El general solitario que cambi¨® de nombre
Muchas cosas cambiaron en la vida del general Jo?o Baptista Figueiredo cuando hace cinco a?os lleg¨® al poder. Entre otras, su nombre: despu¨¦s de aconsejarle que reemplazara sus lentes negras estilo Pinochet por lentes claras estilo civil, sus asesores de imagen le sugirieron que eliminara el apost¨®lico y sonoro Baptista, limitando todo al sencillo y popular Jo?o Figueiredo.El general, que tiene ahora 66 a?os, ha soiprendido muchas veces a los brasile?os. Principalmente, en sus primeros tiempos de presidente. No se adapt¨® f¨¢cilmente al puesto, y eso qued¨® muy claro. La primera sorpresa fue cuando el general afirm¨® preferir el olor de los caballos al olor a pueblo. Se explica: el general pertenece a Caballer¨ªa. Luego sorprendi¨® por sus modales violentos y nada ceremoniosos. ?l mismo suele calificarse como un hombre de estop¨ªn corto. Estalla por casi nada. Una vez prometi¨®, solemne y emocionado, hacer de Brasil una democracia. Y luego agreg¨® que se compromet¨ªa igualmente a mandar golpear y detener a quienes se opusiesen a su plan de normalizaci¨®n.
El general, es cierto, avanz¨® mucho en sus primeros tiempos. Promulg¨® una ley de amnist¨ªa que llev¨® de regreso al pa¨ªs a todos los exiliados y, de paso, libr¨® de culpa a todos los torturadores y asesinos del r¨¦gimen. Realiz¨® elecciones para Gobiernos en los Estados y asimil¨®, con evidente pesar, una potente derrota: la oposici¨®n gan¨® las elecciones de, casi todos los Estados importantes y se llev¨® los tres principales (R¨ªo, S?o Paulo y Minas). Pero la l¨ªnea normalizadora dur¨® poco. Todos los Estados gobernados por la oposici¨®n est¨¢n hoy d¨ªa sofocados, entre otras cosas, gracias a las presiones financieras y al bloqueo de presupuesto por parte del Gobierno federal, presidido por el general Figueiredo.
Cuando el pa¨ªs estaba a mitad de camino entre la dictadura y la democracia se acab¨® el esp¨ªritu normalizador del general. Hace ya varios meses que ¨¦l repite a quien le quiera escuchar que no piensa en otra cosa que en la hora de abandonar el puesto.
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