Jaime Meir, el amigo de Pel¨¦
El venezolano multimillonario y autoritario que ha conseguido que Barcelona y Udinense jueguen un partido ben¨¦fico en Caracas
Se llama Jaime Meir y tiene 49 a?os. Parece un personaje de otro mundo. Se expresa en castellano, porque ha vivido desde peque?o en Venezuela. Es de origen rumano, y habla m¨¢s de cinco lenguas. En Barcelona se hosped¨® en el hotel Princesa Sof¨ªa. Reparti¨® propinas de 100 d¨®lares -15.600 pesetas- para arriba. Cerr¨® el restaurante La Dorada. Se present¨® en el despacho del gerente del Barcelona, Ant¨®n Parera, y dej¨® at¨®nitos a todos con sus gritos. Quer¨ªa hablar con N¨²?ez, presidente del club, y Parera no le conced¨ªa la entrevista. "General habla con general", le dijo a Parera, al que d¨ªas despu¨¦s le quitar¨ªa la corbata "porque entre deportistas hay que ir vestido como yo: ch¨¢ndal verde, camiseta de la selecci¨®n brasile?a y chaqueta de Venezuela", seg¨²n le explic¨®.
Lleg¨® a esta ciudad para hablar con Josep Llu¨ªs N¨²?ez, presidente del Barcelona, y cerrar un contrato para que el Bar?a dispute un partido amistoso en Caracas ante el Udinese de Italia. Jaime Meir se presenta como el organizador del evento del siglo. El evento no es otro que un homenaje a su amigo Edson Arantes do Nascimento, O rei Pele. Y el objetivo, recaudar fondos para ayudar a conseguir la paz del mundo. El hecho es que, una vez se recauden, esos fondos se destinar¨¢n para construir un museo en honor de Pel¨¦. El partido est¨¢ asegurado, con Maradona en el Bar?a y Zico en el Udinese. "Ser¨¢ retransmitido a los cuatro continentes y yo se lo ofrecer¨¦ gratis al pa¨ªs que no tenga dinero para pagar la transmisi¨®n", dijo Meir.Jos¨¦ Mar¨ªa Minguella es el empresario que puso en contacto a Meir con el Barcelona. El propio Minguella, antes de dar comienzo la conferencia de prensa en la que Meir anunci¨® el contrato, avis¨® a los pocos periodistas que se encontraban en el sal¨®n Montju?c del hotel donde se hosped¨® Meir de que "el partido va en serio: se jugar¨¢ el 27 de mayo en Caracas, pero no se os vaya a ocurrir pensar que es una tomadura de pelo por la vestimenta o por lo que diga el se?or que os voy a presentar ahora". Meir apareci¨® dando ¨®rdenes. "?Tr¨¢igame otro casete nuevo! Ya, vaya. Traiga mi grabadora Sanyo. ?Pero ya!" De entrada trat¨® al personal de "hermanos m¨ªos". Luego habl¨® de las bombas que nos van a sacudir en alg¨²n momento. Dijo que es ¨ªntimo amigo de Edson Arantes do Nascimient¨®, a quien conoce desde hace 25 a?os, y no de Pel¨¦.
Graba todo lo que dice. En la habitaci¨®n del hotel ten¨ªa m¨¢s de 500 cintas grabadas, todas ellas con declaraciones suyas o, incluso, con entrevistas que realiza a periodistas o personas con las que entabla conversaci¨®n. Sus principios son honestidad ("no enga?o a nadie"), trabajo ("con ¨¦l he conseguido todo lo que tengo"), profundo aprecio a los dem¨¢s ("porque yo les estimo a ustedes, hermanos m¨ªos"), ambici¨®n ("hay que ser ambicioso para conseguir algo"), no humillar a los dem¨¢s ("hay que fomentar la paz entre nosotros"), coraje ("se necesita para ser aventurero") y paciencia ("porque con ella se ganan muchas cosas").
N¨²?ez, que es conocido por su esp¨ªritu econ¨®mico, le concedi¨® una entrevista y acab¨® firmando el contrato que le tra¨ªa Meir, le prest¨® su propio coche y hasta su guardaespaldas. "Presidente es peque?o pero piu grande", dice de N¨²?ez. "Me ha dicho: 'Mire, ll¨¦vese a mi comisario y mi coche, porque usted es m¨¢s importante que yo'". Un tal Torres, que es el guardaespaldas de N¨²?ez, iba de un lado para otro. "Torres, tr¨¢igame los contratos". "Torres, suba a mi habitaci¨®n por las tarjetas". Y Torres dec¨ªa a los periodistas: "Oye, estoy aqu¨ª porque el presidente me encarg¨® que cuidara de ¨¦l, ya que este hombre va por ah¨ª repartiendo el dinero como si nada".
Meir es propietario de Sharp en Venezuela y tiene otros negocios financieros. A ¨¦l le sobra el dinero. El domingo llegaba de Mil¨¢n un avi¨®n que le conducir¨ªa directamente a Caracas, pero, a ¨²ltima hora, cambi¨® de planes. Prefiri¨® ir a Basilea a visitar a un amigo que estaba enfermo. El domingo, la se?ora Rosa, camarera del hotel, que le dijo que su marido estaba enfermo y recibi¨® inmediatamente 1.000 dol¨¢res -156.000 pesetas- de Meir, llor¨® por su partida. Los camareros, tambi¨¦n. Meir repart¨ªa propinas grandes entre ellos. Y es que un hombre as¨ª no aparece todos los d¨ªas.
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