Los espa?oles siguen remisos a la militancia pol¨ªtica, a pesar de que los partidos afirman que existe un aumento de afiliaci¨®n
Las campa?as de afiliaci¨®n que, de manera m¨¢s o menos p¨²blica, han lanzado la mayor parte de las formaciones pol¨ªticas en los ¨²ltimos meses no parecen verse coronadas por el ¨¦xito, aunque los propios partidos valoran positivamente el resultado de estas campa?as. De acuerdo con una encuesta realizada este mes por el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas, un 75% de los espa?oles no asiste jam¨¢s a un mitin pol¨ªtico, y un 87% no participa nunca, como militante o simpatizante, en las actividades de alg¨²n partido. Aceptando como buenos los datos de afiliaci¨®n ofrecidos por los partidos, algo menos de 440.000 espa?oles tienen un carn¨¦ pol¨ªtico.
El tradicional desinter¨¦s de los espa?oles por la militancia pol¨ªtica (Espa?a se encuentra a la cola de Europa en cuanto a cualquier clase de participaci¨®n asociativa de sus habitantes) ha hecho que las campa?as de afiliaci¨®n que durante los ¨²ltimos meses, y pensando ya en las pr¨®ximas elecciones generales, vienen llevando a cabo los partidos hayan tenido un ¨¦xito muy relativo.Pese a ello, tanto el PSOE como, sobre todo, AP -las dos mayores formaciones pol¨ªticas de ¨¢mbito estatal- parecen sentirse satisfechos con sus n¨²meros en este campo. De acuerdo con los datos oficiales de la Secretar¨ªa de Organizaci¨®n, que dirige Carmen Garc¨ªa Bloise, los socialistas han aumentado en 52.000 la cifra de sus militantes entre marzo de 1983 -fecha en la que se celebr¨® la conferencia de organizaci¨®n, que, entre otras cosas, facilit¨® los tr¨¢mites para afiliarse al PSOE- y marzo de este a?o. Este aumento se desglosa en algo m¨¢s de 60.000 altas y algo menos de 10.000 bajas.
M¨¢s espectacular es el caso de Alianza Popular. Cuando se celebr¨® el cuarto congreso, en febrero de 1981, los militantes sumaban, en total, 18.475; en enero de 1982, cuando tuvo lugar el quinto congreso, ya eran 41.902; tras el sexto congreso, el pasado mes de enero, los afiliados cotizantes -concepto siempre el¨¢stico en los partidos espa?oles- totalizaban 150.894. Bastantes menos de los 200.000 que reclamaban las campa?as aliancistas, pero un gran salto adelante en cualquier caso, seg¨²n pregonan, orgullosos, los funcionarios de la madrile?a calle de G¨¦nova, cuartel general de AP. Se acaba de adquirir un ordenador para poner en claro algunas inc¨®gnitas actuales como, por ejemplo, la edad media del afiliado, el perfil sociol¨®gico, nivel de renta, creencias religiosas, etc¨¦tera.
Proceso de rejuvenecimiento
Los dirigentes aliancistas aseguran que el partido se rejuvenece; que solamente un 20% de las nuevas incorporaciones proceden de la extinta UCD; que no se trata de incorporaciones masivas de la clase alta ni de la media alta. Y admiten que el vertiginoso crecimiento de un partido que en 1979 parec¨ªa virtualmente liquidado no se realiza sin fricciones internas entre los afiliados veteranos y los nuevos. Pero habr¨¢ que esperar el dictamen del ordenador, que no llegar¨¢ hasta octubre, para comprobar la exactitud de las afirmaciones del equipo de Jorge Verstrynge. Datos en mano, s¨ª se puede garantizar la espectacularidad del crecimiento de la militancia de AP en provincias como Madrid (de 7.700 en 1981 se ha pasado a 18.029 en la actualidad), Baleares (de 20 militantes hace tres a?os a 2.580), La Coru?a (de 47 a 6.160) o Pontevedra, que de ocho afiliados en 1981 pas¨® a contar con 5.550.
