n fuentes de Prado del Rey. Desde hace meses se promueve desde la propia TVE un programa titulado En busca del tesoro, y pocos d¨ªas antes de la emisi¨®n se percatan en Prado del Rey de que su t¨ªtulo original y correcto es, a tenor del contrato con los coproductores franceses, A la caza del tesoro (domingo d¨ªa 8).

La serie Mozart, anunciada para el pasado d¨ªa 6, tambi¨¦n coproducida por TVE, se pospone porque tampoco se cumpl¨ªa una cl¨¢usula del contrato. Ese mismo d¨ªa, la segunda cadena no emite el primer episodio de Animales bajo el sol. Que Mozart sea sustituido por un Calderero, sastre, soldado y esp¨ªa, en reposici¨®n, y que los mencionados animales sean reemplazados por El mundo del barroco, indica el peregrino sentido que los programadores tienen de horarios y espacios, cajones de sastre en los que caben indistintamente animales y arte, series de espionaje y, como alternativa, biograf¨ªas de m¨²sicos.

El martes d¨ªa 3 no se enmite el primer episodio de la producci¨®n nacional Con las manos en la masa. El mi¨¦rcoles d¨ªa 4, la programaci¨®n infantil de la primera cadena se altera totalmente y se emite un programa especial de Nosotros. El jueves d¨ªa 5 cambia el horario de la transmisi¨®n de la Cabalgata de Reyes con una hora de desfase sobre el anunciado. El s¨¢bado 7 tampoco entra el primer episodio de la serie de Libros de aventuras, y el domingo d¨ªa 8 se altera, nunca se dice por qu¨¦ raz¨®n, la emisi¨®n de Pueblo de Dios, que se permuta por el espacio Concierto.

Es decir, no hubo un solo d¨ªa de la pasada semana, de lunes a domingo, en el que se cumpliese ¨ªntegramente la programaci¨®n prevista, por motivos no siempre son ajenos a TVE. Incumple su compron¨²so p¨²blico de la programacion anunciada y defrauda as¨ª las expectativas de la audiencia, con una irresponsabilidad comparable al suministro de gafas para ver en tres dimesiones, el d¨ªa de Reyes, la pel¨ªcula Fort T. TVE no inform¨® suficiente e inequ¨ªvocamente sobre las caracter¨ªsticas del largometraje y de las gafas, al margen de que sea un negocio m¨¢s que dudoso especular con el dinero de los usuarios, m¨¢xime si se trata de emisiones experimentales.

No hace falta remontarse a a?os atr¨¢s, ni siquiera al pasado mes de agosto, que pasar¨¢ a los anales de TVE como uno de los m¨¢s escandalosos en cuanto a incidencias y atropellos de las emisiones, hasta el extremo de emitirse consecutivamente dos episodios pr¨¢cticamente iguales de una misma serie (Gal¨¢ctica). El esmero en el cumplimiento de la programaci¨®n no distingue a los directivos por m¨¢s que los jefes de planificaci¨®n de las en¨²siones han logrado, en general, ajustar los telediarios a su horario e impedir salidas al aire antes de tiempo.

La creaci¨®n de un nuevo cargo directivo en el organigrama de TVE, la Direcci¨®n de Programas, cuyo titular es Ram¨®n G¨®mez Redondo -y coautor del documento titulado Principios b¨¢sicos de la programaci¨®n, aprobado en 1981 por el Consejo de Administraci¨®n, entre los cuales no se incluyen aquellos deberes para con la audiencia-, auguraba mayor respeto a la audiencia. El pasado lunes, ante los micr¨®fonos de Radio 1, de Radio Nacional de Espa?a, G¨®mez Redondo se confes¨® humilde militante de Los pitufos, de "la sabidur¨ªa de las peque?as cosas". La planificaci¨®n y cumplimiento de las previsiones deben de ser cosas tan min¨²sculas, tan por debajo de la escala de Los pitufos, que no tienen cabida en el buen juicio y gobierno del m¨¢ximo responsable de la programaci¨®n.