Suecos y espa?oles
Las noticias sobre la posici¨®n del Gobierno sueco en la Conferencia de Estocolmo y los paralelismos (de comisi¨®n, omisi¨®n y deseo) que se aprecian entre dicha posici¨®n y la que declara una buena parte de la sociedad espa?ola me traen a la memoria algunos datos que creo de inter¨¦s dar a conocer o recordar. Leibniz llamaba a los suecos los espa?oles del Norte, y a los espa?oles, los suecos del Sur. No tuvo que trabajar para aislar a los suecos del Sur cuando quisieron imponer a punta de lanza su confesi¨®n religiosa porque Leibinz naci¨® dos a?os antes de que se firmara la paz de Westfalia. De los suecos del Sur, cuando ten¨ªa 20 a?os dijo y escribi¨®: "Los espa?oles est¨¢n civilmente muertos". Tuvo ocasi¨®n de trabajar diplom¨¢ticamente en la creaci¨®n de una liga para aislar a aquellos espa?oles del Norte,que se empe?aban en imponer su fe luterana a punta de lanza y arcabuz. Estos espa?oles del Norte tambi¨¦n se murieron civilmente; bien que despertaron algo antes.No es una casualidad que Suecia y Espa?a acusen una sensibilidad proclive a la neutralidad activa. La experiencia de la militancia religiosa intolerante la hicieron colmada entrambas, probando el furor del fervor y su esterilidad, y se dir¨ªa que una voz ¨ªntima avisa a esas dos sociedades de que el furor del fervor pol¨ªtico lleva a excesos tan est¨¦riles y vituperables como los del siglo XVI y el XVII.
La neutralidad activa es una forma de pol¨ªtica internacional, una forma elevada, moral y tecnol¨®gicamente.
Suecia y Espa?a pueden encontrarse, profundizando en esa actitud, y nada menos que el se?or Leibniz patrocinar¨ªa ese paralelismo y convergencia. / Agust¨ªn Andreu.
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