"?ngel con alas de torero"
Manuel ?ngeles Ortiz hab¨ªa nacido en Ja¨¦n el 13 de enero de 1895 pero pronto se traslad¨® con su madre a Granada. Como su atenci¨®n era baja para el estudio y "alta para el garabato", entr¨® pronto en el taller del prestigioso Jos¨¦ Larocha. Eran tiempos en que las vocaciones art¨ªsticas se forjaban en el taller o estudio de pintura o escultura de alg¨²n maestro.En 1912, a los 17 a?os, Manuel ?ngeles se fue a Madrid a estudiar en el taller de Cecilio Pl¨¢. Bajo sus ense?anzas descubre nuevos m¨¦todos pl¨¢sticos. La teor¨ªa la estudiaba en el libro de texto del propio Pl¨¢, Cartilla del arte pict¨®rico; Manolo recordaba alguna de las m¨¢ximas que los alumnos repet¨ªan bromeando: "Nada en claro, nada en oscuro, todo en el paso del claro al oscuro". "Donde no veas color, mete negro sin temor".
Dedicatoria de Federico
La infancia de Manolo ?ngeles est¨¢ unida a la de Federico Garc¨ªa Lorca. Juntos crecieron y nunca separaron sus esp¨ªritus. Cuando apareci¨® Impresiones y paisajes, el primer libro de Federico, Manolo estudiaba en Madrid y a su vuelta se encontr¨® con la sorpresa de un Lorca que hab¨ªa dejado m¨²sico convertido en escritor. En la dedicatoria le escribi¨®: "A Manolo Ortiz, maravilloso artista lleno de vida y fortaleza, que est¨¢ enamorado y oler¨¢ la rosa inmortal. Con todo el alma, Federico, 7 de abril de 1918".El Rinconcillo fue la tertulia vanguardista de la cultura y el arte de la juventud granadina de los a?os veinte, con sede en el caf¨¦ Alameda. Muy cerca del tabladillo de la orquesta se reun¨ªan Melchor Fern¨¢ndez Almagro, Federico Garc¨ªa Lorca, Antonio Gallego Bur¨ªn, Manuel ?ngeles Ortiz, Ismael Gonz¨¢lez de la Serna, Hermenegildo Lanz... j¨®venes de una personalidad e inteligencia extraordinaria. El padre de uno de ellos, refiri¨¦ndose al talento de su hijo, dec¨ªa con gracia granadina: "Este ni?o mea f¨®sforo", pues bien, la exagerada imagen andaluza, val¨ªa para todos los del grupo. All¨ª ley¨® Lorca sus primeros poemas, Manolo ense?¨® sus primeros dibujos, y cada uno habl¨® de sus proyectos. Con Manuel de Falla se discuti¨® en 1922 el programa del concurso de cante jondo, para el que Manuel ?ngeles hizo el cartel, y Fernando de los R¨ªos les hablaba de filosof¨ªa, y Ram¨®n G¨®mez de la Serna, en sus viajes a Granada, asisti¨® al Rinconcillo. All¨ª Manuel ?ngeles y el maestro Falla empezaron hablar de los decorados del Retablo de Maese Pedro, que el m¨²sico le encarg¨® al pintor y a Hermenegildo Lanz. Despu¨¦s Manuel ?ngeles har¨ªa los decorados para una obra de Eric Satie, Genoveva de Brabante; luego los de Aubade de Francis Poulen?, y en 1933 realizar¨¢ varios para La Barraca, que dirig¨ªa su amigo Garc¨ªa Lorca.
