Otra vez 'lendakari''
LA REELECCI?N de Carlos Garaikoetxea como presidente del Gobierno vasco, votada en el Parlamento auton¨®mico por mayor¨ªa simple, no ha hecho sino revalidar formalmente un resultado conocido de antemano. Aunque los comicios no dieran la mayor¨ªa absoluta al PNV, en parte como consecuencia de la nueva ley Electoral, el 42% de los sufragios obtenidos y el boicoteo de Herri Batasuna a las instituciones de Vitoria conceden al nacionalismo moderado, que cuenta con la mitad de los esca?os, el control efectivo de la C¨¢mara. Resulta inimaginable un acuerdo de legislatura entre Coalici¨®n Popular, PSOE y Euskadiko Ezkerra que pudiera forzar un permanente empate con los 32 diputados nacionalistas. Los votos en blanco de las minor¨ªas en la desigriaci¨®n del lendakari as¨ª lo demuestran.El papel dominante del PNV en el Parlamento, reflejo de su hegemon¨ªa en la vida social vasca, nace de su privilegiada posici¨®n para pactar alternativamente con cualquiera de sus competidores pol¨ªticos. La ideolog¨ªa nacionalista, la decisi¨®n de amparar los derechos humanos de los detenidos, la apuesta en favor de medidas pol¨ªticas para erradicar el terrorismo, la vigilancia de los excesos o abusos de los cuerpos de seguridad, la condena sin paliativos de los GAL y el apoyo a las reformas humanizadoras de la normativa penal abren posibilidades ciertas de entendimiento entre el PNV y Euskadiko Ezkerra. La pol¨ªtica educativa, la confesionalidad en materia de costumbres y la defensa de determinados intereses econ¨®micos y sociales constituyen un terreno propicio para los acuerdos con Coalici¨®n Popular, tal y como se ha intentado en Navarra. Finalmente, el cambio de la estrategia de confrontaci¨®n del PSOE en el Pa¨ªs Vasco y la eventual mejor¨ªa de las relaciones entre la comunidad aut¨®noma y el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez podr¨ªan crear condiciones para un pacto entre socialistas y nacionalistas, tal y como sucedi¨® durante la guerra civil y el exilio.
El discurso de Garaikoetxea ha sido una ratificaci¨®n de la l¨ªnea pol¨ªtica aplicada por el lendakari durante la anterior legislatura. La necesidad de afrontar la violencia terrorista, descartando el enfoque de que ETA constituye s¨®lo un fen¨®meno delictivo, necesitado exclusivamente de tratamiento policial, es una tesis compartida por destacados pol¨ªticos centristas que gobernaron entre 1976 y 1982. Seguramente la experiencia del poder ense?ar¨¢ a los socialistas algunas lecciones de sentido com¨²n y de realismo pol¨ªtico que el lendakari expuso en su discurso de investidura, en especial "el efecto fecundador" que ejercen sobre el activismo terrorista y el reclutamiento de nuevos militantes las violaciones de los derechos humanos en dependencias gubernativas o los cr¨ªmenes perpetrados por grupos que utilizan m¨¦todos terroristas en la lucha contra el terrorismo.
La atenci¨®n a los problemas de la reconversi¨®n industrial, la crisis econ¨®mica y el desempleo implica la b¨²squeda de acuerdos con el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, ya que las comunidades aut¨®nomas carecen de competencias y recursos para enfrentarse con desaf¨ªos que incluso desbordan la capacidad de respuesta del Estado.
Al reclamar el reconocimiento de la especificidad del estatuto vasco y al criticar la dimensi¨®n de coartada que tuvo el desbordamiento generalizado del proceso auton¨®mico, Garaikoetxea se?al¨® problemas reales. Sin embargo, para que su prop¨®sito de "facilitar una distensi¨®n entre los Gobiernos de Madrid y Vitoria" y de "contribuir a la consolidaci¨®n" del sistema democr¨¢tico y a la eliminaci¨®n de innecesarios focos de tensi¨®n" pudiera ser llevado a la pr¨¢ctica, ser¨ªa preciso que el pragmatismo posibilista, el sentido de la responsabilidad y la aceptaci¨®n de los l¨ªmites de la realidad sustituyeran a los planteamientos puramente ideol¨®gicos y a las acusaciones rec¨ªprocas, ya sea el lanzamiento sobre Madrid de las culpas de todo cuanto ocurra de malo en el Pa¨ªs Vasco, ya sea la descalificaci¨®n global del PNV en sus relaciones con el fen¨®meno del terrorismo. Ser¨ªa deseable que las conversaciones en tomo a las leyes b¨¢sicas, cuyo desarrollo puede afectar a las autonom¨ªas, desembocasen en ese pacto pol¨ªtico que Felipe Gonz¨¢lez sugiri¨® en su discurso de investidura. Ahora bien, a falta de ese acuerdo, las leyes aprobadas por las Cortes Generales s¨®lo pueden ser puestas en cuesti¨®n por el Tribunal Constitucional, careciendo de sentido cualquier pretensi¨®n de que las comunidades aut¨®nomas colegislen con el Congreso y el Senado en materia de leyes b¨¢sicas.
En su intervenci¨®n ante la investidura, Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas hizo reiteradas alusiones a la voluntad del PSOE de alcanzar acuerdos con las restantes fuerzas parlamentarias, mientras que Jos¨¦ ?ngel Cuerda, portavoz del PNV, abog¨® por "la gran operaci¨®n de entendimiento de todos los grupos". El nacionalismo moderado representa a una parte cuantitativamente importante de la sociedad vasca, pero no debe olvidar que los 250.000 votantes socialistas y los ciudadanos que depositaron sus sufragios en favor de Herri Batasuna (voluntariamente marginada de las instituciones auton¨®micas), Euskadiko Ezkerra y Coalici¨®n Popular forman parte, con id¨¦nticos derechos, de la comunidad aut¨®noma. Minoritario dentro de las Cortes Generales, el PNV est¨¢, pol¨ªtica y moralmente, obligado a respetar a las minor¨ªas dentro del Parlamento vasco, aun que s¨®lo sea por congruencia con sus leg¨ªtimas exigencias a ser respetado en el Congreso y en el Senado.
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