Las azafatas y los chinos
S¨®lo los llamados pa¨ªses del Tercer Mundo conservan el prurito de colocar en el escaparate de sus aviones a sus m¨¢s bellas muchachas en flor, a manera de muestreo de raza que deja boquiabierto al mayoritario pasaje masculino. Oferta inmejorable la de una compa?¨ªa paname?a, que dispone ante el viajero cuatro mestizas, cuatro, y no de negra y blanco o viceversa, sino de un mestizaje profundo de orqu¨ªdea y mujer. Metaf¨ªsico estaba el que suscribe cuando de pronto en el avi¨®n irrumpieron chinos de China, es decir, chinos de pura cepa, y muchos. Chinos reci¨¦n salidos de un plan de ocupaci¨®n terrestre a cuestas con la energ¨ªa, el recelo y el miedo del emigrante, los ojos redondeados por culpa de un mundo de aeropuertos y semi¨®tica del que s¨®lo reconocen la coca-cola y los huevos duros.Las azafatas est¨¢n preparadas para tratar con el viajante de preservativos japoneses o con el editor espa?ol que quiere vender enciclopedias de sexualidad a los cheyennes, y se conforman mientras esperan al petrolero venezolano o al hacendado colombiano que se casar¨¢ con ellas y les comprar¨¢ las obras completas de Julio Iglesias. Pero nadie les hab¨ªa dicho que en el mundo hay chinos as¨ª, cargados de vuelos y prevenciones mientras van hacia campo roturado oculto en plena selva amaz¨®nica, o a esa plataforma petrol¨ªfera sobre el mar de Maracaibo, o esos retretes cong¨¦nitamente sucios de hoteles baratos de Panam¨¢, Caracas o Bogot¨¢. Estos chinos viajan con la abuela o el ni?o de teta. Es evidente que eso que asoma por el v¨¦rtice de un jersei made in Taiwan es una teta, y que la boquita que va hacia ella pertenece a un chino que tendr¨¢ 16 a?os en el a?o 2000.
Para entonces, o bien las bien casadas azafatas ser¨¢n degolladas por los hijos de estos chinos o bien ir¨¢n a cenar con sus maridos a restaurantes donde este ni?o de teta habr¨¢ aprendido a servir la mesa con la amabilidad exigida a un camarero sindicado. De momento, y para ganar tiempo, las azafatas me los empapan de coca-cola hasta el estallido, es decir, hasta el reg¨¹eldo...
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