Un Mir¨® m¨¢gico y luminoso bajo el cielo de Provenza
La Fundaci¨®n Maeght de Saint Paul de Vence muestra sus cuantiosos fondos de obra mironiana en homenaje al artista
Es domingo por la tarde en la sede de la Fundaci¨®n Maeght de Saint Paul de Vence y el vecino pueblecito, erguido sobre un promontorio que se alza sobre un paisaje de prados, bosques de pinos y alcores y casitas provenzales, bulle de animaci¨®n. La temporada baja y la crisis no detienen al turismo dorado de la Costa Azul, cuya fracci¨®n m¨¢s exquisita ha tomado casi todos los alojamientos disponibles en torno a Saint Paul de Vence para disfrutar de la magia de Mir¨® en primavera.La exposici¨®n inaugurada el 10 de marzo en la Fundaci¨®n Marguerite et Aim¨¦ Maeght se prolongar¨¢ hasta el 8 de mayo. En ella, 250 obras pict¨®ricas, gr¨¢ficas y escult¨®ricas de Mir¨® esperan al visitante en la primera exposici¨®n p¨®stuma del artista. El s¨¢bado de la inauguraci¨®n, la Fundaci¨®n Maeght registr¨® un llenazo estimable entre las 1.500 y las 2.000 personas, que hac¨ªa virtualmente imposible la contemplaci¨®n serena de las obras.
Ahora es domingo por la tarde en Saint Paul de Vence y estamos en el jard¨ªn posterior del edificio, en el comienzo de un recinto llamado con justeza Labyrinthe Mir¨®, constelado de esculturas, g¨¢rgolas, estanques y monolitos.
No es posible sustraerse a la tentaci¨®n de adivinar qu¨¦ pensar¨ªa Mir¨® cuando recorr¨ªa el kil¨®metro escaso que separa La Colombe d'Or de la Fundaci¨®n Maeght. Es un Mir¨® m¨¢s libre y suelto el que deja percibir este paisaje amable, mucho m¨¢s verde y ondulado que el campo de Tarragona o las proximidades de la bah¨ªa de Palma de Mallorca. Mir¨® plane¨® hasta el ¨²ltimo detalle, piedra a piedra y grieta a grieta, la configuraci¨®n de este laberinto de 19 estatuas que complementa y realza el magn¨ªfico edificio creado por Josep Llu¨ªs Sert para la sede de la Fundaci¨®n Maeght. "Mir¨® amaba este lugar y todo lo que significa, y aqu¨ª realiz¨® y leg¨® algunas de las mejores obras de sus ¨²ltimos a?os. Esta exposici¨®n es un tributo a su humanidad y fidelidad personales, adem¨¢s de a su genio como artista", comenta el director de la fundaci¨®n, Jean Louis Prat, ¨ªntimo conocedor de la personalidad y la obra mironianas.
El Laberinto Mir¨®
Para comenzar el recorrido por las salas de la Fundaci¨®n Maeght, el visitante debe entrar primero en el edificio por un jard¨ªn delantero en el que se alzan, como prodigiosos ¨¢rboles o inquietantes antenas, varias esculturas de Alexander Calder, Hans Arp, Zadkine, Eduardo Chillida y Joan Mir¨®. Una vez dentro, un cartel indicador desv¨ªa hac¨ªa el jard¨ªn trasero, el Labyrinthe Mir¨®, un espacio aut¨¦nticamente excepcional en el que los campos y el cielo provenzales, as¨ª como la l¨ªnea azul del horizonte interrumpida por la silueta del cabo de Antibes, no son m¨¢s que elementos adicionales en la recreaci¨®n de este lugar por el artista. Hay, por ejemplo, un inquietante p¨¢jaro / toro mironiano de blanca piedra pulimentada, -Oiseau solaire (1968)- que echa un ojo al poniente y parece dispuesto a levantar el vuelo usando sus cuartos delanteros como alas, masivo y et¨¦reo a un tiempo.Hay timbi¨¦n tres estanques con esculturas, verdaderos Mir¨®s en cuatro dimensiones, en los que el agua y la luz son componentes pl¨¢sticos tan cruciales como la piedra y las formas. El primero es una g¨¢rgola / m¨¢scara verdirroja de cuyos labios mana un chorro potente, que al caer distorsiona constantemente las aguas de un estan que cuyo fondo est¨¢ hendido de l¨ªneas, puntos y estrellas. Al lado sin embargo, hay otro estanque que es la quietud misma, el silen cio misirio de un agua inm¨®vil, con un flando de pizarra negra y lisa sobre el que se alza un huevo de pie dra pulimentada con una l¨ªnea una inancha y una estrella pinta dos encima. El tercer estanque est¨¢ ligeramente hundido en relaci¨®n con los otros dos y en el centro del agua -ni quieta ni arremolinada, un agua de s¨ªntesis- hay un enorme guijarro blanco y estriado sobre un pedestal irregular.
