Elena Quiroga ingres¨® en la Real Academia Espa?ola con un "retrato imaginario" de ?lvaro Cunqueiro
Rafael Lapesa elogi¨® "el rechazo de la desmesura y el dominio del arte de novelar" de la escritora
La Real Academia Espa?ola se visti¨® ayer con sus mejores galas para presenciar la recepci¨®n p¨²blica de Elena Quiroga, la segunda mujer acad¨¦mica, y su retrato imaginario de ?lvaro Cunqueiro. La sala de actos estuvo abarrotada de gente de la cultura y se cont¨® con la presencia de la infanta Margarita de Borb¨®n y su esposo, Carlos Zurita, y el director de la Real Academia, Pedro La¨ªn Entralgo, comparti¨® la presidencia con el ministro del Interior, Jos¨¦ Barrionuevo.
El numeroso p¨²blico asistente al acto recibi¨® a la nueva acad¨¦mica, que entr¨® acompa?ada de los dos acad¨¦micos de m¨¢s reciente ingreso, Jos¨¦ L¨®pez Rubio y ?ngel Mart¨ªn Municio, con una fuerte ovaci¨®n. Y, despu¨¦s, sin m¨¢s pre¨¢mbulo, entre esm¨®quines y rasos, Elena Quiroga hizo una larga exposici¨®n de su trabajo sobre Presencia y ausencia de Alvaro Cunqueiro. Una exposici¨®n en la que Elena Quiroga quiso cumplir con "un sentido de justicia: reconocer p¨²blicamente a ?lvaro Cunqueiro el lugar que en la Historia de la Literatura Contempor¨¢nea Universal le corresponde".Tras el ingreso en la Real Academia Espa?ola de Carmen Conde, la novelista Elena Quiroga es la segunda mujer miembro de esta tradicional instituci¨®n. Nacida en Santander en 1921, su infancia transcurri¨® en Galicia. Consigui¨® el premio Nadal en 1951 con Viento del norte y el premio de la Cr¨ªtica en 1960 con Tristura, obra que abri¨® la trilog¨ªa despu¨¦s completada con Escribo tu nombre y Grandes soledades. Sobre ¨¦stas y algunas otras de sus novelas vers¨® el discurso-contestaci¨®n que el acad¨¦mico Rafael Lapesa ley¨® tras la exposici¨®n de Elena Quiroga, que "entra en esta casa, no por ser mujer, ni porque es hermosa, linajuda y distinguida, sino s¨®lo por el valor de su obra literaria; y en ella se manifiesta el don de sabidur¨ªa como conocimiento del alma humana, sagaz observaci¨®n de lo significativo, rechazo de la desmesura y dominio del arte de novelar".
'Amador de la vida'
Elena Quiroga emprendi¨® su discurso recordando y elogiando a P¨ªo Baroja y Juan Antonio de Zunzunegui, los dos novelistas que le antecedieron en el sill¨®n a min¨²scula del que ayer tom¨® formal posesi¨®n. De Alvaro Cunqueiro, amigo personal de la nueva acad¨¦mica, dijo hablar con emoci¨®n motivada por su procedencia gallega, por su valor literario y por su persona. "Era bueno, grande, amador de la vida, con un cendal de melancol¨ªa, hermosa su obra, y libre".El discurso de Elena Quiroga fue calificado por la propia acad¨¦mica como m¨¢s que un "retrato imaginario", una "evocaci¨®n de su y de mi memoria". Desmenuz¨® en su extensa exposici¨®n la vida de Cunqueiro -desde sus amistades, a su boda o sus lecturas-, su personalidad -"no era agresivo, no era aleccionador, no era dogm¨¢tico"- y, fundamentalmente, la obra del escritor y periodista gallego, del que analiz¨® en profundidad su narrativa castellana.
"No se puede escindir al ?lvaro en gallego del ?lvaro en castellano", dijo la nueva acad¨¦mica, "aunque yo, ante lo proteico de su obra, y para no hacer de estar p¨¢ginas un discurso interminable, haya tenido que elegir el ocuparme de su obra en castellano, y de su obra narrativa, que, a mi entender, le confiere una proyecci¨®n universal". Por lo que la Elena Quiroga hizo en su discurso un pormenorizado estudio de las novelas de Cunqueiro: Merl¨ªn y familia, Las mocedades de Ulises, Cuando el viejo Simbad vuelve a las islas, Vida y fugas de Fanto Fantini y El a?o del cometa. Porque sin estas novelas, la obra de ?lvaro Cunqueiro "no hubiera dado la medida del genio literario universal que fue".
Para la nueva acad¨¦mica Cunqueiro fue un precursor y ayer, cuando analizaba la novela Merl¨ªn y familia contaba que "algunos cr¨ªticos han hallado ciertas semajanzas entre Cien a?os de soledad, de Garc¨ªa M¨¢rquez -e incluso con S¨¢bato- y el Merl¨ªn y familia de Cunqueiro. Si se le comentaba, sin concederlo la menor importancia, se alzaba apenas de hombros, y replicaba, bonancible: 'Yo lo hice antes'. Y era verdad. ?lvaro empez¨® sus narraciones m¨¢gicas en el a?o 1939, y public¨® Merl¨ªn en 1955, adelant¨¢ndose a la explosi¨®n de la novela hispanoamericana".
Babelia
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