Un ins¨®lito experimento en el bloque del Este
Bajo la gu¨ªa de Janos Kadar, el hombre que fue puesto en el gobierno por los sovi¨¦ticos tras la revoluci¨®n de 1956, Hungr¨ªa ha emprendido una serie de reformas desde arriba que tambi¨¦n se han traducido en una apertura pol¨ªtica. Si bien mantiene una diplomacia exterior de alineamiento incondicional con la URSS, la liberalizaci¨®n desarrollada paulatinamente en Hungr¨ªa la sit¨²a en una posici¨®n privilegiada e ins¨®lita dentro del bloque de los pa¨ªses del Pacto de Varsovia. El pasado martes, 24 de enero, entr¨® en vigor una dr¨¢stica subida de los precios de ciertos productos alimenticios, de la energ¨ªa y materiales de construcci¨®n, dentro de la pol¨ªtica de adecuaci¨®n de los precios de los bienes de consumo a la evoluci¨®n del mercado internacional. Un enviado especial de EL PA?S visito recientemente Hungr¨ªa.
Budapest, a principios de 1983. Por el Danubio, escaso de caudal tras un seco oto?o, descienden grandes trozos de hielo. Los enormes puentes que cruzan el r¨ªo, uniendo las dos ciudades hist¨®ricas de Buda y Pest, se iluminan al caer la tarde. En los fines de semana, los focos hacen resplandecer en la oscuridad, de un lado, la antigua fortaleza, el palacio, la catedral y la Bastilla de los pescadores; del otro, el parlamento neog¨®tico, con la estrella roja en su c¨²pula central.Mientras las capitales de los pa¨ªses socialistas hermanos y vecinos se sumergen en la penumbra y en el fr¨ªo, y en Ruman¨ªa se amenaza con un corte total de fluido el¨¦ctrico a los hogares que no reduzcan de inmediato a la mitad su consumo de electricidad, Hungr¨ªa y su capital gozan de un ambiente ajetreado en sus c¨¢lles,comerciales.
La calle peatonal de Vaci Utca transcurre como un s¨ªmbolo entre la plaza de Roosevelt y la de Dimitrof. En los ¨²ltimos a?os se ha convertido en el s¨ªmbolo de un dinamismo comercial sin precedentes en el Este.
Los turistas checoslovacos, alemanes orientales, rumanos y polacos pasean con asombro, entusiasmo y tambi¨¦n envidia por delante de escaparates atractivos, tiendas instaladas con esmero, vendedores atentos e incluso -sol¨ªcitos y, sobre todo, ante una oferta de art¨ªculos de todo tipo que no pueden so?ar con encontrar en sus ciudades de origen.
A pocos metros de all¨ª, junto al muelle de Belgrado donde atracan los barcos que remontan el Danubio hasta Viena y Passau, se alzan algunos de los mayores hoteles de lujo de la ciudad. Construidos con cr¨¦ditos y por empresas occidentales, son regidos ahora por cuadros h¨²ngaros. Una muestra de la ampl¨ªa cooperaci¨®n. occidental que Hungr¨ªa se ha sabido ganar para crear una infraestructura tur¨ªstica cuya rentabilidad ya es patente. A principios de diciembre se inaugur¨® el. hotel Flamenco, construido por una cadena hotelera espa?ola. En lo alto de Buda, junto a la catedral, funciona una de las entradas de divisas occidentales m¨¢s efectivas: el primer casino de los pa¨ªses socialistas.Facilidades al turismoPara llenar estos hoteles y otros m¨¢s modernos, - las autoridades h¨²ngaras no han dudado en bu¨¢ car facilidades. para el tr¨¢fico y en trada en-,el pa¨ªs de los turistas Uno de, los primeros pasos fue la supresi¨®n de la obligatoriedad devisados para los. ciudadanos austr¨ªacos. Estas medidas se han ido ampliando constantemente. Desde noviembre, los turistas franceses que