La Sociedad Max Planck, experiencia original y punta de lanza de la investigaci¨®n en la RFA
Una sociedad no estatal, con la misma organizaci¨®n jur¨ªdica que un club de f¨²tbol, encargada por el Estado para que le gestione y desarrolle la investigaci¨®n cient¨ªfica de la misma forma que se puede contratar un servicio de limpieza o de seguridad. As¨ª explica el funcionamiento de la prestigiosa Sociedad Max Planck, de la Rep¨²blica Federal de Alemania, el f¨ªsico espa?ol Manuel Cardona, de 49 a?os, director desde hace 13 a?os del Instituto Max Planck de Estado S¨®lido, en Stuttgart.
Cardona es, como todos los directivos de la Max Planck, un cient¨ªfico reputado, que ha obtenido recientemente el Premio Frank Isakson, de la American Physical Society, por sus estudios sobre los efectos ¨®pticos en s¨®lidos, y que tiene publicados m¨¢s de 350 trabajos. Con una f¨®rmaci¨®n posgraduada en Esta dos Unidos, fue profesor de la Universidad Brown antes de ser llamado para dirigir el nuevo Ins tituto de Estado S¨®lido, que cre¨® en 1971 la Sociedad Max Planck.Este f¨ªsico espa?ol, que acaba de pronunciar una conferencia en Madrid dentro del ciclo de alta divulgaci¨®n organizado por el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, explica algunas de las caracter¨ªsticas que hacen de la Sociedad Max Planck -fundada en 1911 por el kaiser GuilIermo, superviviente de la ¨¦poca nazi, y salvada de la posguerra gracias a un simple cambio de nombre- un ejemplo original y posiblemente ¨²til para la pol¨ªtica cient¨ªfica espa?ola.
Independencia del Estado
"El Estado no tiene influencia directa en la sociedad, aunque los fondos estatales constituyen el 90% del presupuesto total. El 45% procede de fondos federales y el otro 45% de fondos del Estado en que se encuentra situado el instituto de que se trate. La Sociedad Max Planck tiene 50 institutos distintos en las distintas ramas de la ciencia, desde la qu¨ªmica org¨¢nica hasta la historia del arte, con un total de 10.000 empleados, de los cuales 4.000 son cient¨ªficos".En la Sociedad Max Planck se dan caracter¨ªsticas de la empresa capitalista y de la empresa p¨²blica, con una complicada serie de medidas para control de calidad, planes a largo plazo y distribuci¨®n de los fondos. Funciona, por ejemplo, se?al¨® Cardona, la oferta y la demanda.
"La ciencia en los pa¨ªses desarrofiados es internacional", a?adi¨®, "y cuando se necesita un especialista en determinado campo se busca en la comunidad cient¨ªfica internacional, y no se tiene en cuenta su nacionalidad", afirma este fisico espa?ol, citando su propio ejemplo. Sin embargo, en el aspecto econ¨®mico, muy recientemente, presiones del Gobierno han hecho que la Max Planck se haya abstenido de hacer ofertas a investigadores de la universidad alemana superiores al sueldo que tengan.
Patentes y est¨ªmulos
Frente a la inmovilidad de organismos como el espa?ol Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, en la Max Planck se cierra, reorganiza o abre un instituto cada uno o dos a?os, se?ala Cardona, cuando se estima que su l¨ªnea de investigaci¨®n ha quedado desfasada, cuando se reciben repetidos informes negativos sobre su gesti¨®n (realizados por cient¨ªficos independientes) o cuando se jubila o fallece la figura cient¨ªfica que constitu¨ªa su alma mater.Tambi¨¦n dispone de una organizaci¨®n de patentes propia, lo que, unido a la progresiva legislaci¨®n sobre patentes alemanas, hace que los beneficios de las invenciones reviertan, a la Sociedad Max Planck, al instituto origen de la patente y al propio investigador que ha realizado el trabajo. Sin embargo, a?ade Cardona, "cuanto mayor sueldo tiene el "investigador, menos recibe de las patentes".
El funcionamiento de la Max Planck est¨¢ apoyado en una confianza de la sociedad alemana en la investigaci¨®n cient¨ªfica, opina Cardona. "La opini¨®n p¨²blica est¨¢ muy preocupada porque hace a?os que un alem¨¢n no gana un Premio Nobel". La rivalidad con la Universidad, el otro organismo donde se realiza investigaci¨®n, es inevitable, aunque la Max Planck acoge a muchos doctorandos. Cardona opina que es normal, "existimos para que las universidades tengan algo contra qu¨¦ competir".
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