Casta de torero

Los taurinos andan haciendo futurolog¨ªa con estos toreros, torerazos, de la Escuela de Tauromaquia. Si ser¨¢n o no figuras es lo ¨²nico que parece importarles y no aciertan a comprender (como siempre) la casta torera que atesoran, con la cual llenan el peligroso vac¨ªo del momento taurino actual, donde es materia de preocupaci¨®n la escasez de novilleros.Ma?ana ser¨¢n lo que sean pero Joselito, Fundi y Bote son hoy toreros a carta cabal, poseedores de una t¨¦cnica perfectamente aprendida, valientes, entregados a la dif¨ªcil tarea de la lidia con una seriedad que m¨¢s parece propia de veteranos maestros.

Novillos con respeto les sacaron ayer, varios de ellos duros y broncos, a pesar de lo cual consiguieron dominarlos. Arrebataron al p¨²blico, y al acabar el festejo, cuando los tres toreros sal¨ªan de la plaza a hombros, entre aclamaciones, el comentario general era que hab¨ªamos presenciado el m¨¢s emotivo festejo de esta feria y de muchas ferias.

Joselito protagoniz¨® los mejores momentos, tanto en el novillo m¨¢s noble de los seis, el cuarto, al que mulete¨® con impresionante hieratismo y primor, como en el m¨¢s dif¨ªcil, que fue el que abri¨® plaza. Herido en la axila de un pitonazo, Joselito replante¨® la faena, domin¨® la bronquedad del animal, le carg¨® la suerte al torear en redondo. Tambi¨¦n breg¨® con admirable conocimiento de los terrenos y abundantes recursos, cuaj¨® ver¨®nicas de gran belleza, prendi¨® excelentes Pares de banderillas.

Fundi, que sufri¨® tres volteretas muy serias, se arrimaba con pasmosa serenidad, ligaba en un palmo de terreno los pases de pecho, y tambi¨¦n coloc¨® un par de banderillas escalofriante. Bote, con el ganado m¨¢s deslucido, exhibi¨® t¨¦cnica, variedad y decisi¨®n. Y en la suerte: suprema, los tres se volcaban sobre los morrillos: de seis estocadas, m¨¢s un pinchazo, liquidaron la novillada.

Son toreros de casta, torerazos, a despecho de lo que en un futuro pueda ocurrir. Joselito-Fundi-Bote, componen hoy un cartel de tron¨ªo. Este es el fruto maduro de la Escuela de Tauromaquia, que ha funcionado apenas sin ayudas, a despecho de taurinos, que jam¨¢s creyeron en ella. Ahora es cuando barruntan que puede dar resultados. Y se frotan las manos, pensando en el jugo que la podr¨¢n sacar. Si los alumnos tienen futuro, naturalmente.