Los pa¨ªses del Golfo quieren que se prolongue la guerra entre Ir¨¢n e Irak, segun Asad
Los pa¨ªses petroleros del Golfo P¨¦rsico est¨¢n interesados en una prolongaci¨®n del conflicto entre Ir¨¢n e Irak siempre y cuando ello no signifique finalmente un triunfo militar del r¨¦gimen jomeinista. Esta es la teor¨ªa del presidente sirio, Hafez el Asad, formulada recientemente ante hu¨¦spedes occidentales en Damasco.
Siempre seg¨²n Asad, la probable reapertura del oleoducto que, cruzando su pa¨ªs, bombea el petr¨®leo iraqu¨ª, supondr¨ªa un "flaco favor" para Arabia Saud¨ª y los emiratos y sultanatos del golfo P¨¦rsico, mucho m¨¢s preocupados, en realidad, por una posible disminuci¨®n del precio del crudo que por la prolongaci¨®n de la guerra irano-¨ªraqu¨ª, seg¨²n fuentes de absoluta solvencia.El presidente sirio no descart¨® en absoluto reabrir el famoso oleoducto, pero insisti¨® ante sus interlocutores, algo extra?ados, en que, aunque Arabia Saud¨ª y los dem¨¢s Estados del golfo convocaron en marzo pasado una reuni¨®n extraordinaria de la Liga ?rabe en la que 18 ministros de Exteriores condenaron duramente a Ir¨¢n y expresaron su apoyo a Irak, los exportadores de oro negro est¨¢n interesados en una prolongaci¨®n de la contienda, siempre y cuando ¨¦sta no se salde con un triunfo iran¨ª, que tendr¨ªa incalculables repercusiones sobre la regi¨®n.
Una victoria militar iraqu¨ª parece excluida, pero la simple conclusi¨®n de un alto el fuego, explic¨® recientemente Asad a sus invitados, provocar¨ªa un bruico incremento de la producci¨®n petrol¨ªfera de Irak, que intentar¨ªa de este modo reabastecer de divisas sus arcas vac¨ªas para reconstituir su aparato industrial y reanudar sus ambiciosos planes de desarrollo interrumpidos por el conflicto.
La soluci¨®n de los moderados
El hundimiento del precio del crudo en el mercado mundial, vaticin¨® el presidente sirio, tendr¨ªa para lbs pa¨ªses del golfo consecuencias econ¨®micas mucho m¨¢s graves que el coste de la actual ayuda que brindan a Irak para que sostenga el enfrentamiento, y que se eleva anualmente a cerca de 10.000 millones de d¨®lares.
El alargamiento de la actual guerra de desgaste, que ha obligado a Bagdad a renunciar a sus veleidades hegemonistas en el golfo y le impide inundar de petr¨®leo el mercado, al tiempo que frena la exportaci¨®n del integrismo isl¨¢mico propagado por el r¨¦gimen del ayatollah Jomeini, es la soluci¨®n que, en el fondo, propugnan los pa¨ªses ¨¢rabes que se presentan como moderados y proiraqu¨ªes, concluy¨® Asad.
Siria parece dispuesta a reabrir el oleoducto que, procedente de Irak, desemboca en el puerto sir¨ªo de Banias, decisi¨®n que permitir¨ªa al r¨¦gimen de Bagdad duplicar sus exportaciones petrol¨ªferas y aliviar¨ªa su situaci¨®n financiera, seriamente degradada por los 42 meses de guerra con Ir¨¢n. El vicepresidente Abdel Halim Jadam se lo dijo con bastante claridad, recientemente, a interlocutores occidentales.
Asad, orden¨® en abril de 1982 el cierre del principal oleoducto construido para la exportaci¨®n del oro negro iraqu¨ª -con una capacidad de bombeo de 1,5 millones de barriles diarios- para marcar su solidaridad con la revoluci¨®n isl¨¢mica iran¨ª, a la que apoya en el condicto que la enfrenta al r¨¦gimen rival baaista de Irak, encabezado por Sadam Husein.
Los motivos de Damasco
La decisi¨®n siria perjudic¨® gravemente a Bagdad que, a causa del interminable conflicto, tampoco puede sacar petr¨®leo a trav¨¦s de sus puertos en el golfo P¨¦rsico. Irak, que antes de estallar la ciontienda era el segundo exportador del mundo, despu¨¦s de Arabia Saud¨ª, con casi 3,5 miliones de barriles, tan s¨®lo lograba bombear hasta enero pasado 700.000 barriles a trav¨¦s de Turqu¨ªa, pero desde febrero, una mejora t¨¦cnica del oleoducto permiti¨® aumentar esta cantidad en 200.000 barriles.
La aparente flexibilizaci¨®n de la postura siria frente a su enemigo iraqu¨ª se explica por tres motivos: primero, la necesidad de conseguir divisas para mantener su nivel de importaciones; segundo, las presiones de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, partidaria de Irak en la contienda, expresadas en marzo en Damasco por Gueidar Aliev, miembro del Bur¨® Pol¨ªtico del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica; y tercero, el temor de Siria de que se constituya una red paralela de oleductos que permita a Bagdad prescindir, aunque se reabra, del oleoducto que cruza el territorio sirio.
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