Los 'amish', un voto para la Biblia
Rodeados por una sociedad en la que los ordenadores forman parte de la vida cotidiana, unos 6.000 norte americano s de religi¨®n amish viven pegados a sus tradiciones ancestrales a hora y media de trayecto en autom¨®vil desde la quinta ciudad de Estados Unidos, Filadelfia, en el Estado de Pensilvania.La colonia de seguidores de la religi¨®n amish, escisi¨®n radical de la Iglesia luterana mennonita, ocupa una zona agricola en las cercan¨ªas del condado de Lancaster, despreciando totalmente los avances de la tecnolog¨ªa, el progreso y el proceso pol¨ªtico norteamericanos.
"No. Nosotros no votamos para presidente. S¨®lo para nuestro obispo", dice un joven de religi¨®n amish, al lado de su coche de caballos, vestido de negro, con camisa blanca y sombrero de ala negra, en el m¨¢s puro estilo de la indumentaria de la ¨¦poca de Abraham Lincoln.
Los amish residen en este lugar desde 1683. Viven en econom¨ªa de autosuficiencia, cultivando la tierra con m¨¦todos tradicionales y teniendo a la Biblia como ¨²nica gu¨ªa de comportamiento ¨¦tico y social. Rechazan la electricidad en sus casas. Se desplazan con coches y carretas negras, tiradas por esbeltos caballos.
Por no tener, los amish no tienen ni siquiera iglesias, celebrando sus largos actos religiosos en las mismas granjas particulares. Son excomulgados si violan las reglas de la Biblia y protestan pac¨ªficamente cuando los turistas de su propio pa¨ªs quieren fotografiarlos como recuerdo de una de las curiosidades m¨¢s sorprendentes de la sociedad posindustrial norteamericana.
En habitual conflicto con las autoridades por asuntos de circulaci¨®n en carretera o pol¨ªtica de impuestos, los amish han tenido que hacer, no obstante, algunas concesiones para amoldar su estilo casi medieval a la actual sociedad.
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