Los 'mortadelos', 12 hombres de un servicio casi secreto

En cierta ocasi¨®n, Mossos d"Esquadra y polic¨ªas nacionales, ante la repetida presencia de unos j¨®venes que ten¨ªan franca la entrada en el Departamento de Gobernaci¨®n de la Generalitat, comentaron: "Ya est¨¢n aqu¨ª Mortadelo y Filem¨®n, agencia de informaci¨®n". Naci¨® as¨ª el nombre de mortadelos para referirse a los 12 hombres que integran un curioso servicio secreto de la instituci¨®n auton¨®mica catalana. Su jefe se llama Gonz¨¢lez y ostenta el cargo de jefe de servicios de Documentaci¨®n y Estudios en Gobernaci¨®n.Fueron creados en la etapa del conseller Josep Vidal i Gayol¨¢ pero depend¨ªan de presidencia Inicialmente, el citado conseller dispon¨ªa de una partida de 10 millones de pesetas, que no lleg¨® a ser discutida en el Parlament, porque en los pasillos del mismo lo partidos aceptaron el principio de que todo Gobierno tiene una cantidad para determinados servicio especiales relacionados con su seguridad. Esta cantidad ha sido posteriormente reducida en un mill¨®n, pero el pago de estos servicios se obtiene de otras partidas del departamento.

Aseguran que los hombres del entorno de Pujol (moss¨¦n Fenosa Llu¨ªs Prenafeta, etc.) tuvieron mucho que ver con la creaci¨®n de los mortadelos. Tambi¨¦n se asegura en el Palau de la Generalitat que cuando Maci¨¤ Alavedra alcanz¨® el sill¨®n de Gobernaci¨®n no quiso saber nada del tema y traspas¨® los papeles a Miquel Sellar¨¦s tan pronto como ¨¦ste fue nombrado director general de Seguridad. En privado, el propio Sellar¨¦s meses atr¨¢s hab¨ªa reconocido la existencia de sus agentes secretos. Malas lenguas afirman que uno de los informes m¨¢s voluminosos de los realizados por los mortadelos se refer¨ªa al propio Alavedra.

Seleccionados entre la fiel militancia convergente, se dedican fundamentalmente a la vigilancia de personas o grupos que puedan resultar peligrosos para la instituci¨®n catalana, pero tambi¨¦n al seguimiento de l¨ªderes de la oposici¨®n e incluso del propio aparato convergente. Suelen pasar por fot¨®grafos y en casi todos los viajes de Pujol aparecen en un rinc¨®n de la comitiva. Gozan de escaso afecto por parte de los mossos y por parte la polic¨ªa, d¨¢ndose la circunstancia de que en una ocasi¨®n un sargento de los Mossos d'Esquadra retuvo a uno de ellos en el cuerpo de guardia y que, en otra ocasi¨®n, uno acab¨® en comisar¨ªa.

Su presencia se ha descubierto en alg¨²n simposio, como por ejemplo el celebrado en Vitoria sobre las polic¨ªas locales, hace un par de a?os. Su actuaci¨®n m¨¢s notable fue la noche del 10 de septiembre cuando localizaron un ultra que quer¨ªa realizar actos violentos durante la celebraci¨®n de la Diada. Sin embargo, tuvo que ser el subdirector general Carles Torras, ex subcomisario de Badalona, quien procediera a entregarlo en Jefatura. Igualmente, realizaron, informaci¨®n sobre algunos candidatos a mossos durante el curso selectivo que se llev¨® a cabo y lo cierto es que ocho de ellos no terminaron los estudios, pues se les descubrieron antecedentes o conductas irregulares.

Tienen credencial espec¨ªfica, suelen pasear por los departamentos y se est¨¢n especializando en hacer "el control de calidad convergente de los cargos de la casa", seg¨²n un funcionario de la Generalitat. Suelen ir con aparatos de radio y algunos gozan de permiso de armas.

La existencia de este cuerpo ha sido discutida desde las autoridades gubernativas, que consideran que entran en terrenos que no son competencia siquiera de la polic¨ªa auton¨®mica, mientras que a la oposici¨®n preocupa m¨¢s el uso que puede hacerse de estos peones al servicio de un determinado partido en el Gobierno.