El Parlamento Europeo vota ma?ana el cambio de la CEE hacia un Estado semifederal
?Convertir en 10 a?os a la CEE en Uni¨®n Europea? El Parlamento Europeo votar¨¢ el martes en Estrasburgo sobre el anteproyecto de Tratado de la Uni¨®n Europea; que viene a ser un nuevo soplo de aire fresco en la Comunidad, a cargo del eurodiputado italiano y antiguo comisario europeo Altiero Spinelli. Se trata de llegar a una Uni¨®n que se asemeje a un Estado europeo semifederal, menos econ¨®mico y m¨¢s social que la CEE, y dotado de un verdadero Gobierno y un Parlamento con poderes. La idea ha recibido gran publicidad, incluido un anuncio de media p¨¢gina en el diario franc¨¦s Le Monde sufragado por varios intelectuales y profesionales.
El autor del texto es Altiero Spinelli, que pas¨® 15 a?os en las c¨¢rceles fascistas y que se sent¨® en el Colegio de la Comisi¨®n Europea, de 1970 a 1976, antes de pasar al Parlamento Europeo Independiente de izquierdas, pero elegido en 1979 por la lista comunista, con un aire socratiano su fiebre federal europea no ha remitido a sus 76 a?os de edad. Fue el fundador del Club del Cocodrilo, seg¨²n el nombre de un restaurante de Estrasburgo, que reuni¨® a parlamentarios de los diez de todo signo pol¨ªtico Se queja amargamente de la falta de poder decisorio de la CEE, donde los informes se ven bloqueados por los intereses nacionales en el seno del Consejo de Ministros.Altieri quiere ir a la vez m¨¢s all¨¢ y m¨¢s ac¨¢ de la actual Comunidad Econ¨®mica Europea. La Uni¨®n s¨®lo deber¨ªa actuar cuando su efecto pueda ser m¨¢s eficaz que el de las acciones de los propios Estados. El anteproyecto define toda una serie de pol¨ªticas comumitarias en los ¨¢mbitos social, econ¨®mico, industrial y otros. El informe sobre el Tratado no incluye la cuesti¨®n de una defensa europea, pero no ser¨ªa dif¨ªcil abordar luego este tema.
El recurso a la unanimidad quedar¨ªa, pues, pr¨¢cticamente excluido, salvo en casos muy excepcionales. Todas las decisiones deber¨ªan ser adoptadas por mayor¨ªa a lo sumo cualificada al cabo de un per¨ªodo transitorio de 10 a?os. Entre tanto, se podr¨ªan invocar intereses nacionales vitales para posponer decisiones. El Consejo de Ministros tendr¨ªa que tomar sus decisiones mucho m¨¢s r¨¢pidamente, y el Parlamento Europeo gozar¨ªa de poderes presupuestario y legislativo mucho mayores.
Apoyos y resistencias
Los poderes supranacionales de la Comisi¨®n Europea se ver¨ªan potenciados, transformando esta instituci¨®n en un verdadero Gobierno europeo. El ECU (Unidad de Cuenta Europea) se transformar¨ªa en un sistema de pago. El anteproyecto cuenta con 87 art¨ªculos divididos en seis partes m¨¢s un pre¨¢mbulo. Bajo el Tratado se articular¨ªan unas leyes org¨¢nicas.
Una resoluci¨®n de apoyo a la idea de este Tratado fue ya aprobada por una abrumadora mayor¨ªa en septiembre de 1983, aunque en esa ocasi¨®n votaron s¨®lo la mitad de los eurodiputados. Ahora planea sobre el proyecto un voto que podr¨ªa mermar su efecto s¨ª se aprobara una resoluci¨®n pidiendo que los Parlamentos nacionales, que han de ratificar el Tratado, puedan enmendarlo, posibilidad hasta ahora no contemplada. El proyecto cuenta con el apoyo de los socialistas, democristianos, liberales y comunistas. Pero la resistencia ser¨¢ marcada por parte de los daneses, los comunistas griegos y franceses, y los conservadores brit¨¢nicos. Y los Gobiernos tendr¨ªan que dar su improbable visto bueno. Da cierta pena contemplar la eficacia real del Parlamento Europeo, que con este posible paso parece despertarse de cara a su renovaci¨®n, por segunda vez por medio de elecciones directas, en junio. ?Ver¨¢ alguna vez la luz este Tratado? "Ser¨¢ necesaria una batalla pol¨ªtica, estamos s¨®lo en el primer acto", se?ala Spinelli, para el cual la batalla final se librar¨¢ en Francia".
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