Siempre fue militante

A este retiro alpino en el que me encuentro desde hace unos meses me llega con alg¨²n retraso la Prensa espa?ola, y hasta este momento no he le¨ªdo el art¨ªculo de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n titulado El caso Mor¨¢n. Agradezco al se?or V¨¢zquez Montalb¨¢n las palabras elogiosas que me dedica, as¨ª como que me incluya en ese grupo de viejos y queridos amigos, como Julio Cer¨®n, Juan Gerona y el mismo Mor¨¢n.Quer¨ªa ¨²nicamente precisar lo que dice de personaje "para-socialista"; cuando fui uno de los protagonistas de aquel alzamiento de la Inteligencia Universitaria, agradeciendo de nuevo el calificativo de protagonista, que no es otro que los disturbios universitarios de febrero de 1956, de los que en los ¨²ltimos a?os bastante se ha hablado.

Es cierto que yo podr¨ªa considerarme entonces como un dem¨®crata-socialista, pero cuando tuve que exiliarme hab¨ªa participado ya en la fundaci¨®n de la Agrupaci¨®n Socialista Univesitaria y, ya en junio de 1958, ingres¨¦ en el PSOE y en la UGT y asist¨ª en la vieja Rue du Taur al Congreso de 1958, con Indalecio Prieto, Luis Araquist¨¢in, el inolvidable Antonio Amat, Luis Jim¨¦nez As¨²a, Francisco Bustelo y tantos otros; Bustelo y yo nos vimos empujados por Prieto para dirigirnos a, esa asamblea en una improvisada alocuci¨®n, que seguramente dejar¨ªa bastante que desear. Es cierto que desde el punto de vista de la disciplina y conducta militante durante cerca de 15 a?os dej¨¦ probablemente bastante que desear, considerando yo lamentable la actitud de inmovilismo del partido, as¨ª como su anticomunismo y antimonarquismo viscerales, que me parec¨ªan totalmente inoperantes; pero tambi¨¦n es cierto que darme de baja en el seno del partido nunca lo hice.

No obstante, repito que es cierto que mi disciplina m¨ªlitante dej¨® mucho que desear y fue por eso un poco lo que el se?or V¨¢zquez Montalb¨¢n, con harta amabilidad, denomina "embajador volante del antifranquismo internacional".

Pero Miguel S¨¢nchez Mazas y Francisco Bustelo son testigos de que cuando en Ginebra le¨ª que en un congreso celebrado en Suresnes parec¨ªa haberse puesto fin al inveterado inmovilismo del partido asumiendo la secretar¨ªa un tal Isidoro, reanud¨¦ inmediatamente la militancia disciplinada y activa. /