La C¨¢mara de Representantes norteamericana se une al Senado en la rotunda condena del minado de puertos nicarag¨¹enses

El pleno de la C¨¢mara de Representantes norteamericana rechaz¨® en la noche del pasado jueves -como anteriormente hab¨ªa hecho el Senado-, por 221 votos a favor y 11 en contra, la petici¨®n del presidente Ronald Reagan de dotar a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) con otros 21 millones de d¨®lares (unos 3.150 millones de pesetas) con destino a acciones guerrilleras contra el Gobierno sandinista de Nicaragua. A pesar de la oposici¨®n del Congreso, cuyas resoluciones en este caso no son vinculantes para la Administraci¨®n Reagan, los responsables de la CIA, y en particular su activo director, William Casey, no parecen descartar la continuaci¨®n de las acciones de la CIA destinadas a derrocar al Gobierno de Managua.

Si el Congreso norteamericano no quiere dar d¨®lares para la CIA, la Administraci¨®n Reagan podr¨ªa solicitar a otros pa¨ªses la dotaci¨®n de fondos para sostener econ¨®mica y militarmente a la guerrilla antisandinista. Seg¨²n el diario The Washington Post, la CIA espera que Arabia Saud¨ª aporte su sost¨¦n financiero a los contras. Cabe recordar que, en el pasado, la Junta Militar argentina particip¨®, con el env¨ªo de consejeros militares a Honduras, en operaciones de desestabilizaci¨®n contra Nicaragua.La clara intervenci¨®n militar de Estados Unidos en Centroam¨¦rica, con operaciones de la CIA, ayuda militar a El Salvador e instalaci¨®n de bases en Honduras, proyecta una divisi¨®n en la pol¨ªtica norteamericana entre Congreso y Casa Blanca, por una parte, y entre republicanos y dem¨®cratas, por otro lado.

En el plano de pol¨ªtica interior, el Congreso quiere mostrar su oposici¨®n al esc¨¢ndalo provocado por la participaci¨®n de la CIA en la instalaci¨®n de minas en aguas de Nicaragua. Pero el Congreso contin¨²a aprobando -aunque en proporciones inferiores a las solicitadas por la Casa Blanca- ayuda militar para El Salvador y acepta la realizaci¨®n de maniobras, casi permanentes, de tropas norteamericanas en Honduras.

A nivel de pol¨¦mica entre dem¨®cratas y republicanos, la disputa se sit¨²a en la campa?a entre los aspirantes al liderazgo del Partido Dem¨®crata, de donde debe salir el hombre (Walter Mondale, Gary Hart o Jesse Jackson) que el 6 de noviembre ser¨¢ candidato presidencial en oposici¨®n al actual presidente republicano, Ronald Reagan. "Nos podemos encontrar envueltos en una guerra total en Centroam¨¦rica, si esta Administraci¨®n contin¨²a por el camino de la intervenci¨®n", dijo el ex vicepresidente Walter Mondale, el l¨ªder dem¨®crata que cuenta con mayores probabilidades de ser el adversario de Reagan.

Es probable que la Administraci¨®n Reagan busque nuevas v¨ªas para seguir atacando a los sandinistas, a trav¨¦s de la ayuda que, discretamente, puedan aportar otros pa¨ªses, mientras prepara nuevas estrategias pol¨ªticas ante el Congreso para lograr apoyo en su objetivo global en Centroam¨¦rica, orientado a reforzar la posici¨®n militar de EE UU en la zona, en funci¨®n de futuras intervenciones.

Es ¨¦sta una pol¨ªtica de alto riesgo electoral para Reagan, pero que mantiene viva entre el electorado conservador la imagen de un presidente duro, demostrada con la invasi¨®n de la peque?a isla de Granada, en oto?o pasado, con impacto positivo en la popularidad del presidente.