Pujol acept¨® una disminuci¨®n de presupuestos
El Gobierno de la Generalitat que surja de las pr¨®ximas elecciones tendr¨¢ que aplicar un sustancial recorte a su programa econ¨®mico. Y ello porque a una de las principales fuentes de ingresos de la Generalitat, la participaci¨®n en los ingresos del Estado, se le ha reducido el ca?o. En efecto, el reciente acuerdo entre el Gobierno espa?ol y el auton¨®mico sobre valoraciones de transferencias ha rebajado, ya para 1983, en 16.531 millones de pesetas la cantidad que inicialmente hab¨ªa previsto ingresar el Consell Executiu. As¨ª pues, la Generalitat ha ingresado menos de lo presupuestado -y es de esperar que, consecuentemente, haya gastado tambi¨¦n menos- en 1983. M¨¢s a¨²n: para 1984 la rebaja es de 25.066 millones. Estos menores ingresos plantear¨¢n graves problemas a quienes administren la instituci¨®n en la pr¨®xima legislatura. Con mayor austeridad y menos gastos algo se puede hacer, pero casi nada aumentando las otras fuentes de ingresos: la recaudaci¨®n de los impuestos cedidos por el Estado ha llegado a su l¨ªmite t¨¦cnico; el endeudamiento no puede crecer infinitamente -los convergentes en estos quieren ser muy prudentes y los socialistas algo m¨¢s arriesgados, pero sin excesos-; y la posibilidad de recargar impuestos -aumentar la presi¨®n fiscal- la descartan tirios y troyanos. Por ello, la financiaci¨®n futura de la autonom¨ªa catalana habr¨¢ que reinventarla.
El aspecto principal del acuerdo sobre valoraciones, aceptado por Pujol el pasado mes de febrero, es la aceptaci¨®n de una nueva valoraci¨®n, mucho m¨¢s reducida, de lo que suponen los servicios transferidos a la Generalitat hasta diciembre de 1983. En los presupuestos de ese a?o elaborados por el Gobierno Pujol, se cifr¨® en 113.052 millones de pesetas el coste de todos los servicios transferidos a Catalu?a. En cambio, en los acuerdos de febrero de 1983 los mismos servicios se valoraron en 97.521 millones de pesetas, lo que significa una rebaja del 13,73%.Estos pactos contienen una segunda parte de consecuencias que pueden llegar a significar una hipoteca para las futuras finanzas de la Generalitat. As¨ª, para el presupuesto de 1984 el Gobierno Piajol acept¨® una cuantificaci¨®n m¨¢s baja todav¨ªa de estos mismos servicios transferidos, que se evaluaron en 87.986 millones de pesetas: un recorte de 25.066 millones de pesetas sobre el coste calculado para los mismos servicios en el presupuesto de 1983. En este segundo recorte la minoraci¨®n ha sido del 22%.
El contenido del pacto que supone esta nueva cuantificaci¨®n de los servicios transferidos hasta diciembre de 1983 fue recogido en el real decreto-ley 1/1984, en el que se liquidan definitivamente las cuentas de los a?os 1981, 1982 y 1983 entre el Estado central y la Generalitat. En concreto, aquel decreto ley aprobaba una liquidaci¨®n a favor de la Generalitat de 31.109 millones de pesetas, -no de 39.000, como se ha dicho desde el Consell Executiu- con el siguiente reparto: 5.247 millones para 1981; 1.680 millones para 1982 y 24.181 millones para 1983.
Esta ¨²ltima cifra, los 24.181 millones para 1983, se calcul¨® de la siguiente manera: los gastos de funcionamiento de los servicios no cubiertos por el rendimiento de los tributos cedidos ascendieron a 36.485 millones; las transferencias corrientes y de capital a 31.169 millones, y los gastos institucionales a 296 millones. En total, la financiaci¨®n de estos servicios transferidos ascend¨ªa a 67.950 millones. Durante el a?o se efectuaron transferencias por valor de 43.769 millones de pesetas y por lo tanto, el Estado compens¨® la diferencia aportando 24.181 millones de pesetas.
En los mismos acuerdos se admiti¨® que la recaudaci¨®n efectiva por los tributos cedidos ascendi¨® a 58.945 millones de pesetas. Ello significaba admitir que el coste real de todos los servicios transferidos hasta 1983 ascendi¨® a 97.521 millones de pesetas (58.945 + 36.485 + 2.036 de tasas). Los 31.169 millones de transferencias corrientes y de capital no se incluyen por corresponder a servicios cuya titularidad contin¨²a siendo del Estado, por tanto, servicios no transferidos pero cuya gesti¨®n corresponde a la Generalitat.
Un futuro hipotecado
La firma de estos acuerdos s¨®lo se puede entender por la situaci¨®n de una Generalitat asfixiada de recursos cuyo Gobierno pacta a cualquier precio con tal de conseguir dinero para liquidar los presupuestos del pasado. En efecto, el propio texto del decreto que consagraba el pacto al que llegaron Felipe Gonz¨¢lez y Jordi Pujol, a nivel pol¨ªtico, y Jos¨¦ V¨ªctor Sevilla y Josep Maria Cullell, a nivel t¨¦cnico, reza: "Se ha producido una situaci¨®n financiera en la comunidad aut¨®noma de d¨¦ficit, a cuya soluci¨®n es ya apremiante dar respuesta, por ser de extraordinaria y urgente necesidad".
