Nuestra psiquiatr¨ªa
Quiero, desde estas l¨ªneas, denunciar la situaci¨®n de prehistoria cient¨ªfica, en que se sume, en la pr¨¢ctica cl¨ªnica y en la social, el ejercicio psiqui¨¢trico. Partamos de situaciones de neurosis depresivas, tan frecuentes, con aparici¨®n incluso de cuadros de obsesi¨®n y complicaciones mayores rayanas en lo irreversible. En estos procesos est¨¢n presentes la fatiga y el stress.Esta situaci¨®n puede afectar hasta tal punto al individuo que ¨¦ste acaba por abandonar sus m¨ªnimas decisiones a esquemas ya presupuestos, verdugos de toda iniciativa personal. Se trata de personas aut¨®matas, con un estrecho horizonte de vida, cuando existe. De ellos se nutre nuestra masa social y, para ellos, nuestros agentes m¨¦dicos colegiados, personas que han culminado una carrera prestigiosa, en una universidad prestigiosa, mantenida por una sociedad desprestigiada por la penuria de materia y de esp¨ªritu, nuestros colegiados, decimos, ofrecen soluciones: f¨¢rmacos, electro-choque, aislamiento en celdas..., todo cuanto anule la energ¨ªa del individuo y su capacidad de, siquiera, elaborar pensamientos. Se trata de que el individuo deje de ser un enfermo. Pero, ?se hace sano acaso?
Cuando ¨¦ste, suprimida la medicaci¨®n, recupera su flujo de energ¨ªa normal, su mente, que no ha dado en absoluto soluci¨®n a ninguno de los problemas que le acuciaban, reinicia el camino de la lucha en busca de salidas inexistentes.
El fen¨®meno, denuncio, es de todo punto evitable con una reforma profunda del estado de nuestra psiquiatr¨ªa, dentro de las cl¨ªnicas y en su proyecci¨®n social. Vayamos a un tratamiento m¨¢s personal y profundo del yo del individuo, en canales personales y de grupo, en los que ¨¦l tome conciencia, en su entorno, de sus miedos, frustraciones, furores, pasiones, traumas.... cuitas, en suma, personales.
La inseguridad social de este pa¨ªs es un tema preocupante desde cualquier punto de vista, y v¨ªas de soluci¨®n haylas. Muchas de ellas redundan en el ansia por una mejor satisfacci¨®n de necesidades nacidas en su seno. En este orden, la mejora de la asistencia al enfermo se nos antoja primordial, en pos de una vida en sociedad m¨¢s equilibrada. Y la preocupaci¨®n por conseguirlo, ya como agentes, ya como testigos, es un compromiso inalienable de todos nosotros./
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