La disoluci¨®n del Gobierno sirio coincide con s¨ªntomas del inicio de la lucha por la sucesi¨®n de Hafez el Asad
La disoluci¨®n del Gobierno sirio, descrita oficialmente como un procedimiento de rutina destinado a efectuar un reajuste ministerial, cobr¨® ayer un s¨²bito inter¨¦s al coincidir con un art¨ªculo del diario norteamericano The New York Times que revela la aparici¨®n en Damasco, por primera vez desde la creaci¨®n del r¨¦gimen en 1970, de una lucha abierta por la sucesi¨®n del presidente Hafez el Asad, quien el pasado mes de noviembre sufri¨® un ataque al coraz¨®n.
La formaci¨®n de un nuevo Gobierno, prevista para las pr¨®ximas 48 horas, no dar¨¢ lugar, sin embargo, seg¨²n otros medios bien informados de la capital siria citados por la agencia France Presse, a ning¨²n cambio sustancial en la pol¨ªtica interior o exterior de este pa¨ªs.Conforme a las informaciones recibidas en Washington de fuentes occidentales en la capital siria, el enfrentamiento entre los grupos que pugnan por suceder al presidente Asad alcanz¨® su punto culminante la pasada semana, cuan do fuerzas militares que obedec¨ªan ¨®rdenes de distintos jefes protagonizaron un incidente en la capital siria e incluso se oyeron disparos alrededor del palacio presidencial.
Los intentos de Rifat
El eje de la tensi¨®n radica, seg¨²n los datos de los que dispone la Administraci¨®n norteamericana, en los esfuerzos de Rifat el Asad, hermano menor del presidente, por quedarse como el ¨²nico candidato posible a suceder al jefe del Estado, a pesar de la firme oposici¨®n del Ej¨¦rcito regular y de los miembros del Partido Baas, en el poder.
No est¨¢ claro, de acuerdo con las mismas fuentes, cu¨¢l es la posici¨®n que mantiene el propio presidente Asad.
En Washington, mientras algunos portavoces aseguran que la tensi¨®n reinante en Siria es cierta, otros se inclinan a pensar que no conviene dramatizar demasiado los hechos de la pasada semana y que lo que est¨¢ ocurriendo es una pugna entre los subordinadoas de Asad por conquistar una buena colocaci¨®n y no "una amenaza contra el r¨¦gimen".
Ayer, el general Mustaf¨¢ Tlas, comandante en jefe adjunto del Ej¨¦rcito y ministro de Defensa, afirm¨® que las fuerzas armadas sirias "son ahora m¨¢s fuertes que nunca".
El Gobierno de Asad, dominado por los alauitas, una secta minoritaria chiita musulmana que constituye menos del 15% de la poblaci¨®n del pa¨ªs, estaba considerado hasta ahora como un r¨¦gimen estable, a pesar de los ataques de que hab¨ªa sido objeto anteriormente de parte de grupos fundamentalistas sunitas, sobre todo de los Hermanos Musulmanes.
El 27 de febrero pasado, 25.000 hombres de las Compa?¨ªas de Defensa de Rifat el Asad, que han actuado siempre como una especie de guardia pretoriana del r¨¦gimen, fueron desplegados alrededor de Damasco, segun fuentes diplom¨¢ticas.
Bater¨ªas de misiles tierra-aire fueron instaladas en las monta?as que dominaje la ciudad, varios carros de combates tomaron posiciones cerca de la capital y fueron dobladas las posiciones de las Compa?¨ªas de Defensa en la ciudad. El despliegue de un importante n¨²mero de hombres en Mezzeh parec¨ªa destinado a bloquear un eventual acceso a Damasco de la 3? Divisi¨®n.
El sentido de esta demostraci¨®n de fuerzas no era otra, aseguran las mismas fuentes, que una advertencia a las fuerzas armadas. El jefe de la 3? Divisi¨®n, Fayed, casado con una de las hermanas del presidente, no respondi¨®, pero el lunes por la noche, algunos de los 2.000 miembros de la guardia de palacio, dirigida por Adnan Mahkluuf, otro rival de Rifat, se presentaron en el palacio presidencial armados con material antitanque. Por primera vez en la historia del r¨¦gimen se escucharon disparos esa noche.
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