Una ineficacia que debe terminar

No improvisamos impulsados por la humana indignaci¨®n. El 29 de octubre pasado, al comentar las medidas terroristas anunciadas por el Gobierno, manifestamos nuestro escepticismo. El 4 de noviembre, a ra¨ªz del debate parlamentario sobre las mismas, publicamos un editorial en cuyo t¨ªtulo dec¨ªamos: "de nuevo, m¨¢s palabras". ?Es que es imposible algo m¨¢s eficaz? ?Tendremos que recordar c¨®mo otros Estados europeos han sabido vencer su terrorismo? ?Tendremos que recordar lo que nos estamos jugando? ?Qu¨¦ incapacidad es la de nuestros gobernantes para no poder hacer lo que en otros pa¨ªses puede hacerse? ?O es que estamos viviendo y promoviendo y propagando tal clase de utop¨ªas de falsos conceptos democr¨¢ticos, de grandes falsedades con las que tratamos -tratan- de autoenga?arnos, que todo ello fomenta la imposibilidad de acabar con esta plaga? ?Necesitaremos citar todos los falsos conceptos de la libertad, todo el lenguaje que desprecia o desacredita a la polic¨ªa en sus misiones; tanta benevolencia para los sospechosos -y m¨¢s que sospechosos- criminales, y para quienes los rodean, mientras se exige dureza m¨¢xima ante cualquier error posible de quienes los combaten? Es todo un vigor ¨¦tico, social el que falla.( ... ) Hemos concertado grandes acuerdos nacionales para otros problemas menos graves que ¨¦ste. Todo el comentario que TVE ha puesto al suceso, al dar la noticia en su primer telediario -aparte de las condenaciones de rigor-, ha sido recordar que ya se esperaba la acci¨®n de ETA y que sus presuntos destinatarios estaban advertidos para que tomasen las medidas oportunas, como si se quisiera juzgar conductas individuales o la mayor o menor previsi¨®n del teniente general. Su pistola reglamentaria, ca¨ªda en la acera junto a su cad¨¢ver, es todo un s¨ªmbolo y la m¨¢s pat¨¦tica imagen de la impotencia oficial frente a las metralletas.Es esa impotencia la que larnentamos. Es la que nos resistimos a admitir como definitiva.

30 de enero