El nacimiento de Bogey
En 1940, Raoul Walsh dirigi¨® en Pasi¨®n ciega a George Raft, Ida Lupino, Ann Sheridan y Humphrey Bogart, ¨¦ste en su condici¨®n de eterno secundario. Cuenta Walsh que Bogart estaba tan hastiado de su estancamiento profesional que no. hac¨ªa otra cosa que abonar su apodo de Bogey el quejica, que le hab¨ªan colgado en los estudios Warner. Protestaba por todo y murmuraba de todo. Por su parte, en Pasi¨®n ciega confirm¨® su estrellato una actriz inglesa de caracter¨ªsticas poco usuales en Hollywood. Se llamaba Ida Lupino, y su carrera en el cine de es una de las m¨¢s at¨ªpicas que se conocen: acab¨® produciendo, escribiendo y dirigiendo sus propias pel¨ªculas, lo que le llev¨® a la ruina.Poco despu¨¦s de finalizar el rodaje de Pasi¨®n ciega, el todopoderoso Jack Warner llam¨® a Walsh a su despacho y le tendi¨® un fajo de folios: "Irland¨¦s, ¨¦sa es tu pr¨®xima pel¨ªcula". Era un gui¨®n del entonces joven John Huston, titulado High Sierra o Su ¨²ltimo refugio. Walsh ley¨® el gui¨®n y se dio cuenta de que dentro de ¨¦l hab¨ªa otra de sus pel¨ªculas importantes.
Deb¨ªa cuidar el reparto. Necesitaba una pareja de estrellas raras, capaces de dureza y ternura m¨¢ximas. Ella, sin duda, era otra vez Ida Lupino. Pero, ?y ¨¦l? Para Jack Warner no hab¨ªa tampoco dudas: s¨®lo George Raft pod¨ªa interpretar al g¨¢nster taciturno y solitario Roy Earle. Pero, ?querr¨ªa el rijoso y encumbrado Raft, que cuidaba entre algodones su imagen de dur¨ªsimo, rebajarse a salir en la pantalla feo, pel¨®n, con cara de hambriento y, para colmo, aceptar¨ªa morir al final a tiros de la polic¨ªa? Raft mont¨® en c¨®lera: "?Matarme a m¨ª la polic¨ªa? O cambi¨¢is ese cochino final y yo no muero, o pod¨¦is ir buscando a otro", dijo.
Fue entonces cuando a, Walsh se le ocurri¨® darle el personaje a Bogart., Jack Warner objet¨®: "Ese Bogart se cree un duro, y quiz¨¢ lo sea. Pero es un resentido, y ¨²ltimamente anda por ah¨ª diciendo a todo el mundo que soy maric¨®n. Dale el papel, si quieres arriesgarte". Walsh se lo dio, pero el umbral M estrellato no s¨®lo no apacigu¨® la lengua envenenada del despechado y malhumorado Bogart, sino que la afil¨® m¨¢s. Llegaba cada ma?ana al plat¨® y, m¨¢s tarde, a las faldas del Mount Whitney, donde se rodaron los exteriores de Su ¨²ltimo refugio, con la oscura huella en su rostro de los estragos del alcohol. Bramaba entre plano y plano contra el sol, y si no hab¨ªa sol, contra la sombra; echaba la culpa a Jack Warner hasta de la existencia de las hormigas. Pero Walsh se dio cuenta de quemientras tanto estaba haciendo una interpretaci¨®n extra?a, magn¨¦tica, y de que a partir de Su ¨²ltimo refugio aquel insoportable sujeto jam¨¢s volver¨ªa a las colas de los repartos.
No se equivoc¨®. Su ¨²ltimo refugio lanz¨® a Bogart a la fama, que unos meses despu¨¦s confirmar¨ªa El halc¨®n malt¨¦s. Su creaci¨®n del g¨¢nster Roy Earle es antol¨®gica, y hoy, despu¨¦s de m¨¢s de 40 a?os, mantiene n¨ªtidamente su duplicidad y su hondura. La t¨®pica historia, tantas veces contada, del bandido que sale de la c¨¢rcel, organiza su ¨²ltimo gran golpe para retirarse y ¨¦ste fracasa ten¨ªa en el gui¨®n de Huston un tono es pecial e in¨¦dito: algo nuevo se in crustaba en el t¨®pico, y Bogart, en su perfecto d¨²o con Ida Lupino, que le dio una r¨¦plica conmovedora, magistral, alcanz¨® la me dida del gesto que necesitaba el personaje para estar enteramente incorporado a la pantalla.
El tosco g¨¢nster sentimental y la muchacha coja enamorada de ¨¦l compon¨ªan una relaci¨®n amorosa tan intensa, que la parte l¨ªrica del filme se fue poco a poco apoderando de la parte aventurera, y ¨¦sta qued¨® en s¨®lo un marco violento para una de las pel¨ªculas de amor m¨¢s delicadas de la ¨¦poca.
Su ¨²ltimo refugio se emite hoy a las 21.45 por la primera cadena.
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