Sobre las Gorgonas y el Coco
Hace unos dos mil setecientos o, seiscientos a?os, cuando los griegos no conoc¨ªan bien el Occidente de Europa, colocaban en el extremo de su mundo, por aquel lado, a una isla en la que viv¨ªan las Gorgonas. A medida que tuvieron mejores informaciones acerca de esta parte de la tierra, alejaron m¨¢s la isla donde viv¨ªan semejantes seres terribles y de espantoso aspecto... no exento de cierta ridiculez. La creencia en las Gorgonas se dice que hace mucho que dej¨® de asustar a grandes y a chicos. Pero yo creo que Espa?a sigue siendo un pa¨ªs en que cada cual tiene su Gorgona particular, amaestrada, con el objeto de asustar al pr¨®jimo; o por lo menos que las Gorgonas de la isla de Sarpedon dejaron un conocido descendiente masculino, que no es ni m¨¢s ni menos que el Coco.Pensaban algunos inocentemente que ¨¦ste era un modesto fantasma con que asustar a los ni?os.
Su existencia se acredita en el tratado primero del Lazarillo de Tormes, cuando el hermano de ¨¦ste llama Coco a su padre, por lo negro y mal encarado; a lo que el buen hombre respond¨ªa riendo y con un amable hideputa. Pero no. El Coco tiene muchos descendientes (no sabemos si tambi¨¦n hidepulas). Leg¨ªtimos o ileg¨ªtimos, todos son verdaderos y ahora, en Espa?a, con lo que podemos definir como el florecer del derecho de expresar los sentimientos democr¨¢ticos, vemos que los, cocos o coquitos se reparten, conforme a lo que dicen personas tenidas por inteligentes y bien. habladas, "por toda nuestra Geograf¨ªa". Porque, s¨¦pase para siempre, la Geograf¨ªa ha adquirido corporeidad y los cocos nueva carta de existencia. Los m¨¢s abundantes corresponden a. esto que se llama "entes auton¨®micos". Advirtamos que tambi¨¦n. el "Ente" que antes se pensaba que exist¨ªa s¨®lo en el Entendimiento parece que tiene distintas figuras reales y corp¨®reas.
En estos distintos "entes" es donde existen los cocos m¨¢s representativos; por ejemplo el vasco, el catal¨¢n, el andaluz, el madrile?o, ete.
Unos existen para asustar al pr¨®jimo. Otros sirven para asustarse uno a s¨ª mismo. Adem¨¢s de los cocos de los "entes auton¨®micos" hay los de las "clases sociales" que, como sabemos todos tambi¨¦n est¨¢n en perpetua e inexorable lucha. Hay el coco capitalista, el peque?o burgu¨¦s, el obrero, el de la derecha y el de la izquierda.
Si es uno, por ejemplo, un sujeto perfectamente integrado en el "ente auton¨®mico vasco" ya se sabe que uno de los cocos m¨¢s asustantes que maneja es el de "Madrid". Madrid es algo m¨¢s espeluznante que la vieja Gorgona alada, con sus chatas narices, su lengua fuera y sus cabellos serpentinos. Madrid es la representaci¨®n del Mal en conjunto: todos los vicios frente a uno que es el nuevo Perseo lleno de bellezas y virtudes, dispuesto a luchas con todas las Medusas habidas o por haber.
Los madrile?os nos quedamos un poco asombrados de este coco que manejan ciertos vascos y que en realidad m¨¢s nos recuerda a la Tarasca del Corpus que a otra cosa. Cre¨ªamos sinceramenbte que en esta ciudad hab¨ªa, es cierto, un exceso de cagatintas, demasiados autos, ahora tambi¨¦n demasiados bancos (como en otro tiempo hubo demasiados conventos). ?Pero de eso a ser los representantes del Mal sobre la tierra hay una distancia! Pero demos un giro. El coco que puede utilizarse en madrid en relaci¨®n con "lo vasco", tambi¨¦n es extraordinario. Antes se cre¨ªa aqu¨ª que los vascos eran en conjunto unas buenas gentes... Ahora resulta que aparte de terroristas dan el tanto por ciento mayor de drogadictos, alcoh¨®licos y de otras cosas que la (antigua) docencia impide nombrar. Si un dibujante trazara la imagen de un coco vasco o de un coco madrile?o las Gorgonas quedar¨ªan como seres parecidos a la Venus de Cnido. El coco del capitalista manejado por las izquierdas o el del peque?o burgu¨¦s ya tienen su imagen hecha desde comienzo de siglo.
El primero es un cincuent¨®n barrigudo, lleno de cadenas y sortijas que bebe champ¨¢n, tiene a una vicetiple en las rodillas y vomita sin discreci¨®n. El peque?o burgu¨¦s todos sabemos lo que es: un coco de tercera, un coco para hacer reir.
?Qu¨¦ hermoso mundo de "representaciones colectivas"! ?C¨®mo sirve para odiar lo que no se conoce bien!. S¨ª. All¨¢ en el Occidente de Europa est¨¢n las Gorgonas, como en el tiempo en que se escribieron las Ciprias: siglo VII antes de JC.
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