Canc¨²n, el Caribe sofisticado
A las aguas m¨¢s ardientes de la tierra hay que a?adir el artificio de la belleza confortable
No hay aguas semejantes a otras en el planeta, ni mares gemelos. La distinta configuraci¨®n de sus fondos, la irrepetible intensidad de la luz, su propia densidad les confieren a cada uno de ellos calidades ¨²nicas.El ciclo de los tiempos se trastorna en el Caribe, ignorando el fr¨ªo. Se acabaron, cuando comienza nuestro invierno, las lluvias, los cielos de nubes giratorias, de volumen amplio y eterno color gris, la humedad envolvente y pegajosa, con matices de muerte. La atm¨®sfera se hace m¨¢s seca y un aire ligero renueva el tr¨®pico. As¨ª ocurre en las islas. Y en ese continente que es tambi¨¦n caribe?o. Canc¨²n, ese lugar en el mundo que el turismo, primero; la pol¨ªtica, despu¨¦s, lanz¨® a la fama, no es ni lo uno ni lo otro.
Lo ajustado ser¨ªa decir que se trata de una estrecha franja de arena (su anchura m¨¢xima no sobrepasa los 400 metros), que se extiende a lo largo de la costa mexicana, casi en la punta noreste de la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n. Unida hoy a tierra firme, es todo un s¨ªmbolo del mundo caribe?o pasado por el filtro del lanzamiento internacional.
Pero a pesar de imagen de postal de playas blancas y hoteles de ensue?o, el suelo coralino de Canc¨²n se resiste a la civilizaci¨®n, y (as¨ª me contaron en mi ¨²ltima estancia) reseca las ra¨ªces de las m¨¢s lujosas plantas, obligando a renovar a?o tras a?o las palmeras, los hibiscos que adornan las avenidas que atraviesan la estrecha isla. En pocos lugares del mundo existe un centro tan perfectamente concebido para el turismo de lujo. Fue justo al final de la d¨¦cada de los sesenta cuando tom¨® cuerpo la idea de convertir aquellas solitarias dunas en lo que son hoy. Acapulco, saturada de hoteles, excesivamente difundida su imagen, con indicios de contaminaci¨®n las aguas de su bah¨ªa, destru¨ªa su mito y pasaba al dominio de los turistas de a pie. Canc¨²n era entonces apenas un punto de referencia para los pescadores caribe?os. La idea, y parte del suelo, eran del ex presidente Echeverr¨ªa, y los ordenadores hicieron el resto. He le¨ªdo en alguna gu¨ªa que fueron las m¨¢quinas las encargadas de planificar la ciudad tur¨ªstica.
Peque?as calas naturales se abren al mar a trav¨¦s de las arenas m¨¢s blancas, cegadoras, de la tierra. Justo en el sitio preciso se levantan los hoteles, majestuosos, prometiendo lujo sin l¨ªmites. M¨¢s all¨¢, fuera de la mirada del turista, se extiende Ciudad Canc¨²n, levantada para albergar a los miles de trabajadores que dependen de su ocio.
Sin embargo, la venganza de la naturaleza sigue manteni¨¦ndose viva. La antigua isla presenta siempre un cierto aire destartalado, quiz¨¢ no perceptible a primera vista, pero perfectamente inequ¨ªvoco. La intensidad de los olores mezclados de origen indistinguible; el desorden irremediable de las hojas de las palmeras, siempre inclinadas por los vientos; la humedad caliente de una atm¨®sfera siempre un punto pesada; el ¨®xido que se cuela por la m¨¢s m¨ªnima rendija, impidiendo el acabado perfecto; el brillo desmedido: el Caribe entero se hace visible, t¨¢ctil, resistente.
Hacia el Sur, las playas de blancura repetida. La m¨¢s hermosa, la de Akumal. Y a lo largo de toda la costa, esas islas que figuran en los m¨¢s so?ados cat¨¢logos de viajes. Isla Nontoy, frente a la punta noreste de la pen¨ªnsula yucateca, invadida por las aves marinas y con playas solitarias. Junto a ella, isla Mujeres, bautizada as¨ª por el navegante espa?ol Francisco Hern¨¢ndez de C¨®rdoba, asombrado ante la abundancia de templos dedicados a figuras femeninas. En las proximidades de sus costas se encuentran algunos de los m¨¢s espectaculares fondos marinos. Y ruinas mayas en la zona norte.
Las islas
Al sur de Canc¨²n, y a unos 20 kil¨®metros de la costa, isla Cozumel, la m¨¢s extensa de las tres, base utilizada por Francisco de Montejo para la conquista del Yucat¨¢n. En esta isla recogi¨® Cort¨¦s a aquel Jer¨®nimo de Aguilar, sobreviviente de un naufragio, que vivi¨® durante a?os con los mayas, el amante de la legendaria Maliche. Siglos antes fue lugar de peregrinaci¨®n de los mayas, que levantaron aqu¨ª un templo a Ixche, la diosa de la Luna, como atestiguan las ruinas encontradas.
En la costa
Xel Ha: (a 122 kil¨®metros) construcciones en ruinas, entre ellas una gran pir¨¢mide. Su mayor atractivo, sin embargo, reside en sus lagunas coralinas que le dieron su nombre (agua rasgada).
Tulum: (a 136,5 kil¨®metros) frente al mar, sobre un alto, es uno de los lugares arqueol¨®gicos m¨¢s impresionantes de la zona. Considerada como una de las ciudades m¨¢s antiguas de entre las conservadas, y la ¨²nica amurallada.
Cob¨¢: (a 180 kil¨®metros, desvi¨¢ndose algo hacia el interior) la que fuera gran ciudad del imperio de Mayap¨¢n y centro viario maya.
Chetumal: ruinas mayas en las colinas cercanas a la actual ciudad.
En el interior
Sin duda, la visita obligada es Chichen Itz¨¢ (a unos 220 kil¨®metros en la carretera que lleva a M¨¦rida). Junto con las de Uxmal, tambi¨¦n en M¨¦xico, y las de Tikal, en Guatemala, constituyen los m¨¢s importantes vestigios de la civilizaci¨®n maya.
Y especialmente interesante es la zona norte de las ruinas, que corresponde al per¨ªodo maya de influencia tolteca.
A la b¨²squeda de las ciudades mayas
Otro de los atractivos de la zona, situada de lleno dentro del ¨¢rea de la civilizaci¨®n maya, desde Canc¨²n se pueden visitar algunos de los centros m¨¢s significativos de esta gran cultura. A manera de una r¨¢pida gu¨ªa se citan a continuaci¨®n los enclaves m¨¢s notables, con una sola advertencia: las ruinas est¨¢n dispersas; ser¨¢ necesario, pues, tiempo por delante y, desde luego, energ¨ªas para subir a las pir¨¢mides.
El viaje y los precios
Temporada seca en estos meses en el Caribe, y por tanto alta, los precios se resienten en igual medida. De todos modos, a¨²n es posible buscar y encontrar precios no excesivos. Varios operadores organizan programas a M¨¦xico con distintos itinerarios y condiciones. A manera de orientaci¨®n, los precios para un viaje de 15 d¨ªas, incluyendo el vuelo de ida y vuelta y alojamiento, est¨¢n alrededor de las 140.000 pesetas (Giras, Mundicolor, Euro-Este, Mars¨¢ns,etc¨¦tera). Se puede tambi¨¦n comprar un billete de tarifa reducida (de 80.000 a 90.000, seg¨²n temporada, en Politours) y luego organizarse el viaje a Canc¨²n por cuenta propia.
La vida en estos momentos en M¨¦xico est¨¢ algo m¨¢s barata que en Espa?a. La moneda, el peso, tiene el mismo valor que la peseta en relaci¨®n al d¨®lar.
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