viajen a Hungr¨ªa en grupo no necesitar¨¢n pasaporte, sino tan solo un carn¨¦ de identidad. Es el primer caso de este tipo en un ,pa¨ªs miembro del Pacto de Varsovia.Un turismo masivo ha exigido tambi¨¦n facilidades para el tr¨¢fico de la informaci¨®n. En los hotelesde Budapest se pueden comprar los m¨¢s variados diarios occidentales con tan's¨®lo un d¨ªa de retraso. Est¨¢n a la venta enmoneda h¨²ngara, con lo que los ciudadanos de Budapest tienen de hecho acceso a estos peri¨®dicos que no se venden.en los quioscos, aunque a un precio considerablemente m¨¢s alto que el de, la prensa nacional. Queda roto as¨ª el monopolio que ostentaban los ¨®rganos de partidos comunistas como representantes de la opini¨®n occidental. Tambi¨¦n ¨¦ste es un fen¨®meno en el que Hungr¨ªa es pionera. En Sof¨ªa, Praga o Bucareit s¨®lo est¨¢n a -la venta, normalmente de fechas muy atrasadas, el Morning Star; el Volkstimme, de los comunistas austriacos, o Unsere Zeit, de los alemanes occidentales. En Checoslovaquia est¨¢ expresamente prohibido el Mundo Obrero espa?ol.
En los restaurantes de Budapest reina una actividad febril. H¨²ngaros acomodados -y turistas esperan a que quede alguna mesa libre. Los camareros cumplen con rapidez los, encargos, recomiendan especialidades de la casa y cuidan hasta el ¨²ltimo detalle. Hace 10 a?os, en esta misma capital, los camareros parec¨ªan eternizarse para servir cualquier plato de aquellas paup¨¦rrimas cartas. Cuando lo hac¨ªan era con hast¨ªo y convencimiento de hacerle un favor al cliente. El origen del cambio est¨¢ en que hoy la mayor¨ªa de los restaunantes son familiares, surgen por doquier -privados o. en r¨¦ginien de arriendo a la. cadena estatal- y la competencia es feroz.
Este fen¨®meno no s¨®lo se percibe en las, empresas de servicios bares, taxis,
como restaurantes, talleres o bufetes de abogados, que se han creado al amparo de la reforma econ¨®mica del Gobierno h¨²ngaro, puesta en marcha en 1978 y cuyo fin declarado es fomentar la iniciativa privada, con el lema de Competencia, ahorro de materias primas y energ¨ªa, y alta moral de trabajo.
En, la industria se han formado cooperativas de trabajadores que, tras su jornada laboral oficial, y previo acuerdo con la direcci¨®n del centro, fabrican piezas en los talleres para venderlas despu¨¦s a la empresa.
Los resultados de este- experimento laboral parecen satisfacer a ambas partes. Los reformadores del r¨¦gimen h¨²ngaro quieren ir a¨²n m¨¢s lejos. Para 1985, muchas de las- grandes empresas h¨²ngaras podr¨ªan ser algo as¨ª como una maquinaria administrativa dedicada a los contactos con el extranjero, marketing y compra de materiales.
La producci¨®n en s¨ª quedar¨ªa en manos de las unidades de trabajadores, que gozar¨ªan de gran autonom¨ªa y cuyos ingresos ser¨ªan determinados por la cantidad y calidad-de los productos. Individualmente, los obreros ser¨ªan retribuidos por su unidad de producci¨®n, seg¨²n su rendimiento.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Diplomacia
- Pacto de Varsovia
- Janos Kadar
- Hungr¨ªa
- Pol¨ªtica tur¨ªstica
- Pol¨ªtica exterior
- Centroeuropa
- Relaciones internacionales
- Gobierno
- Prensa
- Organizaciones internacionales
- Europa
- Relaciones exteriores
- Administraci¨®n Estado
- Medios comunicaci¨®n
- Pol¨ªtica
- Turismo
- Administraci¨®n p¨²blica
- Cultura
- Comunicaci¨®n
- Sociedad