Thatcher interviene en favor de su ministro de Exteriores, a quien se exige que dimita
La primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, tras su visita a Hungr¨ªa, debe enfrentarse a una dif¨ªcil situaci¨®n ocasionada por las repetidas peticiones de dimisi¨®n de su ministro de Asuntos Exteriores, Geoffrey Howe, tras el proyecto, presentado por ¨¦ste a finales de enero, de privar a los empleados del centro de espionaje de Cheltenham de sus derechos sindicales.Thatcher expres¨® el s¨¢bado, en Budapest, su plena confianza en el ministro de Asuntos Exteriores, a quien considera "un maestro absoluto del arte de la negociaci¨®n". Howe, por su parte, tambi¨¦n rechaz¨® los rumores sobre su posible dimisi¨®n y declar¨® que ¨¦sta ni siquiera "ha sido planteada".
Seg¨²n el proyecto anunciado por Howe, se ofrece una indemnizaci¨®n de 1.000 libras (240.000 pesetas) a aquellos empleados de Cheltenham (7.000, de los cuales cerca de la mitad est¨¢n sindicados) que acepten la p¨¦rdida de sus derechos sindicales y el traslado a otros departamentos, en caso contrario. Howe aludi¨® la semana pasada a la posibilidad de despedir sin indemnizaci¨®n a los empleados que se nieguen a aceptar ambas posibilidades.
Tanto Thatcher como Howe negaron que este proyecto, ampliamente criticado incluso por sectores conservadores y basado en razones de "seguridad nacional", haya sido determinado por presiones norteamericanas.
Sin embargo, seg¨²n declar¨® ayer a The Sunday Times Brian Tovey, ex director de Cheltenham, que renunci¨® a su cargo hace cuatro meses, la decisi¨®n fue motivada por "presiones sutiles" efectuadas por los norteamericanos, tras la incidencia en la eficiencia del centro de las huelgas efectuadas entre 1979 y 1,982, ¨¦poca que coincide con la invasi¨®n sovi¨¦tica de Alfganist¨¢n y la crisis polaca.
Tovey afirma que, a partir de este momento, los responsables brit¨¢nicos del centro notaron una actitud reticente, por parte de EE UU, a compartir trabajos de espionaje con el Reino Unido que fue interpretada "como un mensaje".
Por otra parte, el semanario brit¨¢nico The Observer afirma en su edici¨®n de ayer que el marido de la primera ministra, Denis Thatcher, fue uno de los beneficiados por la concesi¨®n de un contrato de 300 millones de libras (672.000 millones de pesetas) para la construcci¨®n de una universidad en Om¨¢n a la empresa brit¨¢nica de cementos LTD, de la que el hijo de la primera ministra, Mark Thatcher, es el representante para Oriente Pr¨®ximo. Margaret Thatcher habr¨ªa intercedido para la concesi¨®n de estos contratos durante una visita efectuada a Om¨¢n en 1981.
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