Estudiante de econ¨®micas y defensor de causas perdidas
Salvador Puig Antich naci¨® en Barcelona el 20 de mayo de 1947, en el pasaje de la Ense?anza, muy cerca de la sede del Palau de la Generalitat. Era el tercero de seis hermanos en una familia de clase media. Joaquim, el mayor, es m¨¦dico psiquiatra y trabaja en Nueva York; la segunda es Inmaculada, maestra. Las peque?as son Montse, Carmen y Mergona. Carmen era enfermera del hospital de la Cruz Roja. En aquellos d¨ªas de 1973 las ATS ten¨ªan un conflicto de laboral y su abogado era Oriol Arau. Carmen y Oriol manten¨ªan adem¨¢s una relaci¨®n de amistad, que hizo que, cuando detuvieron a su hermano, le propusiera como defensor. Puig Antich s¨®lo puso como condici¨®n un abogado que no fuera del PSUC. Sin embargo, la biso?ez del letrado hizo que, en el juicio, fuera sustituido por Francisco Condomines.Estudi¨® en La Salle Bonanova hasta los 12 a?os, edad en la que protagoniz¨® un conflicto que le conllev¨® la expulsi¨®n. Uno de los profesores sol¨ªa insultar a un muchacho de pocas luces, a quien Salvador Puig Antich proteg¨ªa por su ingenuidad. Llego un d¨ªa que ¨¦ste plant¨® cara al profesor dici¨¦ndole que no ten¨ªa derecho a maltratar a nadie de palabra y que deb¨ªa disculparse. La reacci¨®n del religioso fue contundente, pero menor que la de Puig Antich, quien le asest¨® un tremendo bofet¨®n. Quienes le conocieron destacan este rasgo: "Siempre fue un defensor de causas perdidas".
A mitad de curso, la madre de Puig Antich no encontr¨® otro colegio que una escuela para ni?os sin recursos, que regentaban los capuchinos de la iglesia de Pompeya, y de la que se nutr¨ªa el orfe¨®n del centro. Lejos de encontrarse a disgusto, parec¨ªa estar en su salsa. Luego fue boy scout lo que acrecent¨® su vocaci¨®n altruista. Al a?o siguiente entr¨® en los salesianos de Matar¨®, donde termin¨® el bachillerato. All¨ª conoci¨® al padre Manero, el mismo que 10 a?os despu¨¦s le acompa?ar¨ªa en sus ¨²ltimas horas. Una vez hecho el bachillerato de Letras, fue al Instituto Maragall a estudiar las asignaturas de Ciencias para poder empezar Econ¨®micas, carr era que iniciar¨ªa, pero abaridonar¨ªa despu¨¦s, al considerar que era demasiado matematicista.
El servicio militar lo hizo en Ibiza. Antes intent¨® librarse haci¨¦ndose electroencefalograrnas despu¨¦s de tomar aspirinas y coca-cola y, estar un par de noche sin dormir. Estaba un poco asustado por el resultado de la mezcla y se hizo acompa?ar al Instituto Neurol¨®gico por su hermana Inmaculada. El resultado del electro no inanifestaba anomal¨ªas importantes y fue rechazado. Estas pruebas intentaron ser utilizadas por sus abogados a?os m¨¢s tarde en el consejo de guerra, a modo de atenuante, como prueba de alteraciones ps¨ªquicas. En el cual el fue destinado a enfermer¨ªa, de ah¨ª que le llamaran luego con el alias de el metge (el m¨¦dico). A escondidas le¨ªa a los cl¨¢sicos de la revoluci¨®n.
Terminada la mili se instal¨® en casa de su hermana Inmaculada. ?sta recuerda que pas¨® d¨ªas de fuerte angustia, encerrado en su habitaci¨®n, leyendo y meditando sobre su militancia. Una vez tomada su decisi¨®n empez¨® a ausentarse durante temporadas, para luego desaparecer de su entomo habitual. Uno de los d¨ªas que m¨¢s se indign¨® fue en un fugaz retomo, cuando su hermana, que sospechaba de su militancia, le dijo: "Salvador, dar la vida por una idea es una putada". Puig Antich respondi¨® tajante: "No intentes influirme. S¨¦ lo que hago y asumo plenamente mis actos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.