La estaci¨®n espacial permanente de EE UU estar¨¢ abierta, a todos, los pa¨ªses, dicen en Madrid los astronautas del 'Spacelab'
La primera misi¨®n del laboratorio espacial europeo, Spacelab, ha constituido un ejemplo sobresaliente de cooperaci¨®n internacional, afirmaron ayer los cinco astronautas de la misi¨®n, que han visitado Espa?a dentro de la gira que realizan por los pa¨ªses miembros de la Agencia Espacial Europea. Los astronautas se mostraron ilusionados por la autorizaci¨®n dada por el presidente Reagan para la construcci¨®n de una estaci¨®n espacial permanente, que, afirmaron, servir¨¢ para que todos los pa¨ªses puedan participar en las actividades espaciales.
Los cinco astronautas que han visitado Espa?a, entre estrictas medidas de seguridad, son tres norteamericanos y dos europeos: el comandante de vuelo John W. Young, una figura ya m¨ªtica en la historia de la astron¨¢utica, los especialistas Byron Lichtenberg y Robert Parker y los cient¨ªficos europeos Ulf Merbold (alem¨¢n occidental) y Wubbo Ockels (hol¨¢nd¨¦s). Ockels, que apoy¨® desde tierra la misi¨®n del Spacelab, figurar¨¢ como tripulante en la pr¨®xima misi¨®n del laboratorio."?Cu¨¢ntos coches hay en Madrid!", dec¨ªa ayer Young, en la actualidad el piloto m¨¢s experimentado del mundo en veh¨ªculos espaciales, asombrado por el tr¨¢fico de la capital. "Me han dicho que hay 4,8 millones de habitantes y 2,5 millones -de autom¨®viles. ?Puede ser verdad?" El recorrido tur¨ªstico por Madrid, que Young y sus compa?eros realizaron el mi¨¦rcoles, para acabar en el t¨ªpico tablao flamenco, no les impidi¨® dedicar ayer el resto de su estancia a explicar su trabajo en la misi¨®n del Spacelab, aunque Young reconoci¨® que ten¨ªa sue?o atrasado.
Una vez ante los periodistas, primero, y ante los cient¨ªficos, despu¨¦s, los astronautas parecieron revestirse de una coraza profesional que les hac¨ªa contestar de forma casi rutinaria a las preguntas sobre su experiencia durante el vuelo, los problemas que encontraron y el futuro de este tipo de cooperaci¨®n entre distintos pa¨ªses. Demostraron, sin embargo, conocer con detalle el papel de Espa?a en este vuelo del Spacelab, que calificaron repetidamente de "muy importante".
En cuanto al resultado de los experimentos cient¨ªficos -m¨¢s de 70- que realizaron los astronautas, destacaron la investigaci¨®n b¨¢sica en fisiolog¨ªa, y especialmente la reacci¨®n del cuerpo humano ante la falta de gravedad, aunque muchos de los datos obtenidos est¨¢n todav¨ªa sin procesar. Tambi¨¦n destacaron el crecimiento en el espacio de grandes monocristales de silicio y las fotograf¨ªas de la Tierra con vistas al perfeccionamiento de la cartograf¨ªa, en algunas de las cuales, afirmaron, se observa perfectamente la contaminaci¨®n del mar y la atmosf¨¦rica.Experimentaron asimismo m¨¦todos de fabricaci¨®n de espuma met¨¢lica para refuerzo interior de las alas de los aviones, y realizaron medidas de importancia en astronom¨ªa sobre las estrellas d¨¦ neutrones. Tambi¨¦n hicieron un an¨¢lisis global de las diferentes capas de la atm¨®sfera, que descubri¨® que existe deuterio a 100 kil¨®metros de altura.
Young, de 53 a?os de edad, fue seleccionado como astronauta en 1962, y es la primera persona que ha efectuado seis vuelos espaciales. Fue comandante de los vuelos del Apolo 10 y del Apolo 16, de exploraci¨®n de la Luna. En esta ¨²ltima misi¨®n recorri¨®, junto a Charlie Duke, la superficie lunar a bord¨® del Lunar Rover y, recogi¨® casi 100 kilogramos de rocas. Tambi¨¦n fue comandante del primer vuelo del transbordador espacial. En la actualidad dirige la oficina de astronautas de la NASA.
Los otros tres miembros de la tripulaci¨®n del Spacelab que vinieron a Madrid eran novatos en el espacio, aunque con una gran formaci¨®n cient¨ªfica o bien de vuelo convencional.
El equipo cient¨ªfico llevaba cuando se realiz¨® el vuelo, cinco a?os de entrenamiento continuado, lo que signific¨®, seg¨²n manifestaron Lichtenberg y Merbold "que nos conoci¨¦ramos perfectamente entre nosotros y que cuando entramos de verdad en- el transbordador nos sinti¨¦ramos como en casa". Merbold opin¨®, sin embargo, que en el futuro no ser¨¢ necesario un entrenamiento tan riguroso para los cient¨ªficos "si se dispone de una tripulaci¨®n que maneje el transbordador con la misma competencia que la que hemos tenido. S¨®lo hay que aprender c¨®mo dormir, comer y asearse, y un par de procedimientos de emergencia".
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