Hay a¨²n otras fuentes entre estosjardines, y otras casi 150 esculturas de Joan Mir¨®, algunas de ellas en su emplazamiento permanente y otras, de los fondos de la Fundaci¨®n Maeght, temporalmente expuestas al aire libre. Rostros, grandes y peque?os personajes hechos con hormas de zapatos e irreconocibles engranajes de m¨¢quinas que nunca existieron, un reloj de viento hecho con una caja de cart¨®n y una cuchara de palo, una especie de gran sello de cer¨¢mica que los visitantes miran con embeleso y que recuerda intensamente a ese mosaico del pla de l'¨®s barcelon¨¦s que miles de personas pisan cada d¨ªa sin apenas prestarle atenci¨®n. Es un verdadero universo del espacio y la luz el que definen las esculturas de Mir¨® en este laberinto, que, como todos los laberintos que se precian, tiene m¨¢s salidas que las que son evidentes.
Constelaciones silenciosas
Una vez en el interior de la Fundaci¨®n Maeght, los visitantes afectos a Mir¨® y dispuestos a dejarse arrebatar por su genio tienen a su alcance una excepcional gama de goces visuales. Esculturas de peque?o tama?o, telas y ejemplos de la riqu¨ªsima colecci¨®n de obra gr¨¢fica mironiana que posee la Fundaci¨®n Maeght (1.500 obras en total) llenan las salas. Por ejemplo, los bronces, como la Jeune fille s'¨¦vadant, de 1968, con su cabeza de grifo y su secuencia de colores vios (rojo-amarillo-azul-rojo), o el herm¨¦tico y vivaz Chant de la Prairie (1964), o el airoso Projet pour un monument pour la ville de Barcelone. O la maravillosa Constellation silencieuse, un universo de negrura y espacio en s¨ª misma, punteada de brillos cambiantes y coronada por un huevo dorado que parece un espejo y un espejismo. Un detalle de seriedad y solvencia en la exposici¨®n es que, junto al t¨ªtulo y a?o de relaizaci¨®n de todos los bronces, consta la fundici¨®n donde fueron realizados; algunos en la Fundici¨®n Parellada de Barcelona, otros en Susse, de Arcueuil (Francia) y algunos m¨¢s en la Fonderie R. Scuderi, de Clamart (Francia).La exposici¨®n de Joan Mir¨® en Saint Paul de Vence cobra una dimensi¨®n exraordinaria si, a su car¨¢cter de homenaje p¨®stumo, se a?ade el hecho de que ¨¦ste es el vig¨¦simo aniversario de la inauguraci¨®n de este centro de arte contempor¨¢neo. Un bell¨ªsimo foulard de fondo negro dise?ado por Mir¨® para algunos afortunados de entre los invitados asistentes a la inauguraci¨®n de 1964 se expone entre la obra gr¨¢fica. As¨ª, tambi¨¦n las numerosas maquetas en cer¨¢mica realizadas en colaboraci¨®n con Llorens Artigas para L'Arc, la impresionante escultura parecida a un dolmen que sirve de puerta al laberinto (una puerta parad¨®jica, por cierto, pues marca uno de los ¨²nicos lugares del jard¨ªn que no tiene salida).
La sala Joan Mir¨® de la fundaci¨®n alberga una selecci¨®n cuidad¨ªsimamente elegida de la obra gr¨¢fica del artista. Todos los grabados, litograf¨ªas, aguafuertes y aguatintas est¨¢n titulados con las fechas de realizaci¨®n y edici¨®n y se detalla adem¨¢s el n¨²mero de ejemplares que se hicieron de cada obra. Destaca por lo anecd¨®tico de su g¨¦nesis y por su belleza L'invit¨¦ du dimanche (1969), un aguafuerte y aguatinta del que se editaron 75 ejemplares y que Mir¨® realiz¨® comofondo para una emisi¨®n televisiva francesa llamada L'invit¨¦ du dimanche, a la que asisti¨® como personaje Aim¨¦ Maeght.
Desde el et¨¦reo y al mismo tiempo en¨¦rgico colorido del Vitral de 1979 que adorna la fachada oriental de la Fundaci¨®n Maeght, hasta la poes¨ªa sutil de telas como Vol d'o?seau ¨¢ la premi¨¨re ¨¦tincelle de l'aube (Vuelo de p¨¢jaro al primer fulgor del alba) de 1964, pasando por la s¨¢tira de Grand Personnage (1956) o la sencillez extrema de los platos y vasos creados con Llorens Artigas, la obra de Mir¨® se expresa en una multiplicidad y vivacidad extraordinarias; sale de la relativa cotidianeidad producida por la contemplaci¨®n frecuente que inspiran las obras de Mir¨® que pueden verse en Catalu?a.
En este marco, Mir¨® nos muestra su perfil m¨¢s m¨¢gico, ese perfil que Tristan Tzara trat¨® de describir en 1948 con unas frases que pueden leerse ahora -junto a una ventana desde la que se divisa un mosaico de Braque- en una de las salas de la Fundaci¨®n Maeght de Saint Paul de Vence: "Mir¨® avanza sobre una cuerda ra¨ªda, en la que cualquier torpeza le resultar¨ªa letal. Y, sin embargo, es la alegr¨ªa de la tierra, sangre de nuestra carne, ba?ada por un sol un¨¢nime, la que se nos ofrece en su inocencia victoriosa".
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