Redescubrimiento de una obra de Montsalvatge

Una vez m¨¢s, el violinista polacomexicano Henryk Szeryng fue protagonista absoluto de un concierto de la Sinf¨®nica de RTV Espa?ola, dirigida por Garc¨ªa Asensio. Cuando se cuenta con un int¨¦rprete de la categor¨ªa de Szeryrig, me parece buena f¨®rmula ¨¦sta de consagrarle una tarde entera. La actitud del director Enrique Garc¨ªa Asensio, al renunciar a "obras suyas", es m¨¢s de elogiar cuando realiz¨® un trabajo estupendo de colaboraci¨®n con el gran violinista y no menos gran amigo de Espa?a.Tuvo Szeryrig el buen acuerdo de desenterrar una muy bella obra de Xavier Montsalvatge, escrita en 1950 por instigaci¨®n de Szeryrig, que la estrenar¨ªa en Toldr¨¢ en mayo de 1953. Despu¨¦s, en tanto el compositor evoluciona est¨¦tica y t¨¦cnicamente, el Poema concertante es olvidado incluso por el propio Montsalvatge con notoria injusticia.

En el poema, un cierto ambiente ala Chausson, casi inexplicable pero bien advertible, entrelaza sus giros decadentistas con los ecos del antillanismo practicado entonces por el m¨²sico de Gerona. La parte virtuos¨ªstica del solista est¨¢ siempre justificada por razones musicales y engastada en una orquesta rica de colorac¨ªones, aunque nunca hirientes. Este poema casi proustiano, pensado y hecho de distanciamiento y moderaci¨®n, merece vivir en el repertorio con normalidad, pues en todo momento recibir¨¢ la acogida dispensada por el p¨²blico del Real y los aplausos recibidos por autor e int¨¦rprete.

Brillantez de sonido

Antes y despu¨¦s, Szeryng ofreci¨® sus versiones, siempre perfectas y siempre singulares, de Mozart (S¨¦ptimo concierto en re, tan hermoso como poco frecuentado) y Beethoven. El Mozart o el Beethoven de Henryk Szeryrig casi no admiten comentario: son asignaturas sabidas, obligatoriamente sabidas, para todo el que asuma una m¨ªnima cultura musical. La brillantez peculiar¨ªsima del sonido y un pensamiento capaz de combinar el m¨¢s estricto rigor con una evidente originalidad ideol¨®gica son datos fundamentales en la violin¨ªstica creativa de Szeryrig, presentes en su sorprendente juventud y m¨¢s espl¨¦ndidas a¨²n en su vital¨ªsima madurez.Hablar de virtuosismo es ocioso: el de Szeryng se cuenta, hace tiempo, entre los m¨¢s altos que se hayan conocido.

El triunfo de Henryk Szeryrig fue absoluto y superentusiasta. En ¨¦l participaron, con justicia, el maestro Garc¨ªa Asensio y los sinf¨®nicos de RTVE, que trabajaron con empe?o e ilusi¨®n.