El programa de la ONE promet¨ªa m¨¢s

El programa de la ONE, confiado a Peter Maag, ofrec¨ªa mucho m¨¢s que dio: dos buenas agrupaciones, tal el Coro y Orquesta Nacionales, cuatro solistas en circulaci¨®n, un director serio y responsable y un programa Mozart con p¨¢ginas poco o nada escuchadas: la M¨²sica para un funeral mas¨®nico, Kyrie en re menor y Gran misa en do menor, sumaban atractivos.Pienso que dadas las posibilidades de ensayo y las dificultades de Mozart (?existe otro compositor entre los grandes que recibe mayor n¨²mero de ejecuciones mediocres?), era dif¨ªcil alcanzar resultados de alto nivel.

Faltas de simultaneidad

As¨ª, sucedi¨® que tras una correct¨ªsima interpretaci¨®n del Funeral mas¨®nico, pieza de circunstancias cuyo estilo se mueve entre el Mozart dram¨¢tico y el religioso, si es que ambos no son uno solo, y otra, desigualmente correcta, del Kyrie en re menor: la Misa en do menor qued¨® a medio realizar. Simplemente se toc¨® y cant¨® lo m¨¢s discretamente que se pudo y, aun as¨ª, fueron frecuentes las faltas de simultaneidad en los ataques y otras imperfecciones dentro de una continuada monoton¨ªa din¨¢mica y una pr¨¢ctica insistente del mezzo forte.

La soprano austriaca Gabrielle Fontana, de color vocal atractivo, no justific¨® su importaci¨®n por inseguridad en la afinaci¨®n y los ataques; Ana Higueras estuvo bien, seg¨²n los h¨¢bitos de su buen estilo, aun cuando, acaso por las circunstancias, luci¨® menos que en otras ocasiones. Completaron el cuarteto Tom¨¢s Cabrera y el bajo yugoslavo Martinovich.

La acogida por parte del p¨²blico (salvo los m¨¢s un¨¢nimes aplausos al Coro.) fue desde la gelidez dispensada a la primera obra hasta los moderados aplausos dedicados a la Misa.