Un vocablo castizo

Todos los d¨ªas leo EL PA?S, que considero como uno de los mejores diarios del mundo.Sin embargo, lamento comunicarle que me he visto desagradablemente sorprendido por haber encontrado en el ¨²ltimo p¨¢rrafo de la primera columna de la p¨¢gina 14 de EL PA?S del d¨ªa 30 de marzo la nefasta palabreja v¨¢teres, que muchos espa?oles rechazamos rotundamente.

Somos el pueblo que m¨¢s acertadamente ha denominado a este ¨ªntimo y retirado lugar retrete, que algunos de nuestros abuelos decoraron con barroca coqueter¨ªa y que los brit¨¢nicos frecuentemente, con un sentido pr¨¢ctico y realista, convierten en confortables peque?as bibliotecas.

El buen pueblo espa?ol, aparte de la palabra retrete, ha inventado numerosos y originales sin¨®nimos, como ciento, excusado, letrina, trono, lugares, servicios, etc¨¦tera.

Ha sido la baja y cursi burgues¨ªa de los ¨²ltimos 100 a?os la que, ignorante y con la pretensi¨®n de ser m¨¢s finolis, introdujo la vulgar palabreja inglesa, que afortunadamente, debido a un mayor nivel de educaci¨®n de los espa?oles, tiende a desaparecer.

Por otra parte, en el ampl¨ªsimo mundo anglosaj¨®n, la palabra utilizada por su redactor es considerada de p¨¦simo gusto. Los brit¨¢nicos la han sustituido por m¨²ltiples expresiones, como loo, cloak-room, gentlemen o ladies, seg¨²n los casos, y muchas ni?as bien o debs de la sociedad brit¨¢nica simplemente dicen gastar un penny (¨¦ste era el precio antes de la actual crisis econ¨®mica por utilizar un retrete p¨²blico en el Reino Unido).

En defensa de la bell¨ªsima lengua castellana, debemos suprimir esta clase de errores y, evitando complejos carcas y retr¨®grados, lograr que la castiza y sonora palabra retrete recupere su aut¨¦ntico significado en el lenguaje cotidiano. /