La elipse
1 mi¨¦rcoles
A Amparo Rivelles la han sacado entre las diez mejores actrices de Espa?a, unos cuantos se?ores que han opinado poniendo cara de opinar, que es una cara que se pone cuando se opina, generalmente, sin opini¨®n. Claro que peor fue lo de aquel locutor de radio que, reci¨¦n vuelta ella de M¨¦jico -"egresada",1 dicen por all¨¢, curiosa palabra, maestro D¨¢maso-, le pregunt¨®:-?Y hay alg¨²n antecedente art¨ªstico en su familia?
Todos, claro, pero ella tuvo la elegancia de explicarlo s¨®lo a medias. Viva la radio. De cualquier manera, yo he vuelto a ver El caso de la mujer asesinadita, porque me han llevado y porque escuchar a Miguel (Mihura) ha pasado de ser un placer intelectual a ser un consuelo vital (como ocurre con todo, a estas edades). Ya no oigo a la mujer asesinadita, sino que oigo a Miguel, en su piso de General Pardi?as (hoy a nombre de otro general, me parece) decirme, resignado y l¨²cido:
-Que se me ha puesto mala la pierna buena, Paco.
Se me muri¨® de las dos piernas. Amparo Rivelles se forja en Cifesa, en la noche del cine espa?ol, en los M¨¦ndez-Leite de cuando entonces, que eran todos imperiales, y luego se recasta en M¨¦jico, con lo que nos devuelven ahora, junto a S¨¢nchez-Albornoz y el cad¨¢ver de Largo-Caballero (la Rivelles ten¨ªa que haber entrado por Cartagena, que es por donde entra la Espa?a otra), es un mu?ido de actriz antigua, con vicios del cine que traslada al teatro, con vicios del teatro que traslada a la vida (vida convencional de la coeur/press) y latiguillos que hubieran puesto en pie, muerto ya y todo, a don Alfredo Marquer¨ªe. As¨ª las cosas, si la Rivelles, eso que antes se llamaba "una gran dama de la escena", puede hacer a Mihura, nuestro ¨²nico autor de vanguardia durante los 40/40, aqu¨ª es que todo, hasta la rebeld¨ªa y el absurdo, se est¨¢ sometiendo a una est¨¦tica de grandama. Y creen que no se nota, pero se nota.
3 viernes
Las bicicletas no son para el verano, sino para que Ch¨¢varri haga con la comedia una pel¨ªcula frustrada y se frustre con ella. ?l no tiene la culpa: es s¨®lo un elegido de los dioses de la cifesa/84 La obra no concomita en nada con su sensibilidad. Es un encargo. Todos vivimos del encargo pero hay encargos que matan, y m¨¢s a las juventudes de la "facul" que necesitan un d¨ªa/noche enteros, para parir un corondel. ?Saben lo que es un corondel? Miguel Hern¨¢ndez no es para que lo cante Serrat, o quien sea. Ni Machado ni Alberti. Los creadores de lectura son para leerlos. Neruda no es para que lo cante Theodorakis. Neruda es para tomarse la molestia y el placer de leerlo. Juli¨¢n Mar¨ªas denunci¨® hace tiempo la "divulgaci¨®n" de la cultura como la "trivializaci¨®n" de la cultura. Aqu¨ª, modestamente y con perd¨®n, hemos denunciado el drugstore Kafka, el v¨ªdeo/Mahler (que envilece secretamente y de golpe a varios genios: Proust, Mann, el propio Mahler, el exquisito Visconti). Y en este plan. Lo que hay detr¨¢s de todo esto es un Farenheith cultural. Una sustituci¨®n de la lectura por la guitarra (visual o campamental). Con raz¨®n se quejaba recientemente un columnista de que corren malos tiempos para la prosa. Incluso para la suya y la m¨ªa. Al Canto general, primer y ¨²ltimo intento de poes¨ªa ¨¦pica, grandiosa, de nuestro tiempo, lo han dividido en 15 cap¨ªtulos, como si fuera Dallas. Lo que Neruda tard¨® doce a?os en escribir, se nos da con ritmos y m¨²sica. Digamos que tampoco la izquierda tiene derecho a mu?ir estas manipulaciones, tan propias de la derecha. Parece que un tal se?or Benegas, madurez juvenil a punto, es el cuerpo del delito in corpore in sepulto en vivo in vitro. Todo. Pero las bicicletas -ay- no son para el verano de quienes hacen su agosto con el invento, y el impar Fern¨¢n-G¨®mez -?qu¨¦ fabulador como ¨¦l en Espa?a, sin venecianismos cursis?- parece que tiene un cabreo metarisico al respecto. Me lo dec¨ªa Neruda (s¨®lo viajaba en barco) cuando su buque tocaba el puerto de Barcelona, superados estos cabreos: "Pero vayamos, joven, a tomar unas cervezas".
4 s¨¢bado
Este pa¨ªs es reiterativo y cacof¨®nico. Siempre da los genios por parejas, o bien el genio y su sombra, Joselito y Belmonte, C¨¢novas y Sagasta, S¨¢nchez-Albornoz y Am¨¦rico Castro, Concha Piquer y Roc¨ªo Jurado. Y as¨ª mucho rato.Ahora, Julio Iglesias y Bert¨ªn Osborne. ?Es que no ten¨ªamos bastante con Julio Iglesias el otro d¨ªa vi a su manipulada hija en Windsor- para conquistar el mundo y a Pinochet, para ofrecer un Sinatra espa?ol de racionamiento a las salidas de derechas? Bueno, pues como somos cacof¨¢nicos y tautol¨®gicos, ahora hay que soportar a Bert¨ªn Osborne, que, sobre la her¨¢ldica vin¨¢cea de su apellido, lleva una voz de macho -el co?ac es cosa de hombres- y una planta de se?orito jerezano que es ya impresentable en cualquier bungalow medianamente inljetlhighlpop.
-?Y ad¨®nde va este chico?
-A hacer el rid¨ªculo, se?ora.
Pero uno, soci¨®logo de afici¨®n, le hace a todo lecturas sociol¨®gicas. O sea, que a¨²n tenemos una mesocracia m¨¢s hundida y tumefacta que la que am¨® con Raphael, so?¨® con Julio Iglesias y se autoalien¨® en general, bajo el calendario del Reinar¨¦ en Espa?a. Por debajo de todo eso, por debajo de Iglesias (Sinatra de Costa Fleming, como mucho) nos queda Bert¨ªn Osborne, se?orito de Jerez con sus mayorales de Domecq.
Y no vienen los tres sultanes de Persia porque Lorca no esta vivo para invocarlos. Hay que beneficiarse y agarrarse para no caerse. Yes. Lo malo de Espa?a no son esos divos que da, sino la caricatura que los repite. Cuando cre¨ªamos que no pod¨ªa venir nada m¨¢s chistoso, despu¨¦s del Cordob¨¦s, vino el Platanito. Cuando cre¨ªamos que Iglesias nos hab¨ªa puesto a tope, viene Bert¨ªn. Dec¨ªan los comunistas franceses: "El gauchiste favorece la imagen del Partido, por contraste". Bert¨ªn favorce la imagen de Iglesias, y esto es lo que molesta. Me dicen que por el Hondosur, con o sin Bofill, florecen ya miles de Bertines. Nunca m¨¢s pedir¨¦ osborne.
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