"Me han dado", ¨²ltimas palabras de John Hoagland
"I'm shot" ("Me han dado"). Esto fue todo lo que dijo John Hoagland, fot¨®grafo de la revista norteamericana Newsweek, al ser alcanzado el viernes por una bala de ametralladora en las proximidades de Suchitoto. Junto a ¨¦l estaba Bob Nichelsberg, reportero gr¨¢fico de Time. Mientras se desplomaba, su compa?ero no le vio ninguna herida por delante, pero en la espalda ten¨ªa un tremendo boquete cerca de la columna vertebral. Luego se comprob¨¦ que el grueso proyectil de una M-60 le hab¨ªa destrozado el pulm¨®n izquierdo. "No tard¨® m¨¢s de 15 segundos en morir". Era la una de la tarde.El grupo de periodistas en el que se encontraba Hoagland hab¨ªa salido hacia Suchitoto cuando un ret¨¦n militar les detuvo unos 10 kil¨®metros antes de llegar a esta localidad. Por delante, a la altura de La Bermuda, donde hace un a?o muri¨® en una emboscada del Ej¨¦rcito Marianela Garc¨ªa Villas, presidenta de la Comisi¨®n de Derechos Humanos, se escuchaba ya fuego de mortero. Finalmente, un capit¨¢n autoriz¨® a la Prensa a seguir. Poco despu¨¦s de mediod¨ªa, el tiroteo hizo retroceder a los soldados. Una unidad de la guerrilla les esperaba por la retaguardia. Se trataba de una emboscada cl¨¢sica ya en esta guerra.
Los periodistas quedaron en tierra de nadie, tratando de resguardarse en las cunetas, mezclados a ratos con los soldados que regresaban. Al cabo de una media hora, en la que llov¨ªan balas y bombas de mortero en todas direcciones, Hoagland y NicheIsberg decidieron avanzar por una ladera huyendo de aquel infierno. "Era un riesgo, pero cre¨ªmos que deb¨ªamos intentarlo", relat¨® el superviviente. Un disparo de ametralladora M-60 se cruz¨® en el camino de Hoagland cuando se proteg¨ªa junto a un ¨¢rbol.
Es el d¨¦cimo periodista extranjero que muere en esta guerra. En agosto de 1980, Hoagland estaba junto al mexicano Rodr¨ªguez Terrazas, que abri¨® la lista tambi¨¦n en un tiroteo cruzado. Acababa entonces de llegar al pa¨ªs, despu¨¦s de haber cubierto la guerra de Nicaragua. Era su primera misi¨®n en El Salvador, y lloraba como un ni?o junto al colega muerto, al que acababa de conocer.
A comienzos de 1981, iniciada ya la ofensiva general de la guerrilla, el coche en el que viajaba, entre Suchitoto y Aguilares, pis¨® una mina. El c¨¢mara surafricano Ian Mates, que conduc¨ªa el veh¨ªculo, muri¨® a consecuencia de la explosi¨®n. Hoagland sufri¨® entonces heridas en un brazo, que le alejaron del pa¨ªs por dos meses. Desde su vuelta resid¨ªa en San Salvador, con algunos par¨¦ntesis para cubrir otros conflictos en Nicaragua y L¨ªbano.
Un accidente de tr¨¢fico sufrido hace m¨¢s de un a?o hizo que la compa?¨ªa arrendataria de su coche presentase contra ¨¦l una demanda, que por unos d¨ªas le llev¨® a la c¨¢rcel, donde compartid una celda con el mayor Guillermo Roeder, a quien justamente el viernes un jurado absolvi¨® de dos delitos de secuestro.
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