La Iglesia polaca advierte al Gobierno que se opondr¨¢ a la retirada de crucifijos
La jerarqu¨ªa cat¨®lica polaca, en su toma de posici¨®n m¨¢s dura desde la implantaci¨®n de la ley marcial, en diciembre de 1981, advirti¨® el pasado martes al Gobierno de Varsovia que resistir¨¢ con firmeza a los planes oficiales de retirar todos los crucifijos de las paredes de los edificios p¨²blicos.El Consejo General del Episcopado, presidido por el primado, cardenal Jozef Glemp, advirti¨® al Gobierno que la Iglesia no est¨¢ dispuesta a admitir un compromiso en la cuesti¨®n, que ha vuelto a salir a la superficie despu¨¦s de estar dormida durante varios meses.
Los obispos enviaron un mensaje de apoyo pleno a la poblaci¨®n mayoritariamente cat¨®lica de Garwolin, cerca de Varsovia, escenario de protestas despu¨¦s de que las autoridades ordenaran la retirada de los crucifijos de una escuela agraria de la cercana localidad de Mietne. La escuela fue cerrada tras la huelga de 400 de sus 600 alumnos, apoyados por sus padres y los sacerdotes locales.
El mensaje del Consejo General del Episcopado, le¨ªdo en una misa a la que asist¨ªan 4.000 personas, afirmaba que la Iglesia mantiene firmemente la tesis de que los s¨ªmbolos religiosos deben mantenerse en los lugares p¨²blicos y las escuelas, que los crucifijos han de volver a ser colocados y que los derechos de los cat¨®licos deben ser respetados. .
El mensaje lleg¨® poco despu¨¦s de que el portavoz oficial, Jerzy Urban, afirmase que, aunque el Gobierno no desea que estalle una guerra de los crucifijos, est¨¢ decidido a retirar los s¨ªmbolos religiosos de las propiedades del Estado. A este respecto hay que se?alar que ayer prest¨® declaraci¨®n durante 30 minutos ante la polic¨ªa el sacerdote cat¨®lico Stanislav Bienko. Fuentes informadas aseguran que lo que empez¨® como un acto de hostigamiento de escasa importancia, por parte de funcionarios provinciales, se ha convertido en la mayor confrontaci¨®n entre la Iglesia y el Estado desde 1981.
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