A?os de "disipaci¨®n"
En noviembre de 1922 Manuel ?ngeles se va a Par¨ªs, con cartas de presentaci¨®n de Manuel de Falla para Picasso y el m¨²sico Ricardo Vi?es. Ser¨ªan a?os de grandes amistades, intensos amores y de una bohemia activa y alegre para el pintor andaluz. A?os de "disipaci¨®n" los llam¨® Manolo. Su encuentro con Picasso le abre un mundo de im¨¢genes pl¨¢sticas fascinantes y le infunde seguridad para encontrar el camino. Picasso le dec¨ªa: "Lo fundamental en arte es despertar el entusiasmo", porque consideraba que era el dispositivo infalible para la creaci¨®n. La vida social en que "lo mete Picasso'", no lo aleja de los amigos que frecuenta en las tertulias de los caf¨¦s. All¨ª se re¨²ne con un grupo de pintores espa?oles, que luego formar¨¢ la llamada Escuela de Par¨ªs: Bores, Coss¨ªo, La Serna, Vi?es, Ucelay, Togores, Pruna, Fenosa, Mir¨®, con el cual practicaba amistosamente el boxeo en un gimnasio. Por all¨ª aparec¨ªa el bailaor Vicente Escudero, que por entonces se interesaba pasionalmente por la pintura; Luis Bu?uel, con el que Manuel hizo de extra en sus pel¨ªculas, una de ellas La edad de oro.Manuel ?ngeles regres¨® a Espa?a a fines de 1932. En Madrid se une a la tertulia de Federico Garc¨ªa Lorca, en casa de los Morla. En 1933 expone en la Sociedad de Amigos de Arte. El pintor se niega a asistir a la inauguraci¨®n y lo representa Federico, que le dec¨ªa a los fot¨®grafos que preguntaban por el pintor: "Fotografienme a mi. La poes¨ªa de su pintura y la pintura de mi poes¨ªa nacen del mismo manantial". Las obras expuestas hacen estallar la pol¨¦mica entre los cr¨ªticos de arte y los poetas. La controversia se encrespa hasta el punto que Lorca, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre y Manuel Altolaguirre suscriben un escrito clarificador y solidario. El propio Eugenio D'Ors le dedica al pintor agraviado una de sus glosas.
Manuel ?ngeles decidi¨® "sentar la cabeza", dec¨ªa, y embarg¨® su libertad en unas oposiciones para profesor de dibujo. Y obtuvo plaza en el instituto Maragall, de Barcelona. El 18 de julio de 1936 le sorprende en Madrid, y se incorpora a la Alianza de Intelectuales Antifascistas, con Neruda, Alberti, Bergam¨ªn... Al empezar el curso acad¨¦mico 1936-37 vuelve a sus clases de Barcelona, donde vive con su madre y su hija. Su mujer hab¨ªa muerto en 1922, a los dos a?os de casados. En la capital catalana, el pintor ejerce su labor docente y colabora con la direcci¨®n de prensa y propaganda de la Generalitat, haciendo carteles, dibujos y dise?ando peri¨®dicos para el frente. En febrero de 1939 forma parte de uno de los ¨¦xodos m¨¢s impresionantes de la historia, con la aviaci¨®n enemiga barriendo con su metralla las carreteras atestadas de refugiados que huyen hacia Francia. Manuel Angeles ser¨¢ internado en el campo de concentraci¨®n de Saint-Cyprien, de donde lo saca Picasso. A su llegada a Par¨ªs, lo est¨¢ esperando en la estaci¨®n el pintor malague?o.
Manuel ?ngeles recupera su estudio en la Rue Vercing¨¦torix por poco tiempo. Meses m¨¢s tarde, estalla la guerra mundial y el artista emigra a la Argentina, donde vive nueve a?os. Su pintura sufre una metamorfosis pl¨¢sticas, decant¨¢ndose un tanto hacia el realismo de sus tiempos acad¨¦micos. Su integraci¨®n en los medios art¨ªsticos argentinos le hace aparecer en la sesi¨®n de pintores nativos del Museo de Arte Moderno Contempor¨¢neo de Nueva York. La editorial Poseid¨®n le dedica una monografia en los Solitarios del arte, que escribe Arturo Serrano-Plaja, y el autor alem¨¢n Hellmut N. Bachmann, le consagra otro estudio. En 1948, Manuel Angeles regresa a Par¨ªs. Convive con Picasso y hace cer¨¢micas con ¨¦l en Vallauris.
En 1964 se casa con la pintora francesa Brigitte Badin, mujer de gran sensibilidad. "Brigitte ha sido la gran compa?era de mi vida", nos dec¨ªa el pintor tan s¨®lo hace unas semanas.
Para terminar esta semblaza precipitada de este "¨¢ngel con alas de torero", como lo cant¨® Alberti, lo hacemos con palabras de Bergam¨ªn, otro gran amigo suyo: "Ese bailaor que se llama Manuel ?ngeles Ortiz. El que pinta como su amigo del alma Federico Garc¨ªa Lorca, cantaba en poes¨ªa. El que dice pintando lo que Federico en sus versos, y por eso sigue siendo, sigue si¨¦ndonos, por su m¨¢gica, alada, volandera pintura viv¨ªsima, como el poeta granadino su antecesor: 'jard¨ªn cerrado para muchos, abierto para pocos'".
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