Golpismo y democracia
En los pr¨®ximos d¨ªas ser¨¢n juzgados algunos de los militares presuntamente implicados en el golpe de Estado fallido del 27 de octubre de 1982, del cual no se sabe demasiado, seg¨²n el autor de este art¨ªculo. En su opini¨®n, Espa?a ser¨¢ una comunidad pol¨ªtica estable el d¨ªa en que todos los profesionales de las armas entiendan la democracia como la expresi¨®n m¨¢s elevada de la cultura, como un estilo de vida donde la idea de libertad enlaza con la de lealtad a la patria.
La Prensa ha informado que en los pr¨®ximos d¨ªas ser¨¢n juzgados algunos de los militares que presuntamente prepararon el golpe fallido del 27-O. Sobre este golpe, siempre rodeado de grandes silencios, se ha sabido muy poco. En febrero pasado se difundi¨® el escrito de acusaci¨®n del fiscal. Se conocieron nuevos detalles estremecedores sobre la conspiraci¨®n. Mucho m¨¢s que los campos de concentraci¨®n y los 114 comandos de obediencia ciega, impresiona el argumento pueril, irreal y fan¨¢tico utilizado para justificar la rebeli¨®n: "?Espa?a est¨¢ en peligro!". Para salvarla, los bomberos ideol¨®gicos hab¨ªan ideado un sistema humanitario y creativo: inmersi¨®n de la poblaci¨®n en ba?o de sangre.Era un golpe esperado. Cuando el partido socialista gan¨® las elecciones en Andaluc¨ªa y se vio claro que repetir¨ªa el triunfo en las legislativas de octubre, todo el cuerpo social qued¨® profundamente preocupado. Si durante los Gobiernos de UCD, se dec¨ªa, han sido varios los intentos de golpe de Estado, con el socialista se dar¨¢ el definitivo. Y se razonaba bien, hasta el punto de que, adelant¨¢ndose a estos pron¨®sticos, el colectivo golpista tram¨® otra asonada para la v¨ªspera de los comicios: el 27-O. La elecci¨®n de esta fecha tuvo su origen en el pensamiento l¨²cido de un militar procesado. Pensaba que la "asunci¨®n del protagonismo del poder" por parte del Ej¨¦rcito deber¨ªa hacerse antes de que el frente popular ganara las elecciones legislativas, "circunstancia que nos va a precipitar en una guerra civil, ya que el marxismo, una vez en el poder, dif¨ªcilmente, como no sea por la fuerza y con mucha sangre, podr¨¢ ser desbancado.
Los numerosos pronunciamientos y la conspiraci¨®n permanente son actuaciones sociopol¨ªticas que estaban previstas antes de iniciarse. No debe olvidarse que las Fuerzas Armadas fueron la variable coercitiva necesaria para mantener el r¨¦gimen absolutista anterior, y que para cumplir esta funci¨®n se les adoctrin¨¦ adecuadamente. La democracia no org¨¢nica, se les dec¨ªa, es una creaci¨®n de Satan¨¢s, y la partitocracia, el compendio de todos los males, algo intr¨ªnsecamente perverso. Lo creyeron como dogma de fe porque quien lo dec¨ªa llevaba muchos a?os sentado en el olimpo, arropado por h¨¢biles t¨¦cnicas de persuasi¨®n.
Este breve discurso pol¨ªtico fue suficiente para inspirar la atractiva doctrina del enemigo interior, que circul¨® profusamente por la estructura militar. Se identificaba al enemigo con algo simult¨¢neamente difuso y concreto: aquello que amenazara la verticalidad pol¨ªtica del general Franco. El actual despliegue territorial de las unidades responde puntualmente a la manifestaci¨®n material y din¨¢mica de estos fines doctrinales. La tenaza guerrera alrededor de Madrid es un ejemplo expresivo.
El verdadero "enemigo interior'
Tras varios a?os en que algunos integrantes del enemigo interior administran el Estado y millones de ellos pasean sin esconderse cabe presumir que estar¨¢ archivada toda la literatura editada sobre asunto tan siniestro. Aunque quiz¨¢ la decisi¨®n m¨¢s oportuna ser¨ªa la de potenciar su difusi¨®n, modificando radicalmente el concepto enemigo, que ahora debe referirse a aquellos subversivos que verdaderamente atentan contra las libertades b¨¢sicas de los espa?oles.
En la historia de los dos ¨²ltimos siglos no siempre ha coincidido la ideolog¨ªa oficial del Estado y la de los ej¨¦rcitos. Durante la dictadura anterior es obvio que el entendimiento fue completo. Al restaurarse la democracia se produjo una fractura triangular: militares que simplemente aceptaron el proceso de transici¨®n , militares que rechazaron el credo totalitario, militares enemigos activos de la Monarqu¨ªa parlamentaria.
Tanto el estudio cuantitativo de cada grupo como el cualitativo, en el sentido de conocer su grado de compromiso en defensa del ordenamiento constitucional, s¨®lo es posible apoy¨¢ndose en los datos emp¨ªricos obtenidos al comparar la conducta observada por las Fuerzas Armadas respecto a los niveles caracter¨ªsticos de intervenci¨®n militar: influencia, chantaje, desplazamiento del Gobierno civil, suplantaci¨®n de la democracia. Este an¨¢lisis, que ser¨ªa un complicado ejercicio para expertos en sociolog¨ªa militar, es elaborado y resumido intuitivamente por los ciudadanos. Lo demuestra la encuesta que el Instituto Gallup ha realizado sobre el peligro que corren las libertades b¨¢sicas de los espa?oles. Una de sus conclusiones se refiere a que se teme otro golpe de Estado. Este dato sociol¨®gico, definido tan sencillamente, destaca que aunque el Gobierno se a¨ªsle en un silencio cauteloso, que rompe a veces con la frase t¨®pica "No hay ruido de sables", y los medios de comunicaci¨®n sean parcos en el tratamiento de lo militar, la opini¨®n p¨²blica conoce y valora correctamente la realidad. Y la realidad es que Espa?a ser¨¢ una comunidad pol¨ªtica estable el d¨ªa en que todos los profesionales de las armas entiendan la democracia como la expresi¨®n m¨¢s eleva a de la cultura y como un estilo de vida peculiar donde la idea de libertad enalaza armoniosamente con la lealtad a la patria.
es capit¨¢n del Ej¨¦rcito de Tierra.
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