Shultz describir¨¢ hoy a Reagan el inicio del 'deshielo' entre las superpotencias
Al t¨¦rmino de su entrevista de cinco largas horas con el ministro sovi¨¦tico de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko, celebrada el pasado mi¨¦rcoles en Estocolmo, el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, habl¨® por tel¨¦fono con el presidente Ronald Reagan, a quien completar¨¢ los resultados de la reuni¨®n en una sesi¨®n de trabajo prevista para hoy en la Casa Blanca."Consideramos que los sovi¨¦ticos no han dicho todav¨ªa la ¨²ltima palabra", coment¨® el portavoz de la Casa Blanca, Larry Speakes, en reacci¨®n a la entrevista Shultz-Gromiko. Para la Administraci¨®n Reagan, los asuntos bilaterales entre Washington y Mosc¨² siempre han sido un tema que "requiere tiempo". Seg¨²n Reagan, el lenguaje empleado por Gromiko en su discurso pronunciado ante la Conferencia de Desarme en stocolmo, donde lanz¨® duras acusaciones belicistas contra la Administraci¨®n Reagan, no va m¨¢s all¨¢ de la ret¨®rica pol¨ªtica.
Reagan conf¨ªa en que Mosc¨² ser¨¢, pr¨®ximamente, m¨¢s receptivo a las ofertas norteamericanas de buscar salidas al conflicto Este-Oeste.
El primer resultado concreto de la entrevista Shultz-Gromiko, la primera celebrada desde la ruptura de las negociaciones de Ginebra, el pasado 23 de noviembre, en materia de conversaciones para una reducci¨®n de misiles de alcance medio podr¨¢ ser la reanudaci¨®n en Viena de las negociaciones para una reducci¨®n de armas convencionales en Centroeuropa (MBFR). Pero los portavoces de la Administraci¨®n Reagan son cautos en tal sentido y evitan precisar cu¨¢l es la probabilidad real de que las negociaciones fructifiquen. Insisten en la l¨ªnea del ¨²ltimo discurso de Ronald Reagan, en el que pidi¨® un r¨¢pido regreso de los sovi¨¦ticos a la mesa de negociaciones para reducci¨®n de armamento".
Por otra parte, ex responsables de las negociaciones de desarme con la URSS, Gerard Smith y Paul Warnke, que dirigieron las negociaciones de los acuerdos SALT I y SALT II (este ¨²ltimo nunca ratificado por el Senado de EE UU), consideraron injustificadas las acu saciones lanzadas por el presidente Reagan sobre violaciones sovi¨¦ticas a los actuales tratados de reducci¨®n y control de armas. Seg¨²n los expertos, la construcci¨®n de un superradar en Siberia o las pruebas de nuevos misiles intercontinentales no representan ning¨²n cambio importante en la balanza de armamentos.
Reagan envi¨® un documento secreto al Congreso exponiendo tales violaciones, originando cr¨ªticas que lo consideran como una pol¨ªtica electoralista en un momento de inicio de la campa?a para la elecci¨®n presidencial en EE UU, el 6 de noviembre.
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