Casi dos tercios de los Mirage F-1 con base en Canarias, fuera de servicio

Viene de la primera p¨¢gina

En la respuesta, el ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra, se?alaba que los da?os por corrosi¨®n no afectaban a la seguridad de los pilotos, no ten¨ªan ninguna relaci¨®n con el accidente citado y fueron subsanados por t¨¦cnicos de la empresa fabricante en diciembre de 1982, los cuales aplicaron una especie de pintura anticorrosiva sobre la zona afectada compuesta por una aleaci¨®n de aluminio y titanio.

El citado accidente del F-1, ocurrido en Motril, se produjo cuando el capit¨¢n Pedro Jos¨¦ Vera Estela, adscrito al ala 14 de la base de Los Llanos, observ¨® en pleno vuelo que se hab¨ªa parado el motor, por lo que ante la imposibilidad de volver a hacerlo funcionar opt¨® por arrojarse al exterior, utilizando para ello el mando de autoexpulsi¨®n.

Aunque la caja negra del aparato fue examinada en la factor¨ªa de la empresa de Marcel Dassault, en Par¨ªs, en presencia de representantes militares espa?oles y otros expertos, hasta la fecha no se ha facilitado informaci¨®n oficial sobre las causas del accidente ni sobre la actual situaci¨®n del tripulante. Fuentes cercanas a la empresa fabricante pusieron de manifiesto la posibilidad de poder encender nuevamente dicho motor, aunque para ello sea necesaria un gran sangre fr¨ªa por parte del piloto.

En septiembre de 1972, semanas antes de que se detectaran las corrosiones, otro F-1 se hab¨ªa estrellado en Alhama de Granada y su tripulante result¨® herido. Con anterioridad, el comandante Luis Barcala, que pilotaba un Mirage-3 sobre Albacete, falleci¨® al intentar un aterrizaje forzoso en Los Llanos, al ver incendiado el motor.

Juan Antonio Montesinos, miembro de la comisi¨®n de Defensa de AP, estima en cambio que, sin ser grave el problema de las toberas de salida del motor, existe un riesgo en potencia que puede afectar a la operatividad parcial de los aviones. "El Mirage F-1 no es un ata¨²d volante, pero los pilotos no van tranquilos y no sacan el rendimiento ¨®ptimo, al no alcanzar la velocidad o la altura adecuadas para cada operaci¨®n". Montesinos opina igualmente que con los avances tecnol¨®gicos actuales, los aviones est¨¢n por debajo de los admisible en el riesgo del vuelo. "Muchas veces por problemas pol¨ªticos se hacen malos negocios", a?ade.

Casualmente, los F-1 afectados por las corrosiones han estado o est¨¢n destinados en la base de Canarias -se estima que las condiciones de humedad, salinidad, tormentas de arena, etc¨¦tera pueden influir-, aunque los fabricantes del avi¨®n siguen sin saber en la actualidad la causa concreta de este problema, que tambi¨¦n se ha dado en los Mirage vendidos a Marruecos. Tambi¨¦n algunos de los aviones F-1 destinados al Ej¨¦rcito franc¨¦s han sufrido este tipo de problemas.

La casa fabricante, ante el temor a un deterioro de la imagen empresarial, ofreci¨® todas las facilidades para la reparaci¨®n de los desperfectos de los aviones y obtuvo como contrapartida el silencio del mando del Ej¨¦rcito del Aire espa?ol. Dassault revis¨® uno a uno todos los aviones vendidos a Espa?a y no cobr¨® nada, aunque la mayor¨ªa de los aparatos estaban ya fuera de garant¨ªa.

Marcel Dassault ha vendido hasta la fecha cerca de 700 unidades de este avi¨®n a 11 paises, incluido Francia: Espa?a, Africa det Sur, Grecia, Kuwait, Libia, Marruecos, Jordania, Qatar, Irak y Ecuador.

La base detos Llanos

La base de los Llanos dispone de un servicio t¨¦cnico capaz de realizar los tres escalones de mantenimiento del Mirage F-1, con excepci¨®n de la revisi¨®n del motor -un Snecma Atar-, de la que se encarga la empresa Construcciones Aeron¨¢uticas, SA (CASA), en una factor¨ªa de Ajalvir, en las cercan¨ªas de Madrid. En Las Palmas se realiza ¨²nicamente la revisi¨®n del primer escal¨®n: recambios, engrase, neum¨¢ticos, etc¨¦tera. Carece, pues, de los otros dos: talleres y bancos de pruebas y accidente y revisiones totales, respectivamente.

Dif¨ªcil traslado

Si en el caso de Los Llanos la principal limitaci¨®n es la inexistencia de un surtido suficiente de repuestos de piezas importantes, que deben ser suministradas por la empresa fabricante, esta circunstancia se complica en Gando: o bien los aviones de Canarias tienen que desplazarse a Albacete para ser reparados, o bien los especialiftas de esta base se trasladan a Gando si el avi¨®n est¨¢ imposibilitado para remontar el vuelo en condiciones normales de seguridad y hay dificultades para repararlo en Canarias.

La primera de las circunstancias supone un gasto adicional considerable, si se tiene en cuenta que transportar un avi¨®n de este tipo entre ambas instalaciones militares a una velocidad de crucero de 0,8 match (la velocidad de sonido es de un match) supone el consumo de al menos 5.000 litros de queroseno.

La baja operatividad de la base de Gando, que contrasta con la excelente de Los Llanos, es fluctuante y depende tambi¨¦n en buena medida de la escasa reserva de motores de F-1 -convencionalmente entre un 30% y un 40% con respecto al n¨²mero de aparatos- necesarios durante el tiempo en que los motores originales est¨¢n siendo revisados en Ajalvir.

En medios militares cualificados y entre algunos de los oficiales de los tres escuadrones que pilotan los Mirage F-1 se detecta malestar por la situaci¨®n producida en la base a¨¦rea de Gando, debido a lo que consideran una escasa atenci¨®n al Ej¨¦rcito del Aire en los Presupuestos de los ¨²ltimos a?os y, de forma concreta, en el de 1984. De los 308.474 millones de pesetas para armamento, s¨®lo el 21 % se destina a dicho ej¨¦rcito, mientras que el de Tierra dispondr¨¢ del 54% y la Armada del restante 25%, toda vez que entienden que el futuro de la defensa de Espa?a pasa por la modernizaci¨®n de dicho Ej¨¦rcito del Aire.

El corto presupuesto se ver¨¢, adem¨¢s, influido notablemente por la gran revisi¨®n (o gran visita, en la jerga militar) que tendr¨¢n que pasar obligatoriamente los 70 aviones Mirage F- 1. Para ello, expertos de la compa?¨ªa Dassault tienen previsto transportar a Biarritz dos aviones -uno de cada base- y formar a 50 t¨¦cnicos espa?oles que ser¨ªan los que finalmente llevasen a cabo la revisi¨®n del resto de los aparatos.