Verbena
Ya ha comenzado, ya est¨¢ en marcha la caravana electoral americana, cuyo inicio coincide, pura casualidad de las calendas, con la celebraci¨®n del carnaval.Carnavalesco parece este peregrinar de estado a estado; globos, escarapelas, banderitas, gog¨®s coreando el ritmo del candidato a pomponazos, y el brillo cegador de tanta pr¨®tesis dental relumbrando en las sonrisas oficiales: no hay inversi¨®n m¨¢s rentable para el pol¨ªtico que la empleada en empedrarse de porcelana y oro las enc¨ªas.
Qu¨¦ gigantesco esfuerzo. El per¨ªodo electoral americano se extiende durante media eternidad. Son meses y meses de trabajo, una feria itinerante, una verbena n¨®mada. Hay admirables malabaristas de la ideolog¨ªa, espeluznantes tragasables belicistas, magos magn¨ªficos especializados en convertir lo falso en cierto. Todo esto sin olvidar a los payasos, que son el plato fuerte. No es de extra?ar que, en esta dura competici¨®n entre feriantes, el m¨¢s aventajado sea un veterano actor, un viejo profesional del espect¨¢culo que conoce los trucos del oficio. De seguir la cosa as¨ª ganar¨¢ Reagan, y entonces, como vencedor del concurso oficial de variedades, visitar¨¢ el Circo de Mosc¨² y actuar¨¢ codo a codo con Chernienko, el audaz volatinero ultramarino. Y all¨ª, solos los dos, en el cobijo de la c¨²pula de lona, artr¨ªticos y tumefactos por la edad, intercambiar¨¢n secretos: Reagan revelar¨¢ la f¨®rmula de su tintura de cabellos, Chernienko explicar¨¢ con qu¨¦ ra¨ªces de la tundra se confecciona el bebedizo que le mantiene en pie. Confidencias de ancianos venerables.
Es un esfuerzo ¨ªmprobo, s¨ª, el de la interminable campa?a americana. Es un festival perfectamente organizado, que tan s¨®lo posee un peque?o fallo: en Estados Unidos, para¨ªso de la democracia electoral, no vota casi nadie: es una sociedad laminada por la abstenci¨®n, a pesar de tanta verbena y tanto cisco. Claro que esto no es m¨¢s que un simple error del censo, que es restringido e insuficiente. Si los norteamericanos permitieran votar a todos sus s¨²bditos, o sea, si nos dejaran participar a los espa?oles y a todos los dem¨¢s pa¨ªses prohijados, como ser¨ªa lo justo y necesario, la feria ser¨ªa m¨¢s feria, y el presidente, nuestro verdadero presidente de los Estados Unidos y Ocupados.
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