El presidente de los editores espa?oles aboga en M¨¦xico por la libre circulaci¨®n del libro
El Congreso Internacional de Editores escuch¨® el pasado mi¨¦rcoles una opini¨®n global, integradora, que plante¨® los problemas del libro y de la industria editorial, sin dejar de lado la situaci¨®n econ¨®mica de Latinoam¨¦rica, sin olvidarse del lector y considerando la profesi¨®n de editor m¨¢s all¨¢ de la de un simple empresario. Las palabras fueron de Francisco P¨¦rez Gonz¨¢lez, presidente de la Federaci¨®n del Gremio de Editores de Espa?a, quien habl¨® sobre La libre circulaci¨®n del libro.
Despu¨¦s de tres d¨ªas de trabajo parec¨ªa ya que ning¨²n conferenciante entend¨ªa o quer¨ªa entender lo que sucede de este lado del Atl¨¢ntico. Daba la impresi¨®n de que ning¨²n editor pod¨ªa abandonar el an¨¢lisis de las cifras de producci¨®n, las balanzas de pago y la constante preocupaci¨®n por sus propios estados financieros. Por eso result¨® estimulante escuchar a P¨¦rez Gonz¨¢lez decir que "a uno le gusta pensar que pertenece a una profesi¨®n imaginativa, din¨¢mica, de mentalidad abierta y capaz de encontrar caminos nuevos ante las dificultades...".En su discurso plante¨® que las estad¨ªsticas indican un moderado crecimiento, una paulatina recuperaci¨®n de la industria editorial, dentro del complejo panorama de la crisis mundial, pero que no todos los pa¨ªses se estaban recuperando todav¨ªa, ni todos ir¨ªan a crecer por igual: "La crisis afecta a ciertas ¨¢reas de forma especialmente profunda, y una de ellas es precisamente la regi¨®n del mundo en que se celebra este congreso".
P¨¦rez Gonz¨¢lez indic¨® que son numerosos, los Estados que atraviesan serias dificultades econ¨®micas, de las que no van a salir a corto plazo, y ¨¦sta es una realidad que hay que aceptar como punto de partida para cualquier an¨¢lisis.
Se?al¨® que a la libre circulaci¨®n del libro se oponen obst¨¢culos ya tradicionales, como aranceles, tasas, impuestos aduaneros y a veces hasta la prohibici¨®n de importar, pero hay otros obst¨¢culos que coexisten con ¨¦stos, y son los creados por esa realidad que no debe dejarse de lado: devaluaciones brutales, falta de divisas para efectuar los pagos, etc¨¦tera.
"A uno le cuesta admitir que haya colegas a quienes lo que de verdad les gustar¨ªa es un congreso sobre c¨®mo protegerse de la libre circulaci¨®n del libro". P¨¦rez Gonz¨¢lez fue el primer congresista que, en lugar de repartir culpas entre Gobiernos y autoridades responsables, invit¨® a sus colegas a la reflexi¨®n autocr¨ªtica, a la b¨²squeda que permita modificar los anticuados esquemas que muchos manejan. "No queda otro remedio que buscar soluciones imaginativas, a la vez ¨¢giles y eficaces, alej¨¢ndose creativamente de modelos tradicionales, para evitar -dentro de los marcos legales de cada pa¨ªs- un colapso en el intercambio de ideas y conocimientos a trav¨¦s de la palabra impresa".
El discurso fue como una bocanada de aire fresco en medio de la densa contaminaci¨®n que cubre la ciudad de M¨¦xico. "Que no siga habiendo, de ning¨²n modo, m¨¢s dificultades para los lectores". Reiter¨®, recordando a los 900 editores presentes, que considerar al lector como una de las partes esenciales del negocio editorial era algo m¨¢s que una gentileza. Finaliz¨® la lectura insistiendo en que todas las soluciones que el libro requiere ser¨¢n aplicables cuando el desequilibrio norte-sur no sea m¨¢s que un cap¨ªtulo en los libros de historia, y se?al¨® iniciativas ejemplares, como la reciente decisi¨®n de la C¨¢mara Argentina del Libro, que en un pa¨ªs con dificultades financieras graves ha decidido modificar sus estatutos para incorporas el compromiso de defender la libre circulaci¨®n del libro.
Modesta presencia de Nicaragua
En la Feria del Libro de M¨¦xico, dentro del majestuoso palacio de Miner¨ªa, hay un peque?o pabell¨®n que ofrece pocos libros, pero de un gran atractivo y una factura excelente. El m¨¢s atractivo de todos probablemente es Queremos tanto a Julio, una obra de homenaje que los nicarag¨¹enses prepararon para el 70? aniversario del escritor Julio Cort¨¢zar. El libro se termin¨® de encuadernar dos d¨ªas antes de que falleciera Cort¨¢zar. Se trata de una recopilaci¨®n de textos escritos especialmente para esta obra por Sergio Ram¨ªrez, Eduardo Galeano, Juan Gelman, Mario Benedetti, Tom¨¢s Borge, Miguel Bamet, Jorge Amado, Claribel Alegr¨ªa, Juan Rulfo y otros.
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