El PSOE, por su parte, se ha adelantado a la oposici¨®n conservadora en lo que se refiere a la delimitaci¨®n del perfil sociol¨®gico de sus afiliados: la edad media ha descendido ligeramente desde 1980 (de 47,5 a?os a 45,7), registr¨¢ndose, sobre todo, un aumento de afiliaci¨®n en torno a los 25 a?os. La presencia de mujeres sigue siendo escasa, probablemente m¨¢s escasa que en AP (donde, sin embargo, no existen datos seguros al respecto): solamente el 11 % de los afiliados son mujeres y, de ellas, el 66% est¨¢n casadas con afiliados.
En cualquier caso, casi la mitad de los militantes del PSOE tiene uno o varios familiares en el partido. Ha decrecido el porcentaje de obreros manuales (del 36% en 1980 al 31% en la actualidad), lo que da idea de que los reci¨¦n llegados pertenecen en gran parte a profesiones liberales o son trabajadores de cuello blanco. Tambi¨¦n desciende el porcentaje de campesinos: del 14% hace cuatro a?os al 11,5%.
La conferencia de organizaci¨®n del PSOE se fij¨® el a?o pasado una meta precisa, recogida tambi¨¦n en el Documento de estrategia elaborado por el partido en oto?o: llegar a los 250.000 afiliados en diciembre de 1984, es decir, cuando se celebre el 302 congreso federal del partido. Para finales de la d¨¦cada, los proyectos consisten en haber sobrepasado la frontera del medio mill¨®n. 0 lo que es lo mismo: convertirse en un partido de masas, cuyo modelo ser¨ªa el socialdem¨®crata austriaco.
Tras haber celebrado miles de actos de la campa?a de afiliaci¨®n en toda Espa?a y haber repartido cientos de miles de folletos propagand¨ªsticos explicando C¨®mo somos, los mismos responsables del crecimiento socialista reconocen que cubrir estos objetivos ser¨¢ extraordinariamente dif¨ªcil. Como est¨¢ siendo dificil llevar adelante la campa?a de captaci¨®n de adherentes o simpatizantes, gentes que no se afilian, pero que giran alrededor de la ¨®rbita del partido; hasta ahora, las f¨®rmulas de militancia flexible, que tanto ¨¦xito han tenido en algunos pa¨ªses noreuropeos, se revelan como un fracaso en Espa?a. Los profesionales no regresan El Partido Comunista de Espa?a, tercero en militancia, dice contar con 84.500 carn¨¦s, lo que significa un dram¨¢tico descenso con relaci¨®n a los 201.000 de 1977, a los 168.000 de 1978 o a los 120.000 de comienzos de 1982, cuando comenz¨® a revelarse la existencia de una grave crisis interna que acabar¨ªa con la expulsi¨®n de los renovadores. ?stos son, al menos, los datos aportados por Francisco Palero, secretario de Organizaci¨®n del PCE, quien, sin embargo, advierte s¨ªntomas de recuperaci¨®n: "Apenas ha habido una sola de las 2.350 agrupaciones que tiene el partido que no haya entregado un carn¨¦ nuevo en los ¨²ltimos meses", asegura. Y la campa?a de afiliaci¨®n cualitativa emprendida por el secretario general, Gerardo Iglesias, en un intento de recuperar la militancia de profesionales y artistas, ha dado, al menos, el resultado de que no exista una hostilidad activa en este sector, ya que por el momento no se ha experimentado el ansiado retorno de esos profesionales. El Partido Comunista de Espa?a se encuentra hoy en un proceso de renovaci¨®n de carn¨¦s, que pasar¨¢n a tener una vigencia anual, en lugar de trienal, como ahora ocurre. Por ello, los comunistas tambi¨¦n carecen de datos significativos sobre cuestiones como n¨²mero de retornados (los cifran en un 30% de las nuevas afiliaciones) o perfiles sociol¨®gicos: se calcula que la edad media de los comunistas se encuentra entre los 32 y los 35 a?os, aunque los ¨²ltimos abandonos y expulsiones podr¨ªan haber envejecido algo m¨¢s el partido. La militancia sigue siendo fundamentalmente rural.
En opini¨®n de los dirigentes comunistas, la escisi¨®n prosovi¨¦tica encabezada por Ignacio Gallego apenas ha supuesto la salida de las filas del PCE de unas 300 personas, sobre todo en Valencia y Andaluc¨ªa.
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