Fuertes bajas en la Bolsa neoyorquina, que s¨®lo se recuper¨® parcialmente al cierre de la semana
Los mercados burs¨¢tiles norteamericanos han sufrido esta semana important¨ªsimas presiones vendedoras e, incluso, en algunos momentos cundi¨® el p¨¢nico en los corros de Wall Street. El mi¨¦rcoles pasado, por ejemplo, el ¨ªndice de Dow Jones cedi¨® m¨¢s de 24 puntos, siendo ¨¦sta la ca¨ªda m¨¢s importante que ha registrado este indicador desde el 25 de octubre de 1982. Dicho ¨ªndice se sit¨²a a los niveles m¨¢s bajos de los ¨²ltimos seis meses, y la avalancha vendedora ha sido de tal magnitud que ha conseguido batir el r¨¦cord de volumen de contrataci¨®n, ya que por primera vez los operadores han intercambiado m¨¢s de 100 millones de acciones diarias durante 11 sesiones seguidas. Sin embargo, la muerte del dirigente sovi¨¦tico, Yuri Andropov, no obtuvo ninguna respuesta ostensible por parte de los inversores norteamericanos. La tibia recuperaci¨®n que se observaba en algunos valores concretos era atribuida a razones t¨¦cnicas derivadas de las importantes p¨¦rdidas acumuladas. La explicaci¨®n a esta baja de m¨¢s de 150 puntos del ¨ªndice Dow Jones no resulta demasiado complicada en opini¨®n de Carlo Al¨ª, en su informe semanal para Sherason American-Express. Los mercados burs¨¢tiles acostumbran a descontar acontecimientos futuros. En la actualidad, con las elecciones presidenciales a la vista y el angustioso problema del d¨¦ficit, el nivel de incertidumbre entre los inversores ha aumentado de forma espectacular. Los buenos resultados econ¨®micos y pol¨ªticos de la Administraci¨®n Reagan ya son de sobra conocidos.Para que la bolsa hubiera proseguido su carrera alcista, como muchos esperaban, se necesitaban nuevos hechos que vinieran a consolidar y mejorar estos logros. Sin embargo, las expectativas futuras no son lo suficientemente claras, sobre todo en lo que al espinoso y complejo problema del d¨¦ficit se refiere. El desequilibrio presupuestario pas¨® de representar un 2% del producto nacional bruto en 1981 a alcanzar un 6% en 1983. Muchos economistas han insistido en el peligro que representa esta situaci¨®n, sin que por el momento Reagan haya aportado ning¨²n tipo de soluci¨®n. Lo ¨²nico que ha ofrecido es una reducci¨®n de 100.000 millones de d¨®lares, escalonada entre los a?os 1985 y 1987. Seg¨²n esta oferta, la Administraci¨®n norteamericana disminuir¨ªa sus gastos en unos 70 millones de d¨®lares e incrementar¨ªa los ingresos fiscales en 30.000 millones de d¨®lares en los pr¨®ximos a?os.
Es evidente que ambas medidas son insuficientes, al menos as¨ª lo ponen de manifiesto diversos especialistas, aparte de que la Administraci¨®n norteamericana no ha explicado con detalle c¨®mo lograr¨¢ este objetivo. Incluso los analistas m¨¢s partidarios de la Administraci¨®n Reagan no consiguen comprender c¨®mo se pueden reducir los gastos del Estado sin penalizar a¨²n m¨¢s a un sector social que ya ha sido enormemente perjudicado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.