5.000 vecinos de Orcasitas caminaron cuatro kil¨®metros para acompa?ar al cementerio el cad¨¢ver del droguero asesinado
M¨¢s de 5.000 vecinos de Orcasitas acompa?aron los restos de Julio Mart¨ªn Jim¨¦nez, propietario de una droguer¨ªa muerto el pasado jueves por los disparos de un atracador, formando una comitiva que recorri¨® a pie los cuatro kil¨®metros que separan el barrio del cementerio de Carabanchel. La jornada se desarroll¨® sin el menor incidente, en un ambiente fuertemente emocional, que hizo que decenas de personas no pudieran contener las l¨¢grimas en la iglesia, mientras se celebraba una misa de cuerpo presente. Durante la ceremonia, el sacerdote avis¨® que se hab¨ªa declarado un incendio en un piso cercano.
Desde las ocho de la ma?ana de un d¨ªa que amaneci¨® encapotado y fr¨ªo, grupos de vecinos se fueron congregando a las puertas de la iglesia de la Preciosa Sangre, un templo que refleja voluntariamente en su construcci¨®n y en los materiales el car¨¢cter de barrio obrero de Orcasitas. Durante todo el d¨ªa, bares, comercios, quioscos de prensa y bancos, permanecieron cerrados. Tres asociaciones de vecinos y otras tres de comerciantes del barrio se encargaron de organizar el entierro y dieron la consigna de tranquilidad absoluta y ausencia de griter¨ªo, que se cumpli¨® al pie de la letra.Aproximadamente a las 9.15 de la ma?ana, el furg¨®n que transportaba los restos mortales de Julio Mart¨ªn desde el Instituto Anat¨®mico Forense lleg¨® ante la iglesia. El cad¨¢ver fue instalado ante el altar cuando ya el templo y los aleda?os se encontraban abarrotados por miles de personas. El p¨¢rroco, M¨¢ximo Matilla, celebr¨® una misa cantada que termin¨® con unas palabras de Juan Mart¨ªn, hermano de la v¨ªctima, quien, con voz entrecortada, agradeci¨® su asistencia a los presentes. Decenas de hombres y mujeres no pudieron contener las l¨¢grimas.
A la mitad de la misa, el sacerdote interrumpi¨® el oficio para advertir que un piso cercano se hab¨ªa incendiado. Un centenar de asistentes acudi¨® a la plaza de los Mil Delegados, situada apenas a 150 metros, para ver qu¨¦ ocurr¨ªa. Cuando llegaron, la polic¨ªa hab¨ªa trasladado ya a la residencia sanitaria Primero de Octubre a Antonia G¨®mez Ruiz, de 84 a?os de edad, habitante de la vivienda baja del bloque 118, portal 18, en la que se hab¨ªa declarado un espectacular incendio que arras¨® el interior de la vivienda. Un nieto de la anciana, Jos¨¦ Ruiz D¨ªaz, de 18 a?os, explic¨® que su abuela hab¨ªa quedado sola en la casa, mientras sus dos hijos asist¨ªan a la ceremonia f¨²nebre. Otras siete personas resultaron levemente intoxicadas.
A las 10.30 de la ma?ana, el f¨¦retro fue sacado a hombros de la iglesia y comenz¨® el recorrido, a pie, hasta el cementerio de Carabanchel, distante unos cuatro kil¨®metros de la iglesia. La comitiva tuvo que pasar por delante de la puerta de la droguer¨ªa, adornada con una corona funeraria, en la Gran Avenida, bloque 216, portal 44, donde se cometi¨® el crimen. No hubo el menor incidente, a pesar de que, como comentaron muchos vecinos y corrobor¨® F¨¦lix L¨®pez, ex presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos de la Meseta de Orcasitas y una de las personas m¨¢s respetadas del barrio, varios delincuentes habituales conocidos por todos formaban parte de la comitiva.
La comitiva recorri¨® la carretera que une Orcasitas con Carabanchel a paso lento, atravesando la carretera nacional de Madrid a Toledo. Un coche de la Polic¨ªa Municipal abr¨ªa la marcha y agentes del cuerpo controlaban el tr¨¢fico. Durante la casi hora y media que dur¨® el traslado, los vecinos coincid¨ªan en sus cr¨ªticas a la Administraci¨®n por su inoperancia ante la ola de criminalidad y su falta de imaginaci¨®n para desarrollar actuaciones que reduzcan el paro juvenil y generen actividades creativas para la poblaci¨®n menor.
A las 12 de la ma?ana el cortejo lleg¨® al cementerio de Carabanchel. Al bajar el ata¨²d a la tumba se produjeron nuevas escenas de dolor y nerviosismo entre los familiares. Uno de los hijos del fallecido Julio Mart¨ªn no pudo soportar la tensi¨®n y, ya casi a la salida del cementerio, sufri¨® un desmayo y tuvo que ser ayudado a subir a un coche particular.
"Mi hermana es incapaz de matar", afirma Juan Delgado
"Mi hermana se encuentra bien, aunque muy dolida. Est¨¢ fuera de Madrid. Me dijo el mismo viernes, cuando la pusieron en libertad, que nunca ser¨ªa capaz de matar a nadie". Con estas palabras resume Juan Delgado la situaci¨®n an¨ªmica de su hermana Benita, de 24 a?os, que fue confundida con uno de los atracadores que el jueves mataron a Julio Mart¨ªn y estuvo a punto de ser linchada por los vecinos.Delgado afirm¨® que las informaciones aparecidas sobre su hermana, citando su condici¨®n de drogadicta, han sido inoportunas y han contr¨ªbuido a que los vecinos les miren con animadversi¨®n. "Es cierto", afirm¨®, "que mi hermana es drogadicta, pero una cosa es tener adicci¨®n a la droga y otra muy distinta ser capaz de matar a nadie. Publicar eso s¨®lo ha servido para exacerbar los ¨¢nimos contra mi familia, y eso no es justo. ?Qu¨¦ va a hacer ahora la gente? ?Linchar a todos los drogodependientes que hay en Madrid?"
Benita Delgado tuvo que salir de Orcasitas en el interior de un coche-patrulla de la polic¨ªa. Trasladada a la comisar¨ªa de la Ciudad de los ?ngeles, la polic¨ªa comprob¨® que no ten¨ªa nada que ver con el atraco y la muerte del droguero.
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