La catedral de la Almudena

El pasado d¨ªa 12, en este mismo apartado de Cartas al Director, don Jos¨¦ Miguel Andueza, de Valencia, nos hac¨ªa patente su sorpresa ante el hecho de que la Fundaci¨®n Villa y Corte hubiera decidido promover la terminaci¨®n de la catedral de la Almudena, y con ella, la plataforma del palacio Real de Madrid (para muchos, el m¨¢s bello e impresionante del mundo), as¨ª como ese espl¨¦ndido perfil madrile?o desde el Manzanares, calificador por s¨ª mismo de la belleza de una ciudad, y hoy incompletos por una obra vergonzosamente inacabada desde hace m¨¢s de 100 a?os. Como quiera que esta fundaci¨®n, no oficial, dedicada a la promoci¨®n cultural de todo lo madrile?o, y cuyo capital es el trabajo altruista de todos los que la componemos, con sus 120.0000 pesetas anuales de intereses del capital fundacional no parece probable que pueda abordar la finalizaci¨®n de ¨¦stas ni cualesquiera otras obras, y considerando el fracaso oficial e institucional de este tema a lo largo de los mencionados 100 a?os, hemos llegado a la conclusi¨®n de que somos los que amamos y sentimos Madrid, su cultura, su belleza o sus devociones los llamados a terminarlas. Considero que no es dif¨ªcil. Yo dir¨ªa que es facil¨ªsimo. La aportaci¨®n quedar¨ªa reducida a cuatro pesetas mensuales por madrile?o durante los tres a?os que duren las obras, si todos los madrile?os colaboraran. Pero eso es una utop¨ªa, y nosotros, de ut¨®picos nada. Si el mundo pol¨ªtico no interfiere con protagonismos interesados y nos apoyan los medios de comunicaci¨®n con informaci¨®n objetiva, como la que sobre este tema encontr¨® el se?or Andueza, de Valencia, los madrile?os, el pueblo madrile?o, y precisamente nuestra generaci¨®n, terminaremos ese excepcional conjunto que hoy representa una mancha en nuestra cultura y en nuestra sensibilidad./ Presidente de la Fundaci¨®n Villa y Corte.