El Gobierno de Murcia se hab¨ªa embarcado en proyectos con un riesgo desproporcionado a su capacidad financiera
El Gobierno regional de Murcia, presidido por Andr¨¦s Hern¨¢ndez Ros, sosten¨ªa un entramado de proyectos para el que la comunidad carec¨ªa de capacidad financiera, seg¨²n t¨¦cnicos de la Administraci¨®n. El monto de las operaciones intentadas se elevaba a 11.000 millones de pesetas -en una comunidad cuyo presupuesto global es de 17.000 millones-, mientras que las iniciativas pendientes de consideraci¨®n fueron estimadas en casi 200.000 millones m¨¢s. La doble ca¨ªda de Andr¨¦s Hern¨¢ndez Ros, como presidente del Gabinete aut¨®nomo y como secretario regional del PSOE, se enmarca as¨ª en un contexto mucho m¨¢s amplio que el del esc¨¢ndalo originado por el soborno a dos periodistas.
No s¨®lo la direcci¨®n federal del PSOE, sino las propias autoridades econ¨®micas del Gobierno central, llegaron a inquietarse por la posibilidad de que el agujero murciano alcanzara l¨ªmites incontrolables, lo cual parece que no ha llegado a suceder. El presidente in p¨¦ctore de la comunidad, Carlos Collado, afirma que los ejes principales de la nueva etapa ser¨¢n "la ruptura con el pasado" y una pol¨ªtica de austeridad; paralelamente, la ejecutiva regional del PSOE ha quedado desprovista de poderes efectivos y sometida a la tutela de la ejecutiva federal, hasta que un congreso extraordinario, convocado para el mes de mayo, pueda elegir nueva direcci¨®n.Este conjunto de medidas sanciona un giro en la orientaci¨®n del PSOE murciano. Las cosas cambiaron mucho entre la primera y la segunda visitas a Murcia de dos dirigentes federales del partido, Carmen Garc¨ªa Bloise y Salvador Fern¨¢ndez (coincidiendo con sendas reuniones del comit¨¦ regional del partido): en la primera, al d¨ªa siguiente de la publicaci¨®n del soborno, presenciaron la dimisi¨®n de Hern¨¢ndez Ros como presidente, pero no como secretario general del partido; en la segunda apoyaron, de hecho, tambi¨¦n esta otra medida, aunque Carmen Garc¨ªa afirma p¨²blicamente que no hubo "presi¨®n alguna desde Madrid".
El Gabinete de Andr¨¦s Hern¨¢ndez Ros estudi¨® operaciones de alto riesgo durante sus nueve meses de permanencia en el poder (adem¨¢s de las empresas intentadas en la etapa preauton¨®mica). La valoraci¨®n global de las mismas ascend¨ªa a 11.000 millones de pesetas. La cifra no quiere decir que esas inversiones estuvieran previstas para un solo a?o -la mayor¨ªa fueron excluidas del presupuesto ordinario de 1984, por resistencia interna de algunos consejeros o adirertencias del Gobierno central-, pero da idea no s¨®lo de la magnitud de las iniciativas abordadas por el ex presidente, sino del entramado de intereses que hab¨ªa puesto sus esperanzas en Hern¨¢ndez Ros.
Seg¨²n los detalles conocidos por este peri¨®dico, las principales inversiones estudiadas eran las siguientes: de,1000 a 3.000 millones de pesetas para la puesta en marcha del canal de televisi¨®n auton¨®mica; entre 1.200 y 1.500 millones para la instalaci¨®n del tren a¨¦reo entre Murcia y Molina de Segura; y de 1.000 a 1.200 millones para la adquisici¨®n de la mayor¨ªa de la sociedad Azarmenor, propietaria del casino de LaManga.
A ello hay, que sumar, entre otros proyectos importantes: 600 millones de pesetas para trasladar a Murcia algunas instalaciones de la Compa?¨ªa Trasmediterr¨¢nea, con objeto de abrir l¨ªneas entre Cartagena y las islas Baleares; 500 millones para participar en un proyecto de renovaci¨®n del hotel Victoria (actualmente cerrado); 300 millones destinados a crear una promotora de pel¨ªculas -cuyo primer trabajo iba a consistir en una cinta sobre Antonete G¨¢lvez, figura del cantonalismo-, y otros proyectos de alto coste, aunque de menor cuant¨ªa que los anteriores, como factor¨ªas de piensos, adquisici¨®n de barcos de bandera paname?a para importaci¨®n y exportaci¨®n, y un largo etc¨¦tera.
El "mister Marshall" de Murcia
Adem¨¢s de esas operaciones -en las cuales la comunidad aut¨®noma deb¨ªa realizar inversiones directas o avalar cr¨¦ditos a los correspondientes promotores-, exist¨ªa otra larga serie de iniciativas planteadas por las entidades locales al presidente de la comunidad; muchas de ellas, fruto de las promesas efectuadas durante la campa?a a las elecciones auton¨®micas de 1983. Como consecuencia de este sistema -y de peticiones llegadas con posterioridad-, se acumularon en la mesa del Gobierno regional iniciativas estimadas en cerca de 200.000 millones de pesetas, seg¨²n las fuentes antes mencionadas.
Algunas de las personas que disponen de estos datos describen al presidente dimisionario como "un nuevo mister Marshall" de la regi¨®n murciana. Un pol¨ªtico de la comunidad, que prefiere ocultar su identidad, dice de ¨¦l que "se presentaba en los pueblos preguntando a la gente qu¨¦ se necesitaba all¨ª, y se ofrec¨ªa a resolver todos los problemas. No se daba cuenta de que era imposible pagar lo que ¨¦l compromet¨ªa, salvo que se crease un banco emisor en Murcia, es decir, que se lludiera dar a la m¨¢quina de hacer billetes directamente en esta regi¨®n".
Un tercer cap¨ªtulo es el llamado "pacto para el progreso". Hern¨¢ndez Ros firm¨® un acuerdo con la rama murciana de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales, comprometi¨¦ndose a subvencionar con cerca de 4.000 millones de pesetas, en cuatro a?os, las actividades destinadas a crear puestos de trabajo o a mejorar la riqueza de la regi¨®n. Esto supon¨ªa dedicar casi 1.000 millones de pesetas por a?o a subvenciones, esencialmente destinadas a la peque?a y mediana empresa.
La aplicaci¨®n de tal idea -cuya oportunidad pocos discuten, en t¨¦rminos te¨®ricos-, ha proporcionado resultados menos positivos de los esperados, por falta de criterios selectivos a la hora de conceder las ayudas, as¨ª como por las dificultades reales para afrontar una carga financiera de este volumen. Algunos miembros del Gobierno regional han mantenido conversaciones con la organizaci¨®n empresarial murciana, a fin de renegociar el compromiso adquirido por Hern¨¢ndez Ros.
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