La existencia de diferencias tan cuantiosas en las valoraciones, seg¨²n sean los criterios empleados, indica que el sistema de la valoraci¨®n de las transferencias es un mecanismo excesivamente complejo que conduce a la negociaci¨®n permanente.
El sistema vigente propicia que primero se pacte la cuant¨ªa de la valoraci¨®n total en el marco de un acuerdo pol¨ªtico y luego los t¨¦cnicos ajusten y distribuyan la cantidad fijada en los distintos cap¨ªtulos y secciones presupuestarias. Pero las diferencias de criterios t¨¦cnicos tambi¨¦n han tenido importantes repercusiones. As¨ª, en los acuerdos de febrero de 1982, entre Trias Fargas y Garc¨ªa A?overos, se estableci¨® que Catalu?a recibir¨ªa un porcentaje del 1,581%, sobre la recaudaci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado por los cap¨ªtulos I (impuestos directos) y II (impuestos indirectos), previa deducci¨®n de la recaudaci¨®n correspondiente a los tributos cedidos.
La diferencia entre ambos criterios es importante, ya que el c¨¢lculo del porcentaje se obtiene de una divisi¨®n en la que el numerador es el coste de los servicios traspasados y el denominador depende de la recaudaci¨®n fiscal del Estado. Y mientras la recaudaci¨®n de estos tributos crece a un ritmo anual superior al 22%, el aumento del coste de los servicios no supera el 10%. Este distinto ritmo de crecimiento explica que se llegue a un porcentaje distinto seg¨²n los c¨¢lculos se realicen con referencia a datos de 1980 o de 1981.
Para los presupuestos de 1984, el porcentaje fijado ha sido de 0,454%, en lugar del 1,581 de hace dos a?os. Para su c¨¢lculo se ha cifrado en 70.322 millones de pesetas el coste efectivo neto de los servicios transferidos. De esta cantidad hay que restar la recaudaci¨®n en 1983 por los tributos cedidos, que ascendi¨® a 58.945 millones de pesetas. La diferencia, 11.377 millones de pesetas, es la cantidad que hay que dividir por la recaudaci¨®n estatal de tributos no cedidos en 1983, que ascendi¨® a 2,505 billones de pesetas. El resultado es un porcentaje del 0,454. Aplicando este porcentaje a la recaudaci¨®n prevista por impuestos no cedidos en 1984, que se estima en 3,248 billones de pesetas, resulta que la participaci¨®n de la Generalitat en los ingresos del Estado se limitar¨¢ a 14.750 millones de pesetas frente a los 41.946 millones seg¨²n las previsiones del presupuesto de 1983.
La reducci¨®n de los ingresos de la Generalitat suscita la siguiente disyuntiva: o la Generalitat se ha endeudado por encima de sus posibilidades o ha tenido que prescindir de algunas de las inversiones presupuestadas. Por los datos filtrados todo parece indicar que se han producido los dos tipos de situaciones.
D¨¦ficit y contraposici¨®n de intereses
La situaci¨®n de d¨¦ficit lleg¨® a crear una situaci¨®n de contraposici¨®n de intereses entre Cullell, titular de Econom¨ªa, y Xavier Bigat¨¢, de Obras P¨²blicas. Cullell, temeroso de poder llegar a quedarse sin fondos, dict¨® una circular en la que se indicaba que, en caso de no efectuarse los gastos presupuestados, las cantidades no invertidas deber¨ªan reenviarse a una caja central para hacer frente a las necesidades m¨¢s urgentes. Para no ver reducido su programa de inversiones, el conseller Bigat¨¢ sac¨® a licitaci¨®n un importante volumen de obra p¨²blica a finales de a?o por un valor pr¨®ximo a los 9.000 millones de pesetas. El sistema de desarrollo y ejecuci¨®n de las obras establec¨ªa que s¨®lo se compromet¨ªa una cantidad simb¨®lica para 1983, con objeto de no perder la dotaci¨®n, mientras que las inversiones importantes de los proyectos se aplazaban para 1984, 1985 y 1986. La pregunta que suscita esta situaci¨®n es si la Generalitat podr¨¢ completar estas inversiones con el recorte presupuestario que ha sufrido.
Las posibilidades de aumentar los ingresos aumentando el endeudamiento son tambi¨¦n limitadas. La Generalitat ha acumulado unos compromisos crediticios a medio y largo plazo por un valor total de 36.600 millones de pesetas desde 1981, con la siguiente distribuci¨®n: 10.000 millones de pesetas de deuda p¨²blica emitida en 1981; 10.000 millones de cr¨¦dito a largo plazo, en 1982, (4.600 millones en forma de cr¨¦dito sindicado y 45 millones de d¨®lares en cr¨¦dito multidivisa); 16.600 millones en 1983.
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