El Rey llama a la unidad

Los Monarcas espa?oles han querido iniciar, precisamente en Soria, tierra de entronque de culturas y de grave depauperaci¨®n material, un nuevo periplo por Espa?a, el primero que realizan tras la culminaci¨®n del mapa auton¨®mico. Y no ha sido, sin duda, impremeditado el llamamiento solemne a la unidad que el Rey ha realizado, como medio para paliar la gravedad de los dem¨¢s problemas que nos acosan.Espa?a est¨¢ buscando, efectivamente, su definitiva instalaci¨®n territorial, tras un c¨²mulo de errores autoritarios cuyo origen m¨¢s remoto hay que establecer en los albores del siglo XVIII, cuando de la guerra de sucesi¨®n se deriva un cambio de dinast¨ªa. (...)

Sin duda, es hoy la Corona el principal nexo de unidad, en tanto se asienta el nuevo modelo estatal, y la apelaci¨®n del Monarca responde precisamente a esta necesidad de consolidar la vertebraci¨®n de esta Espa?a plural y diversa que ha recibido constitucionalmente el oportuno reconocimiento.

Como era de prever, ya han salido voces extempor¨¢neas confundiendo -o manipulando- las palabras regias, al darles un sentido unitarista o centralizador. La Espa?a gloriosa de los Reyes Cat¨®licos y de los Habsburgo se asemejaba m¨¢s a un Estado federal que a un Estado unitario, y no por ello peligraba la unidad. En la actualidad hay, ciertamente, tentaciones y tentativas secesionistas, pero la recuperaci¨®n de la idea de unidad no podr¨¢ conseguirse si no se le da al concepto un contenido innovador, de respeto a la diversidad, de cogesti¨®n de, Espa?a a cargo de los pueblos que la forman, con la Corona actuando de trabaz¨®n y v¨ªnculo entre todos ellos.

, 4 de abril