Argentina: lobos juzgando a lobos
Para el autor de este trabajo, poeta y escritor argentino, los procesos abiertos en Argentina contra los responsables de los cr¨ªmenes de la dictadura militar no est¨¢n muy claros y parece como si el Gobierno de Ra¨²l Alfons¨ªn hubiera pactado algunos chivos expiatorios para saldar una largu¨ªsima cuenta de sangre y horror que exige una mayor claridad y rigor.
El general Camps, ex jefe de polic¨ªa de Buenos Aires bajo la dictadura militar, se jact¨® p¨²blicamente del asesinato de 5.000 opositores a la dictadura militar. Acaba de ser citado por la justicia para declarar sobre la desaparici¨®n de uno de ellos, pero anda libre por la calle.El terrorismo de Estado en Argentina produjo 30.000 desaparecidos como m¨ªnimo, 10.000 muertos declarados, miles de prisioneros, dos millones de exiliados. Pero el Gobierno radical del doctor Alfons¨ªn, reci¨¦n electo, ha establecido una diferencia entre los militares responsables de ese terrorismo, les ha clasificado en tres categor¨ªas: los que dieron las ¨®rdenes, los que las cumplieron con excesivo celo y los que simplemente las cumplieron.
As¨ª, el general Camps no tuvo problemas en autoinstalarse entre quienes se limitaron a cumplir las ¨®rdenes.
Llama la atenci¨®n que el Gobierno radical instituya como categor¨ªa lo que los nazis juzgados en Nuremberg esgrimieron como disculpa: "Cumplimos ¨®rdenes", dijeron. Como si hubiesen sido empleados de tienda o de oficina que movieron cajas o papeles seg¨²n, capricho de un bur¨®crata, y no actores de un genocidio feroz. Fue disculpa no aceptada.
Proceso sin revisi¨®n
Tambi¨¦n llama la atenci¨®n que el Gobierno del doctor Alfons¨ªn ponga un signo igual entre los militares y los llamados subversivos y juzgue a un grupo de ellos no inici¨¢ndoles proceso, sino prosiguiendo una causa incoada... por la dictadura militar. As¨ª, se legaliza un procedimiento de la dictadura militar sin revisar al menos los presupuestos que motivaron la, apertura de esa causa y se aplica el mismo calificativo que los militares propinaron a los miles de muertos y desaparecidos, a los presos, a los exiliados.
Centenares de subversivos -mejor dicho, sus restos, con tiros en la cabeza y las manos cortadas- est¨¢n apareciendo en los cementerios clandestinos que la gente ha comenzado a denunciar. Todos hemos visto esas im¨¢genes por televisi¨®n. ?Qu¨¦ habr¨¢ pensado una de las Madres de la plaza de Mayo mirando alguna tibia, un occipital semicubierto de tierra y no identificable?
Otra cosa que llama la atenci¨®n es que el Gobierno radical haya incluido entre los subversivos al ex gobernador peronista de la provincia de C¨®rdoba, el doctor Obreg¨®n Cano.
El doctor Obreg¨®n Cano integra un grupo pol¨ªtico con dirigentes montoneros, pero nunca fue miembro de esa organizaci¨®n guerrillera. Jam¨¢s particip¨® en una acci¨®n armada, pero fue preso igualmente cuando retorn¨¦ al pa¨ªs despu¨¦s de un largo exilio. Tiene proceso por asociaci¨®n il¨ªcita. En este terreno, el Gobierno radical aplica menos sutileza, categoriza menos que cuando se trata de los militares. Tampoco ha decretado una amnist¨ªa general: se revisar¨¢n los procesos de los presos pol¨ªticos de. la dictadura todav¨ªa en prisi¨®n -unos 60-habr¨¢ indultos, revisiones, condonaci¨®n de penas; pero el principio aberrante en que se basaron esos juicios no ha sido cuestionado.
En realidad, no hay mayor asociaci¨®n il¨ªcita en Argentina que las fuerzas armadas. Porque en muchas ocasiones (1930, 1943, 1955, 1962, 1966, 1976) violaron la Constituci¨®n, derrocaron a las autoridades civiles y se autoconstituyeron en Gobierno. Pero tambi¨¦n porque cometieron numerosos delitos penados por el C¨®digo Civil argentino: a) asesinato; b) secuestr¨®; c) da?o f¨ªsico a terceros; d) detenci¨®n ilegal de personas; e) juicio ilegal contra personas; f) condena ilegal de personas; g) robo; h) hurto; i) robo calificado; j) robo con escalamiento; k) violaci¨®n de domicilio; l) violaci¨®n; m) da?o a la propiedad privada; n) estafa; o) defraudaci¨®n fiscal; p) concusi¨®n; q) corrupci¨®n; r) ocultaci¨®n de pruebas; s) falso testimonio; t) asalto a mano armada; u) entrega de riquezas nacionales; v) atentados contra la seguridad y la estabilidad nacionales; w) destrucci¨®n del patrimonio nacional; x) violaci¨®n de la libertad de Prensa; y) violaci¨®n de las libertades p¨²blicas; z) violaci¨®n del derecho de asociaci¨®n.
Se acabaron las letras del abecedario, no la lista de delitos cometidos por la dictadura militar.
Esa asociaci¨®n il¨ªcita que son las fuerzas armadas argentinas tambi¨¦n viol¨® el derecho p¨²blico internacional: llev¨® al pa¨ªs a una guerra aventurera (las Malvinas); intent¨® una guerra con un pa¨ªs vecino (Chile); apoy¨® a Estados racistas condenados por la ONU (Sur¨¢frica, Israel); se entendi¨® a nivel represivo con otras dictaduras latinoamericanas (Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Guatemala); particip¨® directamente por v¨ªa de hecho, en el derrocamiento del Gobierno de un pa¨ªs vecino (Bolivia); asesin¨® a refugiados pol¨ªticos molestos para las dictaduras vecinas (el ex presidente boliviano general Torres, los ex legisladores uruguayos Zelmar Michelini y Guti¨¦rrez Ruiz) y a decenas de ciudadanos -refugiados o no- chilenos, uruguayos, brasile?os, espa?oles, franceses (las monjas, por ejemplo), suecos, etc¨¦tera; intervino en conflictos internos de otros pa¨ªses (El Salvador); procur¨® el derrocamiento de Gobiernos de otros pa¨ªses (Nicaragua); viol¨® la soberan¨ªa nacional de otros pa¨ªses (secuestr¨® a ciudadanos argentinos en Per¨², asesin¨® a una ciudadana argentina en Espa?a), etc¨¦tera.
De modo que si el Gobierno radical aplicara a las fuerzas armadas argentinas el mismo criterio que utiliza para los subversivos, agrupados bajo el rubro de asociaci¨®n il¨ªcita, deber¨ªa procesar a todo el cuadro de jefes, oficiales y suboficiales de las fuerzas armadas con mucha mayor raz¨®n y por cuestiones much¨ªsimo m¨¢s graves.
Pareciera que el Gobierno radical ha elegido -o pactado- algunos chivos expiatorios para saldar una cuenta largu¨ªsima de sangre que las madres de la plaza de Mayo llevan escrita en sus pa?ue los blancos.
Centenares de asesinos Pasar¨¢n al retiro centenares de asesinos que, como el general Camps, cumplieron ¨®rdenes y seguir¨¢n percibiendo alt¨ªsimos sueldos extra¨ªdos del sudor nacional. Otros ser¨¢n enviados al exterior hasta que el tiempo pase y el olvido venga. La suave purga de las fuerzas armadas se har¨¢ mediante tribunales militares, con recurso a la justicia civil, es verdad; pero el Gobierno radical ha establecido el principio de que los lobos deben juzgar a los lobos. Me pregunto cu¨¢ntas ovejas y corderos se presentar¨¢n a testimoniar ante un tribunal de lobos.
Y tambi¨¦n me pregunto por qu¨¦ el Gobierno radical, que pone un signo igual entre la dictadura militar y la subversi¨®n -aunque no tan igual-, no dispone igualmente que los, subversivos sean juzgados por otros subversivos. Claro que much¨ªsimos subversivos ya no est¨¢n en condiciones de hacerlo. Est¨¢n muertos, desaparecidos; vimos sus huesos an¨®nimos por la televisi¨